Mucho se habló durante la semana de que la prioridad era la Liga y que la Copa importaba menos. Pocos imaginaban que el Celta iba a cumplir esta premisa a raja tabla en San Mamés. Un equipo apático, sin alma, no fue rival para un Athletic que, sin poner toda la carne en el asador, solventó con facilidad el partido.

Mientras Valverde salió con todo para remontar la eliminatoria, Luis Enrique creyó más oportuno introducir novedades en su once. La primera y más llamativa fue en la portería, donde formó Rubén Blanco en lugar de un Sergio que estuvo notable en el partido de ida. Jonathan Vila, uno de los habituales descartes también fue titular, igual que Krohn-Dehli, que volvió a jugar de mediocentro a pesar de las dificultades que tuvo en el partido de ida. Madinda ejerció como interior.

Espejismo inicial

El partido empezó igualado. Mucho más de lo que cabría esperar. El temido arreón inicial de los Leones no se produjo y el Celta quiso ser protagonista en el partido a partir de la pelota. Posesión y juego combinativo. Nobles intenciones las de los celestes, que rápidamente se diluyeron. Un azucarillo.

El Athletic dominaba casi sin querer

Poco a poco, el Athletic fue imponiendo su ritmo, subiendo el pistón. Casi sin querer, los de Valverde se encontraron jugando la mayor parte del tiempo en el campo de los vigueses. Un Muniain eléctrico, jugando por dentro, comandó el dominio local. El navarro fue una pesadilla para la defensa viguesa con su juego entre líneas y su movilidad.

La urgencia no puede ser norma

En el partido de ida, Luis Enrique decidió formar con Krohn-Dehli como pivote ante la ausencia por lesión de Oubiña. La probatura no salió todo lo mal que se podría esperar y el danés rindió con corrección mientras le duró la gasolina. Cuando le faltaron las fuerzas aparecieron los fallos y fue sustituido. En el día de hoy, el asturiano insistió con el Vikingo como cinco, pero en esta ocasión no hizo falta esperar al bajón físico para que quedase claro que Krohn no es pivote. Impreciso, precipitado, incómodo. el nórdico no tuvo su día, lo que se agravó al jugar como mediocentro. Perdió numerosos balones por arriesgar demasiado en las entregas (como es normal en un mediapunta).

En una de estas acciones llegó el primer gol del Athletic. Lío monumental del danés en la salida de balón, los rojiblancos recuperaron y con un pase de Ibai y una dejada de Aduriz, la pelota quedó franca en la frontal para que Muniain ejecutase un precioso disparo. Golazo. Era el minuto 21.

Sin capacidad de reacción

El 1-0 igualaba la eliminatoria y todavía quedaba muchísimo partido. La tónica continuó siendo la misma. El Celta contemplativo, sin coraje, siguió siendo dominado por un Athletic que jugaba en cuarta. Iturraspe y Mikel Rico dominaron totalmente el centro del campo ante un Madinda perdido y un gris Álex López, que tampoco ayudaron demasiado al desafortunado Krohn-Dehli.

En el apartado ofensivo el bagaje fue insignificante. Charles intentó dar sentido al juego, recibiendo de espaldas y buscando asociarse con Nolito y Toni ofreció las prestaciones habituales: llegadas a línea de tres cuartos y centros inofensivos. En el otro costado volvió a quedar claro que Santi Mina sufre mucho lejos del área y todavía más en la banda derecha. Inoperante el canterano.

De esta manera y casi por inercia, el Athletic rondó la portería de un Rubén inseguro y dubitativo. En la línea del equipo. Así, justo antes del descanso llegó el segundo gol. Ibai encaró a Hugo Mallo, le supero con facilidad y su centro con la zurda encontró el remate de Susaeta en el segundo palo. Un nuevo error defensivo de Toni que había perdido la marca del jugador vasco.

Otra vez en inferioridad

Tras el paso por los vestuarios, poco o nada cambió. El Celta necesitaba en ese momento marcar ya que el 2-0 le dejaba fuera. Nada pasó. Nadie apareció. La dinámica general siguió siendo la misma. Un partido de ritmo bajo, en el que el Athletic dominaba sin hacer demasiado esfuerzo. La incapacidad para recuperar balones en la zona ancha condenó al Celta.

El Celta pensaba en Osasuna sobre el verde de San Mamés

Las esperanzas de reacción de la parroquia viguesa sufrieron un mazazo en el minuto 52. En una pelota dividida Hugo Mallo fue al suelo e Ibai cayó ante la entrada del marinense. Teixeira Vitienes enseñó la segunda tarjeta al lateral y le expulsó. Tercer partido consecutivo fuera de casa que el Celta se queda con diez. Las imágenes de televisión demostraron que la tarjeta fue, como poco, rigurosa.

El Athletic se ve obligado a golear

Luis Enrique movió ficha rápidamente tras la expulsión. Retiró del campo a Álex López y metió a Jonny. Un cambio pensando en Osasuna. Por un lado daba descanso a un teórico titular para el domingo y por otro fogueaba al lateral que seguramente remplace al sancionado Hugo Mallo. A partir de ahí, dos líneas de cuatro por detrás del balón, con Charles arriba buscando el milagro. Sin embargo el Celta no está pensado para ser compacto ni aguerrido. El Athletic encontró vías de agua en el flojo entramado defensivo visitante en el que, igual que en Valladolid, Cabral fue el mejor.

De esta forma, el tramo final del partido se vivió con un Athletic que no quería hacer sangre y un Celta que pensaba en Osasuna mientras jugaba en San Mamés. Ibai pudo marcar, tras internarse con una sorprendente facilidad y sin oposición por el carril central hasta la frontal del área; sin embargo su disparo se estrelló contra el palo. La falta de intensidad de los gallegos se vio reflejada en su portero, que a punto estuvo de meterse el balón en su propia portería al fallar un golpeo de forma dantesca.

Esa falta de intensidad salió de nuevo a relucir en el tercer gol del Athletic. Minuto 80. Balón filtrado al interior del área para que Muniain controle mal, se coloque, se prepare y marque, gracias a las facilidades de Vila y Jonny que pedían un fuera de juego inexistente. El lateral de Matamá se quedó colgado y habilitó para que el navarro hiciera su segundo tanto de la noche. Todavía tendría tiempo Aduriz de hacer su gol. En un balón dividido con Rubén, el portero llegó antes para despejar, pero el balón rebotó en el cuerpo del delantero guipuzcoano y acabó entrando en la portería celeste.

Los minutos restantes se vivieron como un trámite. Una victoria mucho más fácil de lo esperado en Bilbao, que permite al Athletic avanzar ronda para enfrentarse en octavos contra el Betis. Por su parte, el Celta (sin partidos de por medio) ya piensa en el importantísimo partido contra Osasuna en Balaídos el próximo domingo a las 21:00.

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