El CD Tenerife comenzó el partido ante el Alcorcón dominante y consciente de la importancia del mismo, intentando ir a por su rival, pero en el segundo minuto de partido todos los planes de los blanquiazules se fueron al traste con el gol alfarero. El tanto fue obra de Nagore tras un grave despiste defensivo, y pese a la estirada de Dani, el balón acabó entrando en la portería, por lo que uno de los partidos más importantes del año el Tenerife lo empezaba perdiendo muy pronto.

Nervios e imprecisiones

Tras el gol visitante, el Tenerife se hizo con el control del partido e intentó meter en su área a un Alcorcón que llevaba cinco partidos sin recibir un gol y que defiende muy bien. Los locales le ponían ganas y actitud, pero los nervios provocados por el gol del Alcorcón y la importancia del partido desembocaban en múltiples imprecisiones que impedían que el Tenerife pudiese crear ocasiones claras de gol. El Alcorcón se sentía cómodo y al Tenerife le podían los nervios y las prisas.

Penalti, expulsión y cambio de escenario

El primer tiempo llegaba a su fin, y cuando más complicado parecía tenerlo el Tenerife, el partido dio un vuelco. Abdón Prats metió un balón al área y Hector Verdés cometía penalti sobre el charrúa Maxi Pérez, penalti que además acarreó la segunda tarjeta amarilla y por tanto la expulsión del defensor alfarero. El penalti lo lanzaba Vitolo que no perdonaba y engañaba al portero para poner el empate a uno en el marcador en el minuto 45 de partido, justo antes del descanso.

Acoso sin derribo

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La segunda parte del encuentro fue un continuo ataque del Tenerife ante un Alcorcón que se limitaba a defender y a intentar parar el partido y perder tiempo. Pero una vez más, los de Raúl Agné se toparon con su mayor problema, la falta de gol. Con la entrada de Cristo Martín y Aridane los blanquiazules ganaron en profundidad y llegadas, llegando a estrellar un balón en el palo y obligando al guardameta del Alcorcón a realizar varias intervenciones de mérito. Finalmente, y pese a contar con un futbolista más durante todo el segundo tiempo, el Tenerife no fue capaz de marcar un segundo gol que habría sido de vital importancia.

El partido terminó con un empate a uno que no contentó a ningún equipo, pero menos al Tenerife, que se queda tan solo a tres puntos del descenso con un difícil calendario por delante, empezando por la visita a Sabadell del próximo miércoles en la que los jugadores de Raúl Agné tienen que ganar sí o sí para espantar a los fantasmas del descenso.