Noche de cumpleaños, nostalgia y retornos. Así podría denominarse el encuentro vivido en el Benito Villamarín. La vuelta de Joaquín acaparó todos los focos, todas las miradas, todas las ilusiones. Mel ya confesó que el portuense tendría minutos y apostó por el desde el inicio. Eso enchufó a un público verdiblanco entregado desde el temprano silbido de Álvarez Inquierdo que ordenaba juego.

La Real Sociedad, por su parte, pagó el ímpetu local con un tibio amedrentamiento en los compases de previo olfateamiento entre unos y otros. El cuero rodaba y rodaba y se postulaba a pernoctar en campo vasco. A los tres minutos, una falta botada por Joaquín Sánchez fue cabeceada por Bruno. Remató muy forzado y el cuero se perdía por encima del travesaño.

Joaquín revivió el pasado

Como botella agitada de gaseosa, los ataques heliopolitanos no dejaban pestañear a una parroquia necesitada de fútbol. De nuevo, el activo futbolista gaditano campaba como antaño por banda. Se asociaba con Rubén Castro por bajo para que desde atrás Petros Matheus probara fortuna con un disparo caótico que cogió dirección hacia las nubes.

No se habían cumplido los primeros dies minutos y el Real Betis proseguía achuchando con ahínco la portería defendida por Gerónimo Rulli. El de La Plata hacía acto de presencia deteniendo un chut carente de potencia de Jorge Molina desde la corona del área.

Ni el futuro incierto del Club ni las continuas idas y venidas en lo deportivo hacen cesar a una afición que demostró una vez más su fidelidad a los suyos.

La primera aproximación del equipo de David Moyes llegó por mediación del veloz Bruma. El luso se marcó una galopada por el costado derecho de aúpa, sin embargo, exhausto estrelló su disparo en el lateral de la red.

Sobre el cuarto de hora de encuentro aterrizaban dos nuevas ocasiones en el haber verdiblanco. Molina cabeceaba un envío de Piccini y a continuación, Joaquín de volea conectaba un esférico procedente de Portillo. El remate, muy lejos del poste izquierdo de la meta guipuzcoana.

El colegiado empezaba a contrarrestar el frenesí a base de amarillas. De la Bella y N'Diaye fueron los primeros en ser anotados en su libreta. Rubén Castro, avisaría antes de ver puerta con una acción individual en la que no pudo sorprender a la zaga realista.

La única ocasión a balón parado para la Real Sociedad la propiciaría un error de Bruno en defensa. El ex del Elche Jonathas le ganó la espalda y el canario se vio forzado a truncar su avance en el filo exterior del área. La falta no generó peligro.

Gol y expulsión al filo del descanso

Y llegó el gol. Nacido de las botas de Joaquín. Una cabalgada del exfutbolista viola culmina con un centro templado al segundo palo. Allí aparecía el máximo goleador de la historia de la entidad para poner la cabeza con fe y determinación y alojar el cuero en el fondo de las mallas. Nadie marcó al canario en el segundo palo y éste aprovechó la conexión con el idolatrado extremo andaluz para sellar el tanto inaugural del envite.

Al tramo final del primer periodo no le faltó de nada. Tuvo gol y tuvo expulsión. En apenas cuatro minutos, el brasileño Petros se marchaba a túnel de vestuarios antes de tiempo. Primera amarilla por cortar un balón con la mano y la segunda por agarrar a un adversario en el centro del campo. El trencilla catalán entendió que frenaba una contra y lo expulsó sin ningún reparo.

Defender la renta, el objetivo

Con la idea de afianzar el gol de Rubén Castro dio inicio el periodo final. Molina se quedaba en vestuarios y Ceballos ocupaba su lugar. En la Real, Moyes metió pólvora con la entrada de Chory Castro.

El obligado paso atrás del Betis alentó a la escuadra txuri-urdin en busca del empate. Los de Mel, compactos en tareas defensivas no notaron la inferioridad numérica hasta bien llegados a los compases finales.

Una combinación entre Portillo y Rubén Castro daba pistoletazo de salida al ramillete de acciones relevantes del segundo tiempo. La tensión era latente y los pitos por cada posesión vasca, también.

Jonathas de Jesus conectaba un potente testarazo que repelía Adán en un acto de reflejos. La acción, no obstante, quedó invalidada por fuera de juego. Pasada la hora de contacto en el tapiz de La Palmera, Elustondo se sacaba un poderoso disparo que no se topó con la portería.

A falta de 20 para la conclusión se pidió un posible penalti en el área del equipo de San Sebastián. Una indecisión de De la Bella desembocaba un gesto de pillería del '24' bético, Rubén Castro, que caía ante los ojos de Rulli. Nada punible para el colegiado.

Con la Real Sociedad volcada, el Betis no perdió los nervios y supo aguantar las continuas embestidas vascas. Un cabezazo del espigado ariete Imanol Aguirretxe dejaba parados a los más de 30000 aficionados que se dieron cita en el Villamarín. El meta de Mejorada del Campo se erigió como salvador a base de paradas.

La más clara y decisiva se la sacó a Bruma. Una manopla que vale tres puntos. El ex del Galatasaray se nutrió de una magnífica jugada personal de Jonathas.

Al final, con más corazón que cabeza los donostiarras seguían insistiendo, pero el gol no volvería a aparecer. Primer triunfo de un Betis que supo contener la esencia del conjunto de Moyes. Joaquín, Rubén y el público se antojan cruciales en el devenir de esta temporada.