Eder Vilarchao Ruiz y la entidad hispalense pactaron en la tarde de ayer la desvinculación del vizcaíno como jugador del Real Betis Balompié, confirmando una ruptura anunciada, tras los problemas del jugador para recuperarse de su lesión de tobillo que finalmente ha motivado su retirada.

El jugador formado en Lezama, masía canterana del Athletic Club debutó con el primer equipo el 13 de enero de 2013, en Primera División ante el Levante, maravillando a todos los aficionados allí presentes que depositaron su esperanza en un futuro valor del Real Betis. Tras ello y lejos de la realidad, se abrió un camino repleto de sinsabores motivado por su lesión de tobillo que deparó un largo y sufrido calvario.

A pesar de su reincidente y complicada lesión, el mediapunta nunca perdió la sonrisa y luchó con todas sus fuerzas para volver a disfrutar y hacer lo que más le gusta, jugar al fútbol.

Finalmente llegó un 18 de noviembre que no olvidará jamás, la fecha a la que nunca quiso llegar y el comunicado que no se habría imaginado anunciar tan pronto. Vilarchao explicó en una carta los motivos de su retirada y agradeció enormemente el trato recibido tanto por el club, a pesar de las diferencias pasadas, como por la parroquia verdiblanca.

"Hoy es el día que nunca quise que llegara. Debuté con el Real Betis el 13 de enero de 2013… fue un día inolvidable y una fecha que estaba convencido que sería el principio de una larga y bonita carrera deportiva. Si me llegan a preguntar por aquel entonces dónde me veía pasado este tiempo, ni en mi peor pesadilla diría que despidiéndome del fútbol, mi pasión desde pequeño.

Después de casi tres años de una larga y durísima lucha por recuperar mi tobillo e intentarlo prácticamente todo, poniendo además todos los esfuerzos y medios a mi alcance para volver a los terrenos de juego, hoy me toca despedirme de ellos. Por mucho que me cueste, he llegado a la conclusión de que mi tobillo no está para competir al nivel que requiere este deporte. No soy de los que se rinden fácilmente y si no habéis sabido mucho de mí durante este periodo es porque me he centrado en intentar recuperarme y no he querido perder ni un segundo en lamentaciones.

No podré volver a jugar al fútbol, pero me gusta tanto este deporte que seguiré vinculado a él de una u otra forma. He perdido una batalla pero aún daré mucha guerra en este deporte que se llama fútbol y sin el que no concibo mi vida.

Quiero daros las gracias a todos los que me habéis apoyado y mostrado vuestro cariño. Cada día os habéis interesado por mí. Habéis conseguido que, a pesar de lo duro que ha sido, haya sacado fuerzas de donde a veces no las había. Siempre llevaré al Betis en el corazón y aunque no vine siendo bético, me voy siendo uno más de los muchos que hay por todo el mundo. Ahora entiendo el porqué.

También quiero agradecer al Club la confianza que demostró en mí dándome un sitio en el primer equipo. Me siento un privilegiado por haber podido debutar con la camiseta del Real Betis y espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en el futuro. Y es que a pesar de haber tenido nuestras diferencias en algunos momentos, a la hora de la verdad el Real Betis me ha cuidado y protegido comportándose como el gran club que es.

Tampoco quiero olvidarme de cada uno de los compañeros con los que he compartido vestuario, con todos ellos he vivido alegrías y, por desgracia, estos últimos años momentos muy complicados en los que siempre me han apoyado.

Por todo ello, muchas gracias a todos, hasta pronto y ¡Mucho Betis!"