Con el invierno haciendo acto de presencia en Sevilla, Betis y Sporting volvían a verse las caras por cuarta y última vez esta temporada. 'Apiñados como balas de cañón' reza el himno verdiblanco. Buen ambiente acogió el Benito Villamarín que rozó el lleno. Durante la semana se anunció el cartel de 'no hay billetes' pero finalmente hubo algunos sectores del graderío sin aficionados. Del cuadro asturiano, cerca de 200 hinchas se desplazaron al sur para alentar a los suyos.

Con la única novedad de Pezzella en el once por la recaída de Heiko Westermann, Juan Merino apostó por los mismos protagonistas que empataron en Riazor hace una semana. Por su parte, los del Pitu Abelardo regresaron a la normalidad tras disputar el pasado miércoles la jornada aplazada ante el FC Barcelona. Con Halilovic como guía en los gijoneses y con Charly Musonda Jr como revulsivo bético, la contienda fue igualada de principio a fin. 

El miedo a perder condicionó el juego de ambos equipos, que se examinaron exahustivamente durante el primer acto. La primera gran ocasión de la contienda llegaría a los tres minutos cuando Musonda fuerza una falta justo en el pico izquierdo del área que él mismo se encargaría de botar. El envío, al segundo palo, lo remataría libre de marcas Rubén Castro al lateral de la red.

El tiempo pasaba y los astuarianos también cercaban las inmediaciones de Antonio Adán. El croata Halilovic probaba fortuna con un disparo desviado desde el balcón del área. Tan irregular fue el chut que acabó en saque de banda.

Una y otra vez, todos los balones de ataques del Real Betis pasaban por Musonda. El belga se ha convertido en referencia a pesar del escaso margen de tiempo que acumula en Heliópolis. Forzaba córneres en sus continuas incursiones por el costado. Un pero, demasiado individualista. A los 20 minutos, un latigazo del futbolista cedido por el Chelsea se le escapa a Cuéllar. Ricky, atento a la jugada llega para rebañar el esférico aunque en lo hace cometiendo falta sobre el meta sportinguista. Álvarez Izquierdo fue muy criticado por el público local.

El primer tiempo llegaba a su fin entre permisividad y acciones carentes de verdadero peligro. Una combinación de Rachid con Carlos Castro que terminaría en saque de esquina, lo más relevante.

Sin ataduras en la segunda mitad

Los 45 minutos finales se tornaron de más dinamismo y diversión. Juan Merino modificaba el esquema inicial dando entrada a Joaquín y quitando a Ricky van Wolfswinkel. El gaditano volvía al equipo tras estar alejado unas semanas por lesión.

Con todo aparentemente tranquilo iban a llegar los goles. Primero golpeó el Sporting en una contra lanzada por Halilovic. El balcánico mete un fabuloso pase a Carlos Castro y éste no perdona ante Adán picándosela por arriba. Sin embargo, la réplica bética no se haría esperar. Una falta lateral botada por Juan Manuel Vargas la cabeceaba al fondo de las mallas Germán Pezzella. El central argentino se elevaba al cielo para poner un testarazo ajustado al primer palo ante el que nada pudo hacer el arquero visitante.

El Betis metía una marcha más a raíz de la entrada al verde de Dani Ceballos. Los de Asturias se conformaban con el empate y al final lo consiguieron. Si bien es cierto, los heliopolitanos dispusieron de hasta dos ocasiones en el cuarto de hora último. Incluso se le anularon dos goles por fueras de juego.

La más clara la tendría Rubén Castro en un lance en el que dribla a Cuéllar y escasea potencia en su definición. Jorgé Meré salvó en área pequeña lo que parecía un gol seguro. Parte del respetable ya lo festejaba.

Al final, reparto de puntos que sabe a poco para un Betis que volverá a jugar en casa la próxima semana. El Rayo Vallecano, su parada. El descenso aún sigue dándole con el aliento en el cogote a verdiblancos y astuarianos.

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