Real Betis y Valencia disputan este domingo la vigesimosegunda jornada doméstica, en un choque que tendrá algo más que tres puntos en juego. Valencianos e hispalenses lo hacen con la necesidad de conseguir una victoria vital para proseguir en la lucha de sus objetivos. Inmersos en una crisis institucional entre directiva y afición, los dos conjuntos llegan en horas bajas a la cita instaurados en la tabla clasificatoria muy por debajo de sus objetivos iniciales.

La victoria entre ceja y ceja

Merino deberá arengar a los suyos y despejar ante su afición todas las dudas acaecidas en torno al club, tras ser ratificado como técnico verdiblanco hasta final de temporada. La filosofía que caracteriza a los de Heliópolis no ha surtido el efecto deseado en su feudo y la fragilidad defensiva, ligada a la incapacidad de hacer gol los ha condenado una semana tras otra. Prueba de ello fueron las derrotas ante rivales como Deportivo, Athletic de Bilbao, Eibar o Espanyol.

Además, el palco estrenará nuevo presidente tras la dimisión de Ollero el pasado miércoles, destapando una crisis interna de la junta directiva y retratada así: "Creo que los béticos se merecen saber lo que está pasando. Yo no busqué ser presidente, asumí con orgullo la opción que se me ofrecía. Luego seguí porque me lo pidió ‘Ahora Betis Ahora’. He tenido claro que era un presidente interino, como Merino. Estaba para preparar la llegada de otros. Ni tengo opciones, ni edad. Nadie me podrá acusar de llegar al Betis para quedarme. Lo dije el primer día y lo he seguido diciendo. Mi objetivo era ascender al Betis a Primera e intentar traer la paz social con el fin de los problemas entre los accionistas. Sigo creyendo en esa paz, y eso me ha traído problemas".

El balance del equipo no es muy alentador. Contando solo los encuentros en casa, los verdiblancos estarían situados en la última plaza liguera, ocupando uno de los tres puestos que dan lugar al descenso de categoría con tan solo siete puntos. Una victoria ante la Real Sociedad y cuatro empates, lo único a destacar.

Además, la escasa aportación goleadora a excepción de Rubén Castro, establece una relación de dependencia hacia el delantero canario. La entidad verdiblanca y su relación idílica con un hombre que anota en el 50% de las jornadas. Nueve goles sin los cuales el club sería carne de descenso. Sí, ese es Rubén Castro y la dependencia del Real Betis Balompié de su olfato goleador.

El tiburón canario volvió a demostrar su validez con el solitario tanto ante la Real Sociedad, en un choque vital para las aspiraciones verdiblancas. Una vez más, el juego del conjunto hispalense dejó mucho que desear y registraron una paupérrima imagen, poco deseada para cualquier aficionado. A pesar de ello, Rubén Castro volvió a aparecer pero esta vez no pudo salvar a los suyos, lo que demuestra de nuevo la incidencia de su pólvora en los puntos cosechados por el Real Betis.

El encuentro podrá ser una buena oportunidad para avistar a las nuevas incorporaciones en este mercado invernal. Musonda y Montoya han entrado finalmente en la convocatoria y podrán debutar con la elástica verdiblanca.

Las estadísticas están para romperlas

La entidad de las trece barras buscará el próximo domingo cortar de raíz la pésima racha que aqueja desde hace tres meses, cosechando doce encuentros seguidos sin ganar, rcosechando apenas seis goles a favor.

Desde la última victoria valencianista en el feudo verdiblanco en 2008, el conjunto ché ha perdido tres veces en el Villamarín: 2-1 en la Liga 2011-12, cuando dos tantos de Rubén Castro en los minutos finales remontaron el gol en propia meta de Jordi Figueras; 1-0 (marcó Salva Sevilla) al año siguiente; y 3-1 en la campaña 2013-14, con doblete de Salva Sevilla y gol de Jorge Molina antes de que Ricardo Costa acortase distancias.

El cómputo global en partidos ligueros de estos dos contendientes en Sevilla es favorable al Betis, que, sobre un total de 48 choques, ha obtenido 23 victorias y 14 empates frente a solo once derrotas, y el balance realizador también tiene color verdiblanco por un total de 67 a 44 goles marcados.

La dura goleada encajada en el Camp Nou en la semifinal copera por 7-0 ha marcado un antes y un después en la hinchada valencianista, declarándole la guerra a los mandatarios chinos que gobiernan el club y parecen estar acabando con la paciencia de la afición.

A pesar de la inestabilidad, previsiblemente Gary Neville no hará demasiados cambios y continuará apostando por su modelo habitual. En portería, el mejor posicionado es Ryan, indiscutible para el míster. Barragán, Abdenour, Mustafi y Gayá conformarán una zaga agresiva y peligrosa en las jugadas aéreas, castigada por los errores en jornadas anteriores. En sala de máquinas Danilo, Parejo y André Gomes harán del mediocentro ché, una medular con  las ideas claras y visión de juego, apta para ofrecer muchas posibilidades a los puntas valencianos. Por delante, Feghouli, Cherysev y Negredo serán los encargados de aportar el desborde y la velocidad, que supondrán la mayoría de peligro en la zaga rival.

Posibles onces