Corría el minuto 40 del encuentro de aquel 13 de junio de 2009. Dani Kome, que a los pocos segundos se convertiría en protagonista del choque, recibía un balón en carrera. Recorría varios metros, hasta la frontal del área gerundense y recortaba. Mirada puesta en el palo largo de Ponzo, el camerunés colocaba el balón allí donde el exguardameta del Tenerife nada podía hacer para evitar el gol tinerfeño. El gol del ascenso. A pesar de que faltaban más de cincuenta minutos de partido, aquel gol fue definitivo

Montilivi se convirtió en el escenario del cuarto ascenso a Primera

Aragoneses, Cendrós, Culebras, Luna, Sicilia, Juanlu, Mikel Alonso, Richi, Kome, Alfaro y Nino, y también Ángel, Ayoze y Cristo fueron los catorce hombres que sellaron la victoria blanquiazul para sumar ochenta y un puntos y lograr el ascenso que desde hacía siete años perseguían los insulares, por entonces dirigidos por José Luis Oltra. Cuarenta y una jornadas de esfuerzo, trabajo y sacrificio tuvieron recompensa en Montilivi, que quedó para siempre dentro de los anuarios como escenario talismán para los chicharreros.

Más de mil doscientas personas habían viajado a tierras catalanas para celebrar el ascenso a Primera División, cuarto en la historia blanquiazul. Tras los de 1961, 1998 y 2001, en este caso de la mano de Rafa Benítez, la plantilla cosechaba un nuevo éxito que los llevaría a competir en la máxima categoría del fútbol español, en esta ocasión tan solo por una temporada.

El regreso a Segunda deparó visita a Montilivi

Regresó el Tenerife la campaña siguiente a Segunda División, y el destino o la suerte fueron los encargados de que la vuelta a la categoría de plata fuera, precisamente, en el coliseo del Girona. El resultado, mucho menos complaciente para los pupilos de Arconada, fue un 4-2. Una serie de malos resultados acabaron con el propio Arconada destituido, y a final de temporada los blanquiazules sumaron un nuevo descenso a su palmarés.

La venganza, como suele decirse, es un plato que se sirve frío. Más que venganza, revancha es el término que podría definir la visita de este domingo a Montilivi, donde los blanquiazules querrán desquitarse del mal resultado cosechado en su última visita. El Tenerife, tras dos temporadas en Segunda B, vuelve al escenario donde empezó todo. Aunque solo dos de los miembros de la actual plantilla estuvieron en las dos últimas visitas a Girona, entre los aficionados blanquiazules no se olvida lo que significa Montilivi en la historia tinerfeña.

El partido, para los chicharreros, no podría llegar en mejor momento. La mejor racha de la temporada sigue su curso, y es que los tinerfeños acumulan ya seis jornadas sin perder (cuatro victorias y dos empates). La última, el pasado domingo ante el Real Jaén, confirma que la dinámica inicial ha cambiado, y ahora el fútbol está de parte del equipo de Álvaro Cervera. Además, el partido será antesala del duelo por excelencia del fútbol canario, que enfrenta a Tenerife y Las Palmas. Aun en fecha y horario atípico, miércoles a las 20:00, la importancia del choque es mayúscula para ambos, no solo por las repercusiones clasificatorias, sino por lo que a nivel moral significa.