Dueño y señor del balón, pero con una defensa muy pobre. Ese era el plantel que mostró el Barcelona en la primera parte del encuentro. Sin Puyol y sin Márquez, el trío formado por Joaquín, Oliveira y Edú fue infalible en las contras para poner al equipo verdiblanco por encima en el marcador.

En los primeros minutos de juego parecía que el Barcelona estaba predestinado a ganar el partido. Giuly, Deco y Eto’o comenzaron enchufados, el conjunto blaugrana tocaba y tocaba la pelota y la línea de ataque del Betis no aparecía en el partido. Pero a partir del minuto 10 todo empezó a cambiar.

Con la primera contra bética llegó el 0-1. Joaquín transformaba en gol el primer balón que tocaba en el partido tras una excelente asistencia de Edú. Pero la alegría verdiblanca se esfumó rápidamente. Apenas un minuto después, una falta de Rivas sobre Deco dentro del área acabaría en penalti y con la expulsión del bético. Eto’o anotó su decimonoveno tanto en Liga desde los once metros.

Esta fue la jugada entre Rivas y Deco que supuso la expulsión del bético | Foto: El País
Esta fue la jugada entre Rivas y Deco que supuso la expulsión del bético | Foto: El País

Al Betis se le ponía el partido cuesta arriba. Empatados en el marcador y con un jugador menos, aún quedaban 75 minutos por delante. Pero los de Serra Ferrer no se vinieron abajo, ni mucho menos. Tampoco cambiaron la estrategia. Con un Barça muy volcado en la zona de ataque, una nueva contra capitaneada por Assunçao le bastó a los verdiblancos para volver a adelantarse. Oliveira se quedó solo ante Víctor Valdés y no perdonó.

Un final de infarto

El inicio de la segunda mitad no conllevó cambios más allá de la sustitución de Gerard por Maxi López. Rijkaard estaba viendo que el Betis era superior a su equipo a pesar de que los visitantes jugaban con uno menos desde el minuto 15 e intentó hacer cambios tácticos. Pero no funcionaron.

La mejor llegada del Barcelona en todo el partido acabó estrellada en el larguero y unos minutos después, en una nueva contra, Joaquín haría el 1-3 que parecía definitivo. Pero quien pensara que todo iba a quedar así y que los blaugrana, con la cabeza puesta en el clásico que les esperaba la próxima jornada (que Deco se iba a perder tras ver una amarilla frente al Betis), no iban a reaccionar, estaban muy equivocados.

El Betis dominó el partido durante 15 minutos más, pero en el 79 llegaría la gran polémica del partido. Eto’o transformó un nuevo penalti. Penalti inventado por Belletti y que Pino Zamorano dio por bueno. Y entonces empezó el sinsentido.

A pesar de que apenas se habían cometido faltas en el encuentro y no se había perdido excesivo tiempo, el colegiado castellano-manchego añadió la friolera de cinco minutos. Y, casualidades de la vida (o no), la suerte del campeón hizo que, justo en el último minuto de descuento, Gio Van Bronckhorst, ante una mala salida de Doblas, transformara en el 3-3 el pase en profundidad recibido de Deco.

Las gradas, llenas de familias y niños debido a que el partido se jugó a las 5 de la tarde, celebraron el empate como una victoria. El Betis, en cambio, acabó el encuentro rodeando al árbitro y quejándose de sus últimas decisiones. Se sentía estafado.