Qué lejos queda aquel bochornoso episodio de Yoel con Roberto Trashorras en Villarreal. Momento que compite con el famoso desplante de Mostovoi en El Molinón como una de las imágenes más vergonzosas en la historia del club. Desde entonces han pasado 4 años y aquel joven impetuoso ha dejado paso a un guardameta maduro y conciliador ante cualquier choque con un compañero o rival. Desde el punto de vista personal la evolución es clara, si bien esta se acentúa cuando se analiza su comportamiento bajo palos.

El Yoel que logró el ascenso en 2012 defendió con acierto la portería céltica aquel año pero no dejaba de trasmitir una inseguridad casi permanente en cada partido. Su correcto papel bajo palos se ponía en entredicho cada vez que el contrario colgaba un balón o bien tocaba salir para interceptar algún balón que sobrepasaba la defensa celeste. Incluso Sergio Álvarez llegó a arrebatarle la titularidad en algún momento, si bien Yoel jugó muchos más minutos aquella temporada.

Parece clave en su evolución su paso por el Lugo de Quique Setién, donde mejoró su manejo de balón con los pies y aprendió a tomar decisiones con una mayor seguridad. Lo cierto es que un año más tarde el arquero que volvía al club que lo crió parece otro. En verano, pese a que se especulaba con que fuese Rubén Blanco el titular tras su decisivo papel en los dos últimos partidos de la temporada pasada, Yoel convenció a Luis Enrique yarrancó como titular contra el Espanyol. No sería sin embargo contra los Periquitos la mejor actuación del vigués en esta temporada aunque sí serviría para que la margarita de Lucho con respecto a la portería se terminase de deshojar.

La portería también suma puntos

El primer partido verdaderamente brillante de Yoel llegaría en la segunda jornada contra el Betis. No menos de 6 magníficas intervenciones permitieron que el equipo conquistase su primera victoria de la temporada. Paradas en las que Yoel enseñó a toda España unos reflejos verdaderamente sublimes y que empezaban a dar la razón a Luis Enrique cuando declaró que no sería necesario fichar a ningún portero.

Desde aquel día los aciertos de Yoel han reportado un buen número de puntos al equipo. No se puede olvidar su doble intervención contra el Villarreal en Balaídos que permitió rescatar un punto o un despeje con el pie similar en el Sánchez Pizjuán para asegurar otra victoria en territorio andaluz.

Foto: Luis Tejo Machuca | VAVEL.

La colocación y la capacidad de reacción del arquero celeste también se pusieron de manifiesto en partidos en los que no se logró puntuar tales como el traspiés en Balaídos ante el Elche o las lógicas derrotas ante Barcelona o Atlético de Madrid en la primera vuelta, negando varios goles a Messi y rechazando un penalty lanzado por Diego Costa.

Las dos últimas exhibiciones en el Ciutat de Valencia y ante el Sevilla en Balaídos han permitido al equipo sumar 6 puntos valiosísimos para acercarse a la permanencia. Sus intervenciones ante David Barral, Ivanschitz o Kevin Gameiro las podría haber firmado el mismísimo Iker Casillas, dejando claro que Yoel se encuentra finísimo de forma. Magnífico trabajo ante los de Unai Emery en un encuentro en el que apenas tuvo tres intervenciones pero de un alto nivel de dificultad todas ellas.

Crecimiento

Analizando un poco su evolución con el paso del tiempo hay que reconocer que ha mejorado tanto en sus puntos fuertes como en sus defectos, que todavía los tiene. Continúa mostrando una cierta inseguridad en los balones por alto aunque nada que ver con la sensación de agobio que transmitía hace un par de años. De vez en cuando la coordinación entre sus puños, el salto y el impacto con el balón no es todo lo correcta que debería pero ya se puede hablar de un elevado porcentaje de salidas acertadas y con una notable resolución. También cada vez que abandona la portería para cortar un balón ha mejorado su rendimiento, dudando menos y abortando el peligro casi siempre, aspecto fundamental cuando el equipo se va hacia arriba y el contrario busca sorprender con balones largos. Probablemente en este apartado su trabajo mental debe de haber sido importante, ya que no posee una buena velocidad de reacción a la hora de arrancar, carencia que debe contrarrestar con una concentración extrema para no dudar y poder alcanzar el balón antes que el delantero rival.

Parece clave en su evolución, su paso por el Lugo de Quique Setién

Y en cuanto a sus virtudes los partidos de esta temporada hablan por sí solos. Portero alto que además sabe colocarse, reflejos brutales y una sensible mejoría en los mano a mano, convirtiéndose en un auténtico muro para los delanteros que le encaran. Su fenomenalutilización de los pies para cubrir huecos es otro de los aspectos en los que se merece un sobresaliente.

Muy pocos apostaban por Yoel Rodríguez a principios de temporada. Se puede hablar de acierto en cuanto al estilo de juego y a la mentalidad ofensiva que defiende Luis Enrique pero todo carecería de sentido sin un buen guardián bajo palos. Una portería que vive un gran momento en Vigo, con Sergio Álvarez esperando ansioso su oportunidad y Rubén Blanco que continúa formándose en el filial. Pero este no es el momento de ninguno de ellos. El protagonismo no puede ser para otro que para Yoel. Su trabajo y su crecimiento lo avalan. Y si en verano llegan ofertas nadie se podrá sorprender.