Y a la sexta jornada, resucitó. El Tenerife, que llevaba ya varios partidos deambulando sin rumbo alguno por el césped, dio hoy por fin los primeros signos vitales y dio la sensación de ser el equipo competitivo que se había visto en pretemporada. La plantilla parece haber recuperado la confianza tras el triunfo en Palamós, y hoy por fin se pareció al equipo que Agné había logrado hacer funcionar la temporada pasada y en la preparación de esta.

Fue un choque sin brillo y sin alardes, pero no era eso lo que hacía falta. El Tenerife necesitaba volver a ser un equipo solvente en defensa, que recibiese pocas ocasiones, y que diese la impresión de poder generar peligro cuando recibía en tres cuartos, y fue eso lo que se vio hoy, sobre todo en la primera parte. Los blanquiazules volvieron a ser el conjunto al que habían acostumbrado al Heliodoro; la cosa volvía a la normalidad.

Hoy Vitolo y Aitor Sanz volvieron a ser el dúo que convierte al centro del campo del Tenerife en uno de los mejores de la categoría, algo que los chicharreros venían echando de menos en este arranque liguero. Encontraron en Cristian un socio cada vez mejor adaptado a lo que le pide Agné en su nueva posición, y ahogaron en determinados momentos la salida de balón de los burgaleses. El que había sido el engranaje central del Tenerife durante mucho tiempo volvió a funcionar hoy.

Foto: lfp.es

No obstante, las mejores sensaciones las dejaron hoy los hombres de arriba. Pedro Martín, tras el dubitativo inicio, volvió a recordar al prometedor segundo punta que demostró ser entre julio y agosto; Suso, que ya había destapado su faceta goleadora este año, fue de nuevo el extremo vertical, rápido y agresivo que siempre ha sido; y el Choco Lozano dio sencillamente una exhibición de esfuerzo, asociación con sus compañeros, y definición de cara al gol. Por si faltaba algo, Dani Hernández fue de nuevo decisivo y volvió a salvar puntos con sus intervenciones bajo palos. El Tenerife volvía a carburar

No fue un gran partido, de hecho seguramente ni siquiera pueda decirse que fue un gran Tenerife, pero fue un equipo competitivo, que, visto lo visto en los choques anteriores, ya es bastante. Agné parece haber transmitido por fin a sus jugadores la idea que tiene para este equipo, y los resultados empiezan a llegar. No hay que lanzar ahora las campanas al vuelo, pero no cabe duda de que este equipo ya comienza a despegar. Ahora toca ver hasta dónde puede llegar.

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Sobre el autor
Aitor Darias Oruezabala
Proyecto de periodista. Amante del fútbol desde pequeño y enamorado más tarde del baloncesto. De qué sirve vivirlo si no puedes contarlo.