Más propio de masoquismo. El Real Betis está como ese pez que está dando sus últimos coletazos antes de convertirse en pescado. Porque la realidad es que el cuadro verdiblanco está casi 'muerto'.

Así lo ve Juan Merino, que redebutaba este martes en la vuelta del derbi sevillano. Un 4-0 le endosó el Sevilla. Sin paliativos: "El rival ha sido muy superior. En el primer tiempo, salió muy fuerte. Venían de una racha positiva y en casa está sacando buenos resultados. Por el contrario, nosotros veníamos de una racha negativa. Los jugadores no están cómodos y tampoco contentos con los últimos resultados. Solo hemos tenido un día para trabajar pero apenas pudimos hacerlo porque teníamos el partido hoy y además porque se jugó el sábado y no habían pasado 48 horas. Hemos intentado trabajar tácticamente para jugar y competir. Como bético y hombre de la casa es como si se hubiera muerto un familiar. El dolor que tengo es parecido a cuando te desgarras, solo igualable a la perdida de un familiar. En el segundo tiempo, la situación del equipo ha sido diferente. Se presionó mejor y tuvimos más posesión. En el primero, habíamos salido muy timoratos e incluso no fuimos capaces de elaborar juego. En el segundo, tocamos, tuvimos llegada y contamos con ocasiones aunque no muy claras. Los jugadores lo han pasado mal dentro del terreno de juego. El vestuario está destrozado. No puedo decir nada a los aficionados como entrenador, solo que trabajaré al limite de mis posibilidades. Nos queda mucho por delante", afirmó.

El Real Betis da síntomas de un paciente en la UVI. Salir de esta situación es complicado: "Siempre dije que si hubiese sido otro equipo al que nos enfrentábamos después del resultado de la ida, habríamos afrontado el partido diferente. He intentado elegir el mejor once, los que se han quedado fuera ha sido por decisión técnica. Queda levantarse lo más rápido posible, ponerse a trabajar y ser más humilde que nunca. Nos queda mucho trabajo. Los jugadores son profesionales y están acostumbrados a perder, pero ahora mismo el vestuario está destrozado. El Sevilla ha sido muy superior. Ellos son conscientes. Mañana hay que levantarse con ganas de entrenar y deseando que llegue el Villarreal para ganar".

Juan Merino, seguramente, se haya comido un marrón: "Lo he dicho antes. En cada gol, lo he sentido enormemente. Ese 4-0 es equiparable a la pérdida de un familiar. Es un dolor interno grande que no te puedes quitar. Así deben vivirse los derbis. Si hubiéramos ganado, Unai Emery estaría igual. No nos queda otra que trabajar. Constancia y trabajo no faltará".

Lo ha repetido constantemente. Los jugadores salieron entre lágrimas: “Es que debe haberlas. Es importante. Deben ser conscientes de que podemos hacerlo mejor. Son conscientes de cómo ha estado el equipo y la situación ahora mismo. Son profesionales y saben que las cosas no han salido nada bien. El vestuario está destrozado".

"Yo defenderé a mi equipo a muerte"

Normalmente, en Sevilla, cuando un equipo está mal el otro está bien. Y la afición sevillista, obviamente, se lo ha pasado en grande. Sobre los cánticos, opinó Juan Merino: "Estoy acostumbrado a este tipo de cosas. Cuando vengo a este campo no me pesan, me pesan los cuatro goles o cómo he visto al equipo tácticamente. No solo no hemos estado acertados, sino que, en algunos aspectos, parecía que estábamos empezando a jugar al fútbol. Eso sí me ha preocupado. Que me canten una u otra cosa, no", apuntilló.

La sensación es que hay equipo para más. ¿Verdad?: "Tenemos que hacerlo. No podemos bajar los brazos. Siempre he dicho que no sé el tiempo que estaré. No puedo mentir diciendo que estamos destrozados por esta derrota pero mañana hay que levantarse con mucha fuerza. El míster tiene que confiar en los jugadores. Si no es así, apaga y vámonos. Mientras esté aquí, defenderé a muerte al equipo porque debemos de salir de esta situación entre todos".

Por último, Juan Merino también habló sobre el cambio de Dani Ceballos en el descanso: "Ha sido por decisión técnica. Podía haber hecho alguno más porque no estaba contento, pero teníamos 45 minutos por delante y la actuación de unos jugadores que en la primera parte no han estado bien puede cambiar en la segunda. Tenía que cambiar porque peor no podíamos haberlo hecho en el primer tiempo. Ha sido Dani Ceballos pero pudo ser algún otro más", finiquitó.