Sin hacer ruido y por la puerta atrás el Tenerife se ha colado en los puestos que dan acceso a los playoffs por subir de categoría. Tras un inicio muy irregular en el que parecía condenado al pozo de la categoría, los de Cervera han ido claramente de menos a más para, con los altibajos propios de la enorme igualdad que existe este año, colarse en la séptima plaza que, gracias a que el Barcelona B se sitúa sexto, permitirían a los chicharreros jugarse el ascenso.  A base de victorias de prestigio como la conseguida en Lugo o en casa ante el Recreativo de Huelva, el Tenerife se ha convertido en uno de los equipos a tener en cuenta de la categoría, y con la goleada endosada este domingo a la Ponferradina los chicharreros han dado un golpe definitivo en la mesa de la Segunda División.

Sin presión el equipo funciona mejor

No obstante, ¿qué opina Cervera de esto? Pues, pese a que el crecimiento del equipo invita al optimismo, el técnico blanquiazul prefiere mostrarse cauto y apostar por la filosofía del "partido a partido", y tras ganar por 5-0 a la Ponferradina el míster lanzaba un mensaje muy claro: "sigo pensando que el objetivo es la salvación". ¿Lo piensa de verdad o simplemente quiere quitar presión a los suyos en la lucha por arriba y evitar que tengan la cabeza en asuntos que no son realmente primordiales para el club? Se admiten interpretaciones, pero si recordamos que, tras la victoria por 3-0 ante Las Palmas en la jornada 17, Cervera declaró: "si no nos paran vamos a seguir hasta donde podamos", y que tras esto el equipo sólo pudo sumar 4 puntos de los siguientes 15 encajando 9 goles y anotando tan sólo 2, podemos entender este mensaje como una lección de humildad para evitar errores del pasado.

Pero, si bien es cierto que para algunos hablar de salvación para un equipo que ocupa zona de playoffs cuando algunos equipos que están por debajo ni se la plantean puede sonar hipócrita, esta táctica ha traído al equipo la buena dinámica que le sitúa donde está. Este mensaje cauto se ha instalado también en los futbolistas, que, en la que se ha convertido en una pregunta rutinaria en cada rueda de prensa, no se cansan de insistir en la necesidad de lograr primero la salvación matemática antes de ponerse cotas mayores, y no parecen sentirse nada incómodos con el mensaje, más bien todo lo contrario. Se ve un Tenerife tranquilo sobre el campo, una sensación que seguramente no transmitiría de jugar con la presión de marcarse la promoción como objetivo. Jugadores como Aitor Sanz, Ayoze Pérez o Suso, que pasan por el momento más dulce de su carrera, se sienten liberados y sin la tensión de tener que llegar como sea a un objetivo tan complicado, y ésta es quizás la clave de su gran estado de forma.

Equipos como Zaragoza y Mallorca, obligados a estar arriba, se ven ahora detrás del Tenerife

Además, este mensaje no tiene sólo la faceta interna de relajación y de quitar presión a los jugadores ante la ilusión que se ha desatado en la isla, sino una faceta externa de que los rivales sigan considerando al Tenerife como un equipo cuyo objetivo es la salvación. Aunque esto pueda entenderse desde el punto de la diferencia de motivación del rival al jugar contra un equipo grande o uno de media tabla, su explicación puede deberse más bien al aspecto táctico: el Tenerife es un equipo que, sobre todo a domicilio, disfruta jugando más replegado y con un centro del campo más destructivo para robar y hacer daño aprovechando la velocidad de sus hombres de ataque, y esto es algo que posiblemente no podría permitirse tan a menudo si se le considerase como uno de los punteros de la categoría. Mientras que equipos como el Deportivo o el Sporting, que tienen claramente marcado el ascenso directo como único objetivo se encuentran con planteamientos más conservadores allá donde van, los de Cervera pueden seguir desarrollando ese estilo al menos fuera de casa.

Atlético de Madrid: misma filosofía y mismo éxito

Otro claro ejemplo de esta filosofía lo encontramos en el Atlético de Madrid de Simeone, que ocupa ahora misma la primera posición de la Liga BBVA mientras su técnico continúa diciendo que el objetivo de la temporada es asegurarse el tercer puesto para acceder a la Champions League sin necesidad de fase previa. Como los chicharreros, los de la rivera del Manzanares han aprovechado no tener la imperiosa necesidad de ganar el título que sí existe en sus rivales para dar la sorpresa, y se permite el lujo de desarrollar un estilo juego efectivo pero que seguramente recibiría muchas críticas de ser llevado a cabo por los dos grandes aspirantes a la Liga: Barcelona y Real Madrid. Simeone ha llevado la calma a un equipo que se siente capaz de todo y que no tiene ninguna presión, y eso es quizás el arma más poderosa de la que dispone para enfrentarse a dos conjuntos que, a priori son de mayor nivel y contra los que no parecía siquiera capaz de competir.

Ayoze y Costa lideran a sus equipos gracias a su inesperada explosión

Aunque, a diferencia del Tenerife, los colchoneros no han necesitado remontar y han estado toda la temporada en la lucha por el primer puesto, las similitudes entre ambos casos saltan a la vista. Ambos tenían un objetivo marcado y nadie se planteaba otro, pero el avance de la temporada les ha puesto en posición de ir más allá, y aunque no han sellado matemáticamente sus objetivos básicos son muy pocos los que, fuera del club, creen que no los conseguirán. Además, ambos cuentan con jugadores que están rindiendo a un nivel mucho mayor del esperado y que son la clave de que ambos estén donde están, y, para más coincidencia, dichos jugadores ocupan las mismas posiciones: mientras que en el Atlético sorprende el salto de calidad de Diego Costa en la delantera y Arda Turán desde la banda, en el Tenerife destaca la adaptación a la nueva categoría de Ayoze Pérez y de Suso en los mismos puestos. Para finalizar, da la casualidad de que ha sido en el mismo fin de semana cuando el Atlético se ha hecho con el liderato y el Tenerife con la plaza de playoffs. Ahora toca ver si los dos pueden mantenerse en ella.

Simeone ya anunció públicamente, tras la enorme insistencia de la prensa, que si la situación seguía así cuando faltaran cinco jornadas de liga cambiaría de mentalidad y se centraría en ganar el título. Cervera por su parte no se ha marcado fecha fija para cambiar la mentalidad, simplemente esperará a conseguir la salvación matemática, si es que ésta llega. Y es que al fin y al cabo, ¿qué prisa hay? Si es que cuando la filosofía del "partido a partido" funciona tan bien, parece que es mejor no abandonarla.