Tenerife y Lugo firmaron tablas en un partido loco en el Heliodoro, que vio cómo ambos equipos pecaban una y otra vez de falta de definición y no dejaban de perdonar ocasiones. Los locales se hicieron con el control del partido en la primera mitad y tuvieron varias ocasiones para adelantarse, pero José Juan emergió como héroe lucense para mantener el empate en el electrónico con numerosas intervenciones salvadoras. En la segunda parte el Tenerife también presumiría de portero, pero sobre todo de falta de gol, algo que hoy le costó la victoria y pudo costarle incluso un punto que, auque insuficiente, sabe muy bien tras haberse dado prácticamente por perdido.

El encuentro, a ratos anárquico y abundante en ocasiones, terminó de convertirse en una auténtica locura a tres minutos del final, cuando con los locales volcados y desperdiciando ocasiones Álvaro Peña aprovechó un contraataque para adelantar a los suyos, que ya se veían ganadores. Nada más lejos de la realidad, pues tan solo un minuto después los chicharreros devolvieron la igualdad al marcador con un penalty transformado por Vitolo. Al final, ninguno se fue contento: los locales, porque pudieron llevarse tres puntos que les habrían venido de perlas; los visitantes, por haber dejado escapar la victoria a falta de tan poco.

Más ganas que acierto

El Tenerife arrancó el choque generando mucho peligro por la banda derecha. Las conexiones entre Moyano y Suso permitían al tacuense llegar a línea de fondo con opción de poner un buen centro, pero sus lanzamientos hacia Ifrán o Maxi no terminaban de llegar gracias a un Israel que se hizo enorme en sus labores defensivas en el inicio de partido. No obstante, la primera ocasión del partido fue para el Lugo, que en un zapatazo de Luis Fernández desde unos 40 metros que escupió el larguero pudo poner el 1-0.

Ambos conjuntos comenzaron llevando a cabo una presión adelantada a la salida de balón de su rival, lo que generaba muchos problemas pero les dejaba algo desprotegidos si los centrales enemigos lograban superar la primera línea. Esto hizo que los primeros compases del partido fueran bastante frenéticos y con muchas aproximaciones, pero éstas no terminaban de concluir en jugadas trenzadas y de peligro.

En el minuto 15 tuvo su primera ocasión clara el Tenerife en un disparo de falta de Diego Ifrán que envió a córner José Juan, pero de nuevo esta fue fruto de un zapatazo lejano y aislado. A la hora de crear peligro a partir de la posesión ambos continuaban pecando de imprecisión en los metros finales.

El Tenerife se fue haciendo dominador de la primera parte y convirtió en héroe a José Juan

La primera gran ocasión tuvo lugar en el minuto 20, en el que Ifrán falló una de esas ocasiones que no suele perdonar. Aitor Sanz leyó a la perfección uno de los múltiples desmarques a la espalda de la defensa de Maxi Pérez, el uruguayo controló el esférico, y se lo cedió a su compatriota para que rematara desde el punto de penalty, pero Ifrán no logró dar dirección a su remate y lo envió al centro, donde pudo repelerlo sin problemas el guardameta visitante. El Heliodoro ya cantaba el gol, pero por el momento debería seguir esperando.

Foto: lfp.es

Con el paso de los minutos el Tenerife fue ganando metros, y las apariciones lucenses por el área de Dani Hernández se hicieron cada vez más escasas. Las oportunidades ya solo caían de lado local, y en el 27 fue el otro punta charrúa, Maxi Pérez, quien perdonó el 1-0. Esta vez las tornas se invirtieron, pues fue Ifrán quien supo hacerse hueco para recibir en el pico del área con algo de espacio y asistió a su compañero, pero de nuevo Jose Juan estuvo rápido para salir y taponar el remate del blanquiazul en el mano a mano.

A base de posesiones largas el Lugo consiguió alejar a los chicharreros de su área, pero la zaga local, si bien no era capaz de robar balones a través de la presión, cerraba bien los huecos para evitar acercamientos de los gallegos. De hecho, esto permitió que el Tenerife tuviera espacios para contragolpear, y en la primera oportunidad que tuvieron para hacerlo Suso estuvo cerca de inaugurar el marcador. El héroe de los de Setién fue el mismo de siempre: Jose Juan.

El Lugo sufría cada vez más, y a ratos fue incapaz de salir de su campo gracias al gran posicionamiento táctico de Vitolo y Aitor Sanz, soberbio en la tarde de hoy, que estaban siempre atentos para interceptar cualquier salida de balón lucense. Al descanso, el 0-0 era un milagro personificado en Jose Juan, pues los locales habían sido claros dominadores de la primera mitad.

Intercambio de golpes

La segunda mitad tuvo un guión muy diferente al de su predecesora, pues el Lugo comenzó a generar peligro en ataque y a desbordar a la defensa del Tenerife. Nada más salir, Dani Hernández tuvo que ponerse el mono de trabajo para salvar un clamoroso remate en el área pequeña, y luego hizo la estatua mientras veía cómo un disparo de Toni desde la frontal se marchaba junto a su palo derecho. El partido era otro.

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Aitor Sanz volvió a hacer que Jose Juan se luciese con un excelente disparo desde el borde del área, pero era evidente que los chicharreros ya habían perdido el control del partido que habían tenido en la primera mitad. De nuevo Toni estuvo cerca de hacer el 0-1 empujando un balón en el segundo palo, pero Moyano estuvo rápido para tocar el balón y evitar que rematase con comodidad, y el rechace acabó marchándose fuera. Agné, consciente de la necesidad de revertir la situación, dio entrada a Cristo Martín por Juan Carlos, que había desaparecido en la segunda parte.

El colegiado anuló a Maxi Pérez el gol que habría supuesto el 1-0

La posesión era ya de forma abusiva para los gallegos, pero el Tenerife no renunciaba a ser vertical cada vez que robaba un balón. En una de estas, alrededor del minuto 65, Diego Ifrán condujo el balón durante varios metros y remató desde la frontal del área, pero de nuevo Jose Juan estuvo inconmensurable y salvó el tanto blanquiazul con una gran estirada. Maxi Pérez anotó en el rechace, pero lo hizo en posición antirreglamentaria y el colegiado acertó al señalarlo.

La ocasión despertó a los de Agné, que volvieron a tener el 1-0 en las botas de Ifrán cinco minutos después, pero el sudamericano volvió a toparse con el portero gallego tras rematar a placer un balón perfectamente cedido de cabeza por Carlos Ruiz. El punta pudo rematar mejor, pero lo cierto es que las intervenciones de Jose Juan comenzaron a ser ya desesperantes para la grada del Heliodoro, que veía cómo los suyos empezaban a despertar tras su dubitativa salida en la segunda parte.

El Tenerife parecía destinado a no marcar. Con el equipo volcado, dispuso de un córner en el minuto 83 que remató Carlos Ruiz en el área pequeña y que se encontró Jose Juan por casualidad cuando ya estaba vendido, y el rechace volvió a ser rematado por el central andaluz y volvió a rebotar en el guardameta visitante. Un minuto después, Abdón Prats remató desviado un buen centro de Suso al que llegó en una posición muy cómoda. No había manera.

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El partido terminó de volverse loco cuando el Lugo, que llevaba minutos sin dar señales de vida en ataques, marcó. El Tenerife se volcó en exceso y dejó a Vitolo como único cierre en un córner, y los gallegos lo penalizaron al máximo plantándose en un dos contra uno con Dani Hernández que no perdonó Álvaro Peña. La decepción en el Heliodoro era más que evidente, y la gente, que daba ya por perdido el choque en el minuto 87, comenzó a marcharse.

No obstante, la locura se iba a alargar, pues pocos segundos después de verse por debajo los blanquiazules se encontraron con un penalti a favor tras un claro derribo de Maxi Pérez dentro del área. Vitolo asumió la responsabilidad, lanzó con potencia, y José Juan, aunque estuvo cerca de detenerlo y de hecho llegó a tocar el balón, no pudo terminar de consagrarse como héroe absoluto y tuvo que lamentarse viendo entrar el balón. No hubo tiempo para más, y tras unos instantes finales de locura, todo acabó en un reparto de puntos.

Los blanquiazules consiguieron rescatar un punto que parecía perdido, y quizás a causa de esto las sensaciones no sean del todo malas, pero lo cierto es que en un análisis más frío es probable que sí lo sean. A falta de seis jornadas, los chicharreros solo están cuatro puntos por encima del descenso, tantos como partidos les quedan por jugar fuera de casa, y viendo los problemas que tienen para ganar lejos del Heliodoro no pueden dejar escapar más ocasiones como esta. La semana que viene viajarán a Santander, donde una derrota les complicaría la vida enormemente. Necesitan reencontrarse con el gol en este sprint final si no quieren vivir un final de temporada agónico.