El Real Betis se ha convertido por méritos propios jornada tras jornada en el equipo menos goleador de la liga, un dato que sin duda cabe a la reflexión de cara a la temporada que viene.

Los datos de la clasificación son bastantes claros, todo bético sabe algo que es evidente, si Rubén Castro no está en el terreno de juego el conjunto verdiblanco no tiene un referente ofensivo que transmita confianza, con los dedos de la mano se cuentan los partidos que ha ganado el Betis en Primera sin un gol del delantero canario.

El Betis es el equipo que menos marcó en Primera

Pepe Mel fue el principal valedor de Rubén Castro y con él ha tenido su mejor rendimiento, pero esto no evitó que el que fuera míster heliopolitano denunciara una falta de gol evidente y que era un puesto a reforzar con bastante prisa pero nunca fue así. Damiao o Van Wolfswinkel llegaron pero nunca fueron la solución a los males de este equipo.

Van Wolfswinkel  ha sido un delantero que ha dado una cal y otra de arena, le costo adaptarse, las veces que jugó lo intento con ganas pero no aportó ese gol que los de Juan Merino necesitaban para no depender del  delantero canario. El holandés aporta trabajo y oficio pero  el gol que es lo que de verdad faltaba en el equipo nunca llego.

Jorge Molina siempre ha sido la pareja perfecta de Rubén Castro pero este año la poca confianza de los entrenadores y los pocos minutos no le han dado la regularidad que necesita para demostrar su valía. El de Alcoy era el complemento perfecto con su juego de espaldas y ese espacio que generaba y que tan bien ha aprovechado el goleador canario.

El Betis ha cerrado las 38 jornadas de liga con un bagaje realizador de 34 goles en liga en la que más de la mitad de ellos han sido transformados por Rubén Castro (19). Esto son datos increíbles para el canario pero muy preocupantes para el equipo verdiblanco. Los números realizadores del Betis son los peores de toda la liga, equipos que han descendido como Levante, Getafe o Rayo han marcado más tantos. También cabe decir favorablemente que el equipo de Heliópolis ha sacado gran rentabilidad a esos goles que ha metido y en los que solo encajó 52.

La nueva dirección deportiva que encabeza Miguel Torrecilla prepara una revolución que se espera que afecte a la mitad de la plantilla. Diez fichajes son los que se esperan según el nuevo director deportivo, en el que desde luego la delantera será un puesto a reforzar y donde se invertirán la mayor parte del presupuesto para fichajes

Adán, jugador clave desde la portería

Después de una campaña "movida" en el conjunto del Benito Villamarín, no cabe duda que uno de los mayores protagonistas, que ha sido vital para conseguir la permanencia, es Adán. 

El madrileño comenzó la temporada muy enchufado y no ha defraudado a lo largo de la misma. Grandes paradas han llevado a su equipo a cumplir los objetivos. Aunque, también ha habido algunos partidos, en los que el guardameta bético ha estado algo nervioso y desacertado, como se pudo ver en el primer gol del Barça en el partido Betis-Barça jugado en el Benito Villamarín.

Los grandes porteros suelen ser juzgados cuando juegan contra grandes delanteras, y ahí Adán ha estado de "10".

La BBC, la MSN y el Atlético

Solo los nombres de las delanteras del Real Madrid, Barça y Atlético ya meten miedo. En los 6 partidos disputados contra los líderes de la competición, Antonio Adán ha encajado la friolera de 18 goles, curiosamente, 6 goles de cada equipo.

Contra el Barça, encajó cuatro goles en el Camp Nou. Bien es cierto, que el gol que abrió el marcador vino de un penalti inexistente fallado, con posterior gol de rakitic en el rebote, cuando el croata estaba en fuera de juego. A partir de ahí, el Barça marcó otros tres, pero de no ser por el meta madrileño, habrían sido varios más. En el partido de vuelta, Adán falló en el primer gol del Barça y nada pudo hacer en el segundo.

Contra el Atlético, el portero verdiblanco ha protagonizado grandes intervenciones. En el partido de ida, tan solo encajó un gol de Koke cuando el partido agonizaba, y en el partido del Vicente Calderón, encajó 5 pero que bien podrían haber sido 8. Eso sí, en alguno de los goles falla en los tiempos.

Contra el Real Madrid, nada pudo hacer en los cinco goles del partido de ida. Pero en el partido del Benito Villamarín, Adán consiguió rescatar un valioso punto para el Betis, después de depejar balones de su portería en grandes cantidades. Aquel punto verdiblanco, significó que el ex-equipo de Adán, el Real Madrid, se quedara sin dos puntos, que posteriormente le hubieran servido para ser campeones.

Héroe y villano

Más lo primero que lo segundo. Ha salvado a su equipo en más ocasiones de las que ha fallado. Pero claro, un portero no se puede permitir errores, ya que la mayoría de ellos, terminan en gol. Y Adán este año, ha cometido algunos errores que bien podían haber costado caro al final de temporada. Por ejemplo, en el Betis-Málaga, una muy mala salida del madrileño en una falta, dejó el gol en bandeja a Camacho, que no perdonó y marcó el único gol del partido.

En total esta temporada, Adán ha encajado 50 goles en 36 partidos, lo que significa un coeficiente de 1'388 goles por partido, que le han valido para ser el 10º portero menos goleado en la temporada 2015/2016.

Sueño fallido

En una rueda de prensa allá por el mes de marzo, el portero bético declaró que sería un sueño poder estar en la Eurocopa. Desde entonces, se entrenó al máximo y lo dejó todo sobre el césped, pero como él mismo dijo, no iba a ser fácil, ya que tenía grandes rivales por delante. Y así ha sido, Adán no ha entrado en la lista de seleccionados ni en la de apoyo para el partido que se disputó contra Bosnia.

Aún así, el guardameta verdiblanco no se rendirá, y la temporada que viene.

Pepe Mel cumplió con su parte

Durante las primeras jornadas, el Betis tenía por delante un calendario complicado, difícil de superar y aún más complicado para aclimatarse a la nueva categoría. En las 5 primera jornadas el conjunto de Pepe Mel ya se iba a cruzar con 3 de los equipos que jugaban competición europea en este curso: Villarreal, Real Madrid y Valencia. No salió mal parado de estas 5 jornadas: dos empates, una victoria y dos derrotas ante el Real Madrid y Deportivo. La ilusión de volver, de empezar una nueva temporada en lo más alto hizo que el equipo no se conformara con tan solo estar, si no que quería apuntar arriba.

Le siguieron más victorias, ante rivales directos por la permanencia, aunque por entonces no se pensaba en eso, se apuntaba más alto. El Real Betis es un grande de España, su lugar está en los puestos altos de la clasificación. Victorias ante Sporting, Rayo y llegó una jornada dolorosa ante el Espanyol, la jornada 8 para ser exactos. Los pericos pasaron por encima de los verdiblancos, endosándole un 1-3 en el feudo bético. Por entonces, el Real Betis descansaba en la décima posición de la tabla con 11 puntos, a tan solo 2 de puestos europeos y a 4 de los puestos de peligro, demasiado lejos. Aquel día, los espectadores que se encontraban en el Villamarín vieron brillar a la perla española, Marco Asensio. También vieron como la suya, Dani Ceballos, no obtenía la confianza de su técnico.

Estaba siendo una temporada normal, siempre en mitad de la tabla

Le sucedieron un empate en Granada, una derrota en San Mamés, y el peligro se acercó. Ya se encontraba en la 13ª posición con 12 puntos. Aun así, la situación del equipo en Liga era buena, no se miraba para abajo y el equipo alternaba resultados buenos con resultados malos, era lo normal en el fútbol. Ganaba a sus rivales directos y solo pinchaba contra rivales más fuertes o en campos complicados. En este intervalo de la primera vuelta, nada podía presagiar el futuro del técnico bético, tan de cara como siempre, valiente en rueda de prensa, en el vestuario. Sentado a Van der Vart, Ceballos. Jugadores que se suponía importantes pero no entraban en su dinámica de trabajo.

Victoria a domicilio ante el Málaga, derrota ante el Atlético por la mínima en casa. El Real Betis no estaba siendo un equipo goleador ni goleado. Salvo en partidos aislados, el resultado que más repite es el 1-0 o 0-1, añadiendo empates por la mínima. Curioso es que obtenga más victorias fuera de casa que en su templo. A lo mejor por la calidad de sus rivales, pero durante esta primera vuelta y como después hemos podido comprobar en toda la temporada. El conjunto verdiblanco ganaba más puntos fuera de casa que en su terreno. El equipo se sentía más cómodo, con menos presión y cuajaba partidos más completos, más profesionales.

El 11 del Real Betis en un partido contra el Rayo esta temporada // FOTO: Juan Ignacio (VAVEL)
Leyenda

En la jornada 14 empezó la hecatombe del Betis de  Mel

En la jornada 14 fue donde de verdad, inconscientemente, cambió la dinámica y empezó a ser negativa. Desde esa jornada, Pepe Mel no pudo disfrutar más de una victoria con su equipo, y se fue en la jornada 19 después de perder contra el Getafe. Desde esa jornada 14, empates como el del Sevilla en casa. Cuando un derbi es obligatorio ganarlo en casa, no lo haces, y llevas días sin obtener la victoria, la ansiedad se hace dueña del vestuario y la negatividad se instala en cada esquina del estadio. 4-0 contra el Barça, 0-4 frente al Eibar. Derrotas abultadas donde se veía que el juego del Betis no iba a ninguna parte, donde se tensaron las relaciones de algunos jugadores con el técnico. Y ahí llegamos, al 10 de enero de 2016, justo después de reyes, el regalo de Pepe Mel fue dejar el banquillo verdiblanco, aunque no se le puede llamar regalo dejar el banquillo que tanto te ha dado.

Dejó al Real Betis en la 15ª posición, con 20 puntos y a tan solo 5 del Sporting, que cerraba los puestos de descenso. Precipitada o no, el Real Betis llevaba 6 jornadas sin conocer la victoria, 6 jornadas sin sumar los 3 puntos. No era una situación límite, pero los resultados anteriores se acercaban a ello, algo se tenía que cambiar, y como bien suele decir Pepe Mel: “Los entrenadores somos los que menos seguridad tenemos en nuestro puesto, si algo mal, se acabó”. Así fue, el Real Betis se ahogaba, el equipo no respondía, algunos jugadores no aceptaban al técnico y Mel no le sacaba el rendimiento necesario a la plantilla de la que gozaba y a las nuevas incorporaciones.

Pepe Mel le deseó mucha suerte a Merino, sabedor de su despedida

Antes de su despedida, Pepe Mel ya sabía que su sustituto era Merino. En un tuit que puso en su cuenta, ya que se enteró de su despido gracias a una filtración desde el club, el exentrenador del Betis, se mostró más tranquilo que de costumbre, agradecido al club y deseándole mucha suerte a su sustituto, Merino. Fue una decisión tomada por unanimidad y el tiempo ha demostrado que fue la correcta. Merino entró como interino y ha acabado la temporada logrando la permanencia jornadas antes del final de Liga,

Tras un buen comienzo, con el ascenso recién conseguido, con el bloque que llevó al club al éxito repitiendo un año más, con la confianza del míster en ellos, llegó esa jornada 14 que, sin ellos saberlo, fue el punto de inflexión. Tras conseguir mejores números fuera de casa que en el Villamarín y tras ganar a rivales directos por el descenso, Pepe Mel fue despedido una vez más. Sabedor de lo precario de esta profesión, se siente contento porque consiguió lo que quería, devolver al Betis a Primera División. Ahora tiene que crecer para no volver a Segunda en mucho tiempo. Tras su primera vuelta rara, con altibajos, Pepe Mel dejó el Betis al borde del precipicio pero con oxígeno, a 5 puntos del descenso.

Rubén Castro, la clave

Cuando algún aficionado al fútbol piensa en el Real Betis y en el gol, indudablemente se está refiriendo al delantero canario que tantas tardes de gloria ha dado a los verdiblancos. Rubén Castro, un clásico de liga española y sobre todo un clásico del gol.

19 goles, el 56% del total del Real Betis en liga

El delantero del Real Betis, a pesar de sus 34 años, sigue manteniendo intacto su olfato de gol. Sin ir más lejos solo hace falta mirar los 19 goles de la presente campaña con el Real Betis. 19 goles que suponen casi un 56% de los goles de todo el equipo en liga, siendo el Real Betis el equipo menos goleador de La Liga 2015/2016.

El gol del Betis ha estado monopolizado por el delantero canario que con sus 19 dianas ha aportado una gran cantidad de puntos a los verdiblancos. El segundo máximo goleador del Betis en liga ha sido el central argentino Germán Pezzela, con tres tantos, y le siguen el senegalés N'Diaye y el peruano Vargas con dos goles cada uno.

Gran dependencia la que ha tenido el Real Betis en esta temporada con Rubén Castro. Y es que la peor racha del Real Betis durante la temporada, que llevó al club a destituir a Pepe Mel, coincidió con la sequía del delantero. El 27 de noviembre ante el Levante marcaba el 0-1 definitivo y hasta el 30 de enero no volvió a marcar, aunque su equipo perdió. La semana siguiente Rubén volvió a marcar y el Betis volvió a ganar tras once jornadas sin conocer la victoria y tras diez jornadas sin ver puerta el canario.

Los números del delantero verdiblanco son estratosféricos. Desde su llegada a Heliópolis no ha parado de hacer goles: 27 en la 2010/2011 en Segunda División, 16, 18 y 10 los tres años siguientes en Primera, 32 de nuevo en Segunda y los 19 de esta temporada. Aparte hay que añadirle 10 de Copa del Rey y dos en competición europea. Una cifra que lo sitúa como máximo goleador del club verdiblanco en la historia y que a buen seguro tratará de seguir aumentando.

Además Rubén es como el buen vino, mejora con el tiempo. Su presencia sobre el terreno de juego ya augura que algo puede pasar y la afición y el resto de sus compañeros lo saben. Esta temporada se ha quedado a un gol de Aduriz, otro que sabe qué es esto del gol, para ser el máximo goleador español de la liga. Aduriz y Rubén Castro han sido los primeros de los “mortales” en la tabla de goleadores tras Luis Suarez, C.Ronaldo, Messi, Benzemá, Neymar y Griezmann.

La temporada que viene se prevé un Betis ilusionante y desde la dirección deportiva ya están buscando alternativa y complementos para el delantero canario. Temporada venidera donde Rubén Castro seguirá dando guerra y donde por supuesto, seguirá mandando el balón al fondo de la red para alegría de los béticos.