El Tenerife cayó derrotado en El Molinón en un encuentro en el que, si bien luchó de principio a fin, dejó claro que ahora mismo es bastante inferior a los asturianos. Los de Agné realizaron una primera parte muy solvente, pero un tanto en el descuento de Isma López rompió el partido justo antes del descanso y obligó a los chicharreros a dar un paso hacia arriba que acabaron pagando caro. Tras el 2-0, el choque quedó sentenciado, y ambos equipos comenzaron a pensar en lo que les queda por venir. El Sporting necesitan seguir ganando y esperar un pinchazo del Girona para tener opciones de lograr el ascenso directo; los tinerfeños mantendrán la categoría si logran un triunfo en uno de los dos partidos que tienen por delante.

Isma López derrumba el planteamiento

El partido comenzó con mucha intensidad. Se vio a un Tenerife con confianza, seguro de sí mismo tras la victoria en Sabadell, que buscaba robar el balón en el proceso de creación del rival para salir con velocidad, y fue el primero en tener varias aproximaciones al área pese a que no fueron muy peligrosas. El Sporting sufría para meterle mano al equipo chicharrero, que estaba muy bien plantado en el campo. Los de Abelardo también presionaban arriba, pero los tinerfeños, a diferencia de los rojiblancos, no tenía reparos en dar un balonazo, aunque esto les hizo no tener apenas posesión.

El Tenerife logró anular el peligro del Sporting en los primeros minutos

La primera llegada de los locales tuvo lugar en un disparo de Carlos Castro desde dentro del área que desvió Hugo Álvarez a córner cuando corría el minuto 12. Los asturianos iban poco a poco acercándose, pero no terminaban de tener ocasiones excesivamente peligrosas, pues basaban su ataque en centros en los que Dani Hernández se mostró segurísimo y en disparos lejanos en los que no terminaban de estar acertados. El tiempo pasaba sin que su dominio de posesión se transformase en ocasiones de gol.

El Tenerife tampoco generaba peligro en ataque más que por alguna internada de Omar Perdomo, que aún sin estar muy acertado demostró cosas muy interesantes, pero fueron los de Agné quienes gozaron de la primera ocasión clara del choque. En una falta en el pico del área, Aitor Sanz colgó el balón, Cuéllar salió en falso, y Maxi se encontró con el balón en el segundo palo y con la portería vacía. No obstante, debido a la potencia del balón y a no esperar que este le llegase no pudo orientarse adecuadamente para empujarla y su intento de remate acabó convirtiéndose en un despeje a saque de banda.

Foto: LFP.

La réplica del Sporting se hizo de rogar unos minutos, pero cuando llegó lo hizo con bastante peligro. Alrededor del minuto 31, un centro desde la derecha fue rematado por Guerrero, pero el balón salió lamiendo el poste por escaso centímetros mientras el guardameta blanquiazul hacía la estatua. Poco después sí tendría que intervenir el caraqueño, que atrapó sin problemas un disparo de Carlos Castro, que se había encontrado el balón dentro del área tras un mal despeje de Raúl Cámara.

Pese a que eran los rojiblancos quienes llegaban más regularmente, daba la impresión de que se estaba jugando a lo que el Tenerife quería, pero justo cuando parecía que el 0-0 iba a ser el resultado con el que se llegaría al descanso, llegó el tanto local. Isma López realizó una gran internada desde la banda izquierda hacia el medio, y cuando se vio dentro de área culminó su jugada con un excelente disparo ajustado al palo izquierdo de la meta de Dani y puso a los suyos por delante. No hubo tiempo para más, y el choque se iba al descanso con el 1-0 en el marcador. A los de Agné ya nos les bastaba con aguantar.

El riesgo se paga

En la segunda mitad, el Tenerife optó por dar un paso hacia delante, lo que le permitió tener alguna aproximación más al área de Cuéllar, pero también le hizo descuidar algo más la faceta defensiva. Pese a tener claros problemas para generar peligro a través de la posesión, los chicharreros comenzaron a ser más verticales en sus salidas, y de hecho en una de ellas Cristo Martín realizó el primer disparo a puerto de los suyos. Si bien fue de forma timorata, demostró que los de Agné habían salido con otras intenciones.

Omar volvió a aparecer con el desborde de la primera parte, y, pese a la ausencia de Suso, hizo que la banda derecha volviese a ser el epicentro del ataque tinerfeño. En una de sus internadas, asistió a la perfección a Juan Carlos, pero el disparo del gallego desde dentro del área fue taponado cuando parecía que podía igualar el encuentro. No obstante, este paso hacia arriba implicó un riesgo que acabó saliendo mal.

Foto: LFP.

Carlos Castro pudo hacer el 2-0 en el 61 tras rematar un balón muerto a escasos metros de la portería, pero Carlos Ruiz pudo molestarle lo suficiente para que su definición no acabase dentro por pocos centímetros. No obstante, el canterano del Sporting no iba a perdonar cuatro minutos después, y tras una pérdida en la salida de balón del Tenerife se resarció de su error con un tanto que dejaba el partido visto para sentencia.

Omar pudo volver a meter al Tenerife en un partido con un remate al palo

Aún así, no bajaron los brazos los visitantes, y Omar Perdomo pudo volver a darle vida al encuentro con un disparo al palo en un mano a mano tras una gran jugada individual. Estaba bien cerrado por los centrales y Cuéllar, que salió muy rápido a cubrir, pero dio la sensación de que podía haber cedido el balón a Abdón Prats con un pase de la muerte. Tanto un gol como una asistencia habrían supuesto una buena manera de coronar su gran actuación.

También siguieron llegando ocasiones para los locales, en los que Guerrero se irguió como referente en estos minutos, pero primero la falta de puntería y luego Dani Hernández impidieron que sus remates desde la frontal acabasen suponiendo el 3-0. No obstante, poco a poco ambos equipos, sabedores de que todo estaba sentenciado y de que les queda mucho por jugarse en las siguientes jornadas, fueron bajando el ritmo, y todo acabó con una especie de tregua. Al final, tras unos últimos minutos sin nada destacable, todo acabó 2-0.

Pese a todo, la sensación en todo momento fue de que el Tenerife quiso pero no pudo. No se vio a un equipo indolente como en Santander, sino a un equipo que luchó pero que fue presa de sus limitaciones. Ahora, con tres puntos de ventaja sobre el descenso, los de Agné viajarán de vuelta a la isla para tratar de cerrar la permanencia ni más ni menos que contra el Betis. No será fácil, pero si los andaluces llegan estando matemáticamente en Primera División las complicaciones serán menores. Queda poco, y a los chicharreros solo les queda dar un último paso. Por el bien del club, será mejor darlo cuanto antes.