La buena racha que atraviesa el equipo de Raúl Agné ha devuelto la esperanza a una afición que veía angustiada como el equipo coqueteaba más de lo debido con los puestos de descenso. Con el preparador aragonés, los blanquiazules han logrado cortar la sangría de derrotas a domicilio y ganar los tres últimos encuentros como local, lo que da ilusión de cara al tramo final de competición.

El Zaragoza, solo seis puntos de los últimos 21 posibles

Y es que el próximo domingo visita el Rodríguez López el Real Zaragoza, equipo que marca los puestos de promoción de ascenso a la Liga BBVA. A diez puntos de los blanquiazules, los de Ranko Popovic solo han sumado un triunfo en las últimas siete semanas. Con 47 unidades en su haber, una victoria blanquiazul dejaría las distancias con el equipo blanquillo en siete puntos a falta de diez jornadas. ¿Imposible?

El Córdoba ya logró una remontada similar

Imposible, y más en el fútbol, no hay nada. Sin dejar de mirar hacia abajo, el Tenerife puede fijarse en el espejo del Córdoba, ahora equipo de Primera División, para lograr lo que sería sin duda alguna una auténtica machada.

Y es que los franjiverdes ya lograron la temporada pasada algo similar a lo que ahora podría aspirar el Tenerife. En la jornada 31, el equipo andaluz era decimosexto, al igual que los blanquiazules en estos momentos. Los playoffs, en su caso, estaban a cinco puntos, pero la remontada en su caso fue igualmente sorprendente.

Acabó séptimo y ascendió

Una sola derrota en los últimos once partidos de competición permitió al conjunto del 'Chapi' Ferrer jugar los playoffs al acabar séptimo, aprovechando la ventaja que suponía tener por encima al Barcelona B. El resultado en las eliminatorias, ya de sobra conocido, acabó con un agónico ascenso en Gran Canaria.

Al Tenerife, que parece haber encontrado su forma de juego y progresa cada semana, le quedan aún once jornadas por delante para conseguir lo que parece un sueño. Los blanquiazules, que no pierden desde hace ocho semanas, se encomiendan al buen trabajo de Raúl Agné y sus pupilos para tener un final de temporada repleto de emoción. Difícil sí, pero no imposible. Soñar está permitido.