La confirmación oficial del Cádiz Club de Fútbol de la cesión del mediapunta Gastón del Castillo (hermano de Kun Agüero) para la temporada 2016/17, ha suscitado además de una gran expectación e ilusión, un apasionante debate de estudio en los mentideros futbolísticos de la ciudad. Gastón, conocido como Punchi adoptó el apellido de su padre Leonel del Castillo (Kun adoptó el de su madre porque ambos progenitores eran menores de edad cuando nació), y se desempeña en la posición de media punta, cayendo a banda posición en la que demuestra la calidad de su pierna zurda. Los servicios técnicos comandados por Pina y Cordero, en consenso en todo momento con Álvaro Cervera, se decantaron por Gastón convencidos de que el joven de diecinueve años puede aportar al plantel ese punto diferencial que permita apuntalar una plantilla competitiva que ha dado un salto en lo físico, pero que precisaba de la guinda de calidad para permitir la consolidación del Cádiz sin apuros en la Liga 123.
En Cádiz ya se sueña con la posibilidad de que Gastón atesore tan solo un cuarto o la mitad de calidad que posee el excelente jugador del Manchester City. Punchi es internacional sub 20 con Argentina y debutó con el primer equipo en un partido ante Racing de Avellaneda, paradójicamente el mismo conjunto ante el que debutó Kun Agüero. Gastón estuvo en la inferiores del Club Atlético Independiente (CAI) a las órdenes de Mauricio Pellegrino, pero el técnico que mejor le conoce es Fernando Berón, entrenador del reserva, que le define como un futbolista muy difícil de marcar por la potencia de su tren inferior (virtud que comparte con Kun), veloz, hábil, que se asocia muy bien, con gran personalidad y al que no le pesa para nada el nombre de su hermano.
El núcleo familiar Del Castillo Agüero está compuesto por una auténtica saga de futbolistas, pues además de Kun y Gastón, existe Mauricio, el tercer futbolista de la familia. En el caso de Gastón el parecido físico con el Kun resulta llamativo, es en este punto en el que se disparan las ilusiones de la afición cadista. Por ello no es nada extraño que los aficionados amarillos, tras hacer un trabajo de ‘scouting’ en las redes, en busca de videos demostrativos sobre las cualidades de Gastón, se adentren en el debate de la herencia genética. El “pseudo estudio” del aficionado amarillo demuestra que la herencia genética es la responsable de la mayor parte de la similitud entre hermanos, pero que es el entorno no compartido el que establece las diferencias de conducta y personalidad. Dos hermanos con una herencia genética y un ambiente familiar similar pueden ser muy diferentes (inclinaciones atléticas, artísticas, intelectuales...) por diversos factores, pero existen pequeñas diferencias tanto genéticas como ambientales que determinan las tendencias de cada uno. En el caso de la familia Del Castillo Agüero, el fútbol y las capacidades atléticas parecen formar parte de la herencia vinculante, pero será la personalidad modelada con la experiencia vital (eventos de vida, ser el primero, segundo o tercer hijo) la que determinará tanto su comportamiento como habilidades sobre un terreno de juego. Eso además de la pedagogía deportiva adquirida en el club, que en el caso de los Del Castillo Agüero, corresponde al fútbol argentino y a la siempre prolífica cantera de los Diablos de Avellaneda.
El impacto de la noticia de la cesión del joven hermano de Kun al Cádiz ha llegado a tal punto de revisar en el archivo de documentación, precedentes históricos en los que hermanos compartieron y desplegaron capacidades para jugar a nivel profesional. Y lo cierto es que lo que cuenta la historia arroja un resultado claramente dispar, con hermanos claramente diferentes tanto en personalidad como en desarrollo, expresión y posicionamiento en un campo de juego.
La elegancia ante la eficacia
Para empezar la lista histórica de la genealogía del éxito bien vale el ejemplo de Bobby Charlton y Jackie Charlton, ambos provenientes de una familia con una enorme tradición futbolística en la que destacó sobremanera Jackie Milburn (su tío). Jackie la Jirafa fue como su hermano, uno de aquellos One Club Man, en su caso durante dos décadas jugador del Leeds, club en el que se desempeñó como defensa central, mientras que su hermano Bobby, además de One Club Man, fue uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol inglés. Un ocho o nueve con una elegancia, una zancada y un disparo descomunal, que puso al servicio del United, los “Tres Leones” el fútbol y su majestad la Reina, que en su caso siempre fue la pelota. Ambos son historia del fútbol inglés, siendo campeones del Mundo con Inglaterra en 1966, pero como se puede comprobar desarrollando un rol muy diferente sobre el terreno de juego.
Fritz la leyenda, Ottmar su escolta
Un caso similar es el correspondiente al de los hermanos Walter, Ottmar y Fritz, dos futbolistas alemanes que hicieron historia en las filas del Kaiserslautern, el primero de ellos que no llegó a adquirir la fama del segundo fue un medio ofensivo o delantero de gran potencia, muy polivalente, un rematador insaciable que brilló sin duda a gran nivel. Mientras que Fritz fue sin duda una de las más grandes leyendas del fútbol alemán, timón de aquella selección que se proclamó campeona del Mundo en Suiza en 1954. Basta mencionar que Fritz fue para Kaiserslautern, lo que Wolfgang Amadeus Mozart es para Salzburgo, Helmut Kohl para Ludwigshafen y Hermann Hesse para Calw. Un artista absolutamente exquisito y como se puede comprobar, muy diferente a su hermano Ottmar. También hermanos, aunque con menor calado histórico que los Walter, fueron los Hoeness, Dieter y Uli, los hermanos Förster, Bernd y Karl-Heinz o los hermanos Rummenigge, Michael y Karl-Heinz.
Tradición holandesa de hermanos
Otra de las históricas parejas de hermanos de la historia del fútbol fue la compuesta por los Van der Kerkhof; René y Willy, ambos banderas del PSV y de la selección que se proclamó subcampeona del Mundo en Argentina 1978. Willy era centrocampista, mientras que René era delantero, en su caso eran gemelos, una condición genética que no impidió que ambos se comportaran y expresaran de forma diferente sobre un terreno de juego, pero ambos fueron futbolistas de primer nivel. Resulta curioso pero en Holanda han existido varios hermanos que compitieron con brillo en el fútbol profesional, otro caso fue el protagonizado por los hermanos Koeman, Erwin y Ronald, el primero y mayor, desarrolló su carrera de forma brillante en el Groningen y el PSV, pero lejos de la transcendencia y calidad de Ronald, sin duda histórico defensa libre que pasa por ser una leyenda del club blaugrana y del fútbol holandés. Tampoco resulta desdeñable la carrera desarrollada por los hermanos de Boer, especialmente su desempeño en el Ajax, Frank en la media y la posición de defensa libre y Ronald en posiciones más ofensivas. Ambos internacionales, que dejaron una sensible huella en la historia del fútbol holandés.
El Doctor Sócrates una idea, y Raí un futbolista
En Brasil encontramos también otro ejemplo de hermanos con grandes condiciones para el fútbol, pero con evidente diferencia de calidad. Sócrates y Raí, el primero era el hermano mayor, dotado de una personalidad y una calidad técnica simplemente arrolladora, un tipo realmente peculiar que posiblemente eclipsó a Raí, otro gran futbolista que brilló en Sao Paulo y el fútbol europeo, pero que lógicamente no pudo llegar al nivel del Doctor Sócrates, creador de la utopía de un juego y la Democracia Corinthiana. Sin duda dos hermanos, pero una idea ante un futbolista carnal.
A la sombra del Diez
Especialmente significativo fue también el caso de la familia Maradona, Diego, Lalo y Hugo, el primero el eterno Diez, incomparable, inigualable y como se pudo comprobar a años luz de sus hermanos pequeños, que a duras penas pudieron soportar el peso de un dedo del pie de la pierna zurda de Diego. Chicos que probaron con Boca y Argentino Juniors, y que pasaron además por España para jugar en el Rayo y el Granada. El caso de Raúl (Lalo) y Hugo, fue ciertamente una misión imposible. Otra de esas parejas de hermanos con perfiles absolutamente distintos, fue la compuesta por los hermanos Milito, Gabi y Diego, el primero defensa central de estatura media y el segundo un cazagoles de espigada figura, ambos jugaron juntos en el Real Zaragoza. Revisar el archivo en busca de hermanos del fútbol argentino y no citar a los hermanos mellizos platenses, a los Schelotto, puede constituir un auténtico sacrilegio para el hincha, al que quizás se le escape que además de Gustavo y Guillermo, hubo otro hermano mayor llamado Pablo que fue portero. Como tampoco se puede obviar a los hermanos Zanetti, Sergio y Javier, o a los hermanos Burdisso, Guillermo y Nicolás.
Los Príncipes de Dinamarca
Llegados de la Península de Jutlandia dos hermanos hicieron historia en el fútbol danés gracias al talento del mayor y la velocidad del pequeño. Laudrup es sin duda un apellido con gran abolengo en la historia del fútbol mundial, Michael, el mayor, era puro talento, elegancia, desborde, un futbolista fuera de todo molde, calidad a raudales y visión de juego para regalar. En cambio su hermano, nada exento de calidad, basaba la esencia de su juego más en la velocidad y aunque fue una gran estrella, nada comparable al pase mirando al tendido, el balón atado a la cuerda invisible de los pies de Michael, que enamoraron al aficionado. Un caso de evidente capacidad para jugar al fútbol profesional, pero también con evidente diferencia de talento individual. La profesión ante el arte...
La historia del fútbol está repleta de ejemplos de hermanos que se dedicaron al fútbol profesional, pero es realmente complicado encontrar casos que brillaran a nivel similar. En Egipto también destaca el ejemplo de los hermanos Hossam e Ibrahim Hassam, el primero delantero legendario de la historia del fútbol de su país, y el segundo lateral derecho. Hossam brillando a un nivel espectacular y compartiendo con su hermano una carrera muy similar tanto en la selección como a nivel de clubes. Igualmente notable fue el legado familiar esférico dejado por los hermanos Neville, Gary y Phil. Ambos laterales con un perfil muy similar en las filas del United, permaneciendo por mayor tiempo en la elite en el caso de Gary. En el fútbol inglés sobresalieron también los hermanos Ferdinand, Río y Anton, aunque como suele suceder con mayor éxito para uno que para el otro, en este caso para el exjugador del United, Rio Ferdinand. La serie A fue también territorio histórico de sagas familiares de futbolistas, mención especial merece el caso de los hermanos Ballarin, Aldo y Dino, ambos jugadores del Grande Torino de los cuarenta y ambos fallecidos en la tragedia de Superga. Así como la histórica familia Sentimenti, que legó a la historia del fútbol italiano hasta cinco hermanos: Lucidio, Ennio, Arnaldo, Vittorio, y Primo. Una historia que siguió quedando en famiilia con los hermanos Giuseppe y Franco Baresi, Filippo y Simone Inzaghi, Fabio y Paolo Cannavaro.
Actualmente son varios los casos de hermanos que se dedican a la misma profesión, como son los casos de los hermanos Koné, Arouna, Bakari y Karamoko, al igual que los Boateng, Jerome y Kevin-Prince o el de los Touré, Kolo, Yayá e Ibrahim. Los hermanos Hazard que no son dos, ni tres, sino cuatro: Eden, Thorgan, Kylian y el más pequeño, Ethan, sin duda una de las fábricas más productiva de talentos futbolísticos de Bélgica...
Hermanos en el fútbol español
El archivo documental podría aportar datos capaces de remontar el estudio hasta los inicios del fútbol, en los que era habitual ver compartir juego y equipo a hermanos que interpretaban cada uno a su forma el juego. Basta con citar a los hermanos Alsúa en la década de los cuarenta del fútbol español, no menos significativa fue la dinastía de los Areta, hasta con tres hermanos jugando de forma coetánea en los años cincuenta. En el fútbol español existen infinidad de ejemplos, entre los que se podrían destacar a los hermanos Castro, Jesús y Enrique. Ambos leyenda en el Sporting, aunque con claras evidencias diferenciales, pues Quini fue uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol español, mientras que Jesús se dedicó a evitarlos desde la portería. De aquel Sporting también se puede recordar a los hermanos Ferrero, Enzo y Óscar, aunque evidentemente con mayor transcendencia futbolística para el primero que para el segundo. Entre Rojo I y Rojo II, como bien conocen en Bilbao, hubo una clara diferencia de calidad, pero ambos dejaron su huella en la Catedral del fútbol español. De la familia Gento surgió una pareja de hermanos que jugaron en el Madrid con suerte dispar, los hermanos Llorente, Julio y Paco, el primero defensa y el segundo un extremo de extrema velocidad. Manolo Hierro y Fernando Hierro, fueron también dos hermanos que brillaron en el fútbol español, el primero en menor medida que el segundo. Curiosamente Manolo vistió los colores del Barça y Fernando los del Madrid, con los que se convirtió en uno de los mejores defensores de la historia del fútbol español. Los hermanos Pérez Muñoz son también recordados, con Iván a la sombra de Alfonso. Luis Helguera e Iván Helguera protagonizaron también un caso similar, con Iván demostrando mayor capacidad para convertirse en futbolista de máxima elite. Mikel Alonso y Xabi Alonso es otro de aquellos ejemplos con clara diferencia de calidad o al menos de éxito, hijos de también de Perico Alonso, por tanto con una clara herencia genética futbolística en el árbol genealógico familiar. Muchos se preguntan qué hubiera sucedido si las lesiones hubieran respetado un poco más a la saga Valerón, pues dicen que Miguel Ángel, al que una grave lesión le truncó su carrera, era incluso superior futbolísticamente hablando a su hermano Juan Carlos, como todo el mundo conoce un mago del fútbol.
Más recientes son los casos de los Dos Santos (Giovani y Jonathan) o los Alcántara en Barcelona, ambos provenientes de una estirpe familiar de futbolistas, pero en el segundo de los casos, con Thiago y Rafinha brillando con mayor fuerza en el fútbol profesional. Muy prolífica también ha sido la saga de los Níguez, iniciada con José Antonio, el padre, pero continuada con sus tres hijos, tres hermanos, Aarón, Jonathan y Saúl, brillando este último en las filas del Atleti del Cholo.
Los hermanos Mejías
Sin duda el fútbol seguirá aportando ejemplos de hermanos que ofrecerán al fútbol potenciales y personalidades absolutamente diferentes, pese a sus similitudes físicas y genéticas. También en Cádiz, pues a lo largo de la historia del equipo amarillo pasaron futbolistas cuyos hermanos también eran futbolistas. Como dato curioso destacar a Enrique Collar, mítico jugador del Atlético de Madrid que jugó como cedido en el Cádiz en la temporada 52/53, en la que coincidió en el equipo gaditano con sus otros tres hermanos que también eran futbolistas. Curioso también el caso de Cenitagoya, lateral diestro que jugó en el Cádiz durante cinco temporadas en la década de los setenta y, cuyos cinco hermanos jugaron al fútbol coetáneamente: Javier, José Ramón y Ángel lo hacían en el Elorrio, mientras que Luis Pedro, jugaba en la Cultural Durango. El Cádiz además tuvo el privilegio de disfrutar de la presencia de parejas de hermanos portando la casaca del equipo gaditano, en la 57/58 los hermanos Schwandt, Otto y Juan, coincidieron en el Cádiz, ambos barceloneses pero de origen alemán, uno defensa central y el otro delantero; pero una de ellas destacó de manera especial, la formada por los hermanos Mejías. Pepe Mejías (Mejías I) y Salvi Mejías (Mejías II). En el caso de Pepe, posiblemente junto a Carvallo, Mágico y Kiko, el mejor jugador de la historia del club, un medio organizador con enorme llegada, desplazamiento de balón, un auténtico lujo de jugador. Mientras su hermano Salvador, pura velocidad y regate, paradójicamente con una forma de interpretar el juego diametralmente distinta a la de su hermano, pero también un excelente jugador, de los más destacados de la historia de la entidad gaditana.
Probablemente tras leer este informe histórico de la genealogía familiar de hermanos en la historia del balompié, las posibilidades de que Gastón iguale o supere al Kun en calidad, talento y éxito, se hayan reducido drásticamente, pero en Cádiz, donde otro argentino llamado Ariel Zárate (componente de otra saga de hermanos futbolistas compuesta por Rolando, Mauro y Sergio), dejó también su huella, no se puede reprimir la ilusión de que Punchi tenga un poco del Kun, o que al menos haga recordar a la afición a jugadores como Lucas Lobos o Matías Pavoni. La genética y la pedagogía vital aportará la solución, pues en el caso del Kun y Gastón todo queda en familia y en el (CAI), que en Argentina corresponde a un club rojo legendario, pero que por las tierras del sur de España es el nombre coloquial con el que los flamencos conocen a la ciudad en la que se espera al hermano de Agüero.