Celta y Betis dan un paso más en su trayectoria con el mismo objetivo en mente: eludir el descenso. Las mareas peligrosas acechan y ambos buscan, sin atino, aferrarse a cualquier resquicio que les permita solidificar sus expectativas. La esperanza, los sueños por cumplir y la ansiedad se mezclan en un cóctel cuyos efectos secundarios están todavía por definir pero que, sin duda, deberán ser paliados si se pretende salir con vida de esta situación.

El equipo local, el Celta de Vigo, continúa con su montaña rusa particular, alternando grandes partidos con actuaciones nefastas, y parece haberse rendido a que la irregularidad y lo impredecible dominen su trayectoria. Las derrotas, las victorias y los empates se suceden sin orden lógico entre aplausos y abucheos, en una dinámica de inestabilidad asumida y recibida por aficionados que ya no esbozan una expresión sorpresiva cuando los sueños no se cumplen.

Por otro lado, la vida en el ámbito bético no es ni mucho menos sencilla. La destitución de dos técnicos de forma consecutiva complica mucho la situación en un equipo que se halla sumido en lo más hondo de la tabla clasificatoria. Salir de esa posición cuanto antes y hacerlo de forma efectiva es la mayor prioridad que se vive ahora mismo en el Benito Villamarín.

Mordido baile de indecisión

El Celta de Luis Enrique continúa definiéndose por lo mismo que lleva marcando su trayecto a lo largo de toda la temporada: la irregularidad. La falta de iniciativa en la toma de decisiones, la suerte y la lacra de ritmo en el juego han impedido que un club capacitado (sus victorias ante equipos de alto nivel como Valencia o Sevilla lo demuestran) mantenga una posición de mayor dignidad en la tabla clasificatoria.

La explosión de Orellana ha sido la buena noticia entre el maremágnum de intereses perdidos en los últimos meses. Mezclado con el ascenso de Rafinha, ambos jugadores están convirtiéndose en las armas más letales del club vigués, penetrando ambos a pierna cambiada desde sus respectivas bandas. La ausencia de Charles denotó su necesariedad ante el Espanyol, mientras Álex López busca recuperar su nivel perdido. La sanción de Augusto dará a Krohn-Dehli una nueva oportunidad para la reivindicación, que, ante todo, se verá si logra aprovechar. Todas estas preguntas están dispuestas en la pizarra de un Luis Enrique que sigue buscando esa tecla. Sólo hacen falta respuestas.

El infierno es un mal lugar

El Betis ha vivido meses convulsos en su seno. La entidad de Heliópolis ha rescindido el contrato de Pepe Mel y Garrido en apenas dos meses y la llegada de Gabriel Humberto Calderón se vive con desconfianza en la grada bética. Remontar la situación es una obligación y hacerlo cuanto antes recomendable para evitar sustos finales. El Betis llega a Vigo jugándose más de lo normal para una 21ª jornada.

La portería bética ha encontrado inquilino fijo en Andersen, mientras Dídac Vilà ha adelantado a Nacho en la carrera por el lateral izquierdo. Con Paulao y Amaya fijos en el eje central y Chica en la derecha se conforma la defensa verdiblanca. El centro del campo del Betis comienza con una sólida pareja formada por Matilla y Lolo Reyes, con Nosa Igiebor en la recámara (no estará ante el Celta).

Por delante, Salva Sevilla se ha hecho con la mediapunta por delante del estelar fichaje Verdú, mientras arriba se conforma el tridente formado por Rubén Castro, el recién incorporado Leo Baptistao y el punta Jorge Molina. Artillería complementada por jugadores como Cedrick, Juan Carlos o Juanfran. Jugadores de calidad que no logran hacerse un hueco en la máxima categoría. Jugadores que necesitan explotar.

Antecedentes

Convocatorias

Celta

Porteros: Sergio y Yoel.

Defensas: Hugo Mallo, Fontàs, Aurtenetxe, Jonny, Cabral y David Costas.

Centrocampistas: Borja Oubiña, Álex López, Rafinha, Madinda y Krohn-Dehli.

Delanteros: Bermejo, Nolito, Charles, Orellana y Santi Mina.

Betis

Porteros: Andersen y Sara.

Defensas: Amaya, Chica, Dídac Vilà, Jordi Figueras, Nacho y Paulao.

Centrocampistas: Cedrick, Juan Carlos, Juanfran, Lorenzo Reyes, Matilla, Nono, Salva Sevilla, Vadillo y Verdú.

Delanteros: Jorge Molina, Leo Baptistao y Rubén Castro.

Posibles onces