Esta noche el Celta busca consagrar su resurrección con una victoria en el Martínez Valero. Los célticos, que llevan 5 partidos sin perder, sienten por primera vez el vértigo que supone encontrarse en el decimoprimer puesto de la tabla, lejos de los tres puestos que marcan el descenso a Segunda División.

En la afición celtiña parece que, después de un inicio de temporada con sus más y sus menos, se empieza a señalar al banquillo como principal culpable de esta “resurrección” del club. El técnico del Celta, Luis Enrique Martínez, tardó en dar con la tecla que activa esta racha de buen juego y resultados, sin embargo parece que esta realidad podría haber llegado a Vigo y el encuentro de esta noche ante el Elche será una prueba más para reafirmarla.

Luis Enrique llegó a Vigo el pasado verano a un equipo que había conseguido la permanencia sobre la bocina y, cuando la afición todavía tomaba aliento tras ese gran susto y empezaba a ilusionarse con el nuevo técnico, los rumores sobre la posible “fuga” del asturiano al banquillo del F.C Barcelona sonaban cada vez más fuertes. Tito Vilanova dejaba los mandos de la nave azulgrana y parecía que “el ejemplo Guardiola” quería seguir tomando forma en la piel de Luis Enrique. Sin embargo, el ex-jugador barcelonista, recién llegado del banquillo de la Roma, no quiso romper su compromiso con el club vigués y quiso quedarse en el Celta afirmando que: “Los contratos están para cumplirse”.

Meses después, las alarmas vuelven a sonar. Los méritos de Luis Enrique en el Celta han hecho que su nombre suene con fuerza para relevar al Tata Martino en el banquillo azulgrana. Sin embargo, ahora sí, parece evidente que nadie en Vigo quiere que su míster se marche. El Consejo de Administración del Celta siempre confió en él, incluso cuando el club coqueteaba con la zona baja de la tabla, y siempre se habló de que este este “nuevo Celta” era un proyecto a largo plazo que su técnico necesitaba moldear. Ahora, cuando el Celta de Luis Enrique parece haber cogido forma, es evidente que el entrenador esté en el punto de mira de otros clubes. Sin embargo, el asturiano tiene un compromiso con el club hasta junio de 2015, por tanto, tendría que abonar la cláusula en caso de irse.  

El Celta de Luis Enrique

La llegada de Luis Enrique a la ciudad olívica trajo más cambios si cabe de los esperados. El primero y quizás más desapercibido es que el club pasó de llamarse “el Celta de Vigo” para convertirse en “el Celta de Luis Enrique”. El cambio no es casual, ni tampoco menor. El cambio de entrenador ha supuesto un giro de 180º en la mentalidad del equipo, desde la línea defensiva (de la que tanto se ha hablado en los últimos días) hasta, por supuesto, el carácter ofensivo que tanto define al asturiano.

Luis Enrique ha transformado a un equipo impreciso, inestable y sin brillo en un equipo maduro, que sabe a lo que juega y que tiene las herramientas para ello. Todo esto, por cierto, sin fichajes estrellas o revoluciones marcianas, simplemente introduciendo algunos cambios. Algunos más significativos, claro está, como fue el caso de Toni o Túñez; otros se trataban más de reajustar algunas piezas,  como podrían ser Oubiña, Álex López  o, incluso, Krohn-Dehli  y, sobre todo, dedicando mucho trabajo y esfuerzo. Los diamantes ya estaban en el Celta, Luis Enrique sólo dio con el modo de pulirlos. Orellana, Santi Mina o, por supuesto, Rafinha, son un claro ejemplo de esto.

Las piezas del puzzle celeste

Los movimientos en la plantilla son un clásico del entrenador del Celta y, por eso Luis Enrique ha querido callar bocas antes de que suenen rumores sobre las condiciones o estados de forma que atraviesan distintos futbolistas del club.

Por ejemplo, la afición se ha visto sorprendida hace poco por la suplencia del capitán,Borja Oubiña. Luis Enrique reconoció que: “Quizás está conociendo una experiencia nueva en esto del fútbol para él, que es que el entrenador tiene diferentes opciones para su posición”, sin embargo, matizó: “Lo veo muy bien, ha sido titular en el último partido. Es un jugador muy importante para nosotros, lo sigue siendo y lo seguirá siendo”.

Sorprende también, el caso de David Costas. Un hombre que ha debutado este año en Primera División, que se ha echado muchos minutos a sus espaldas, que sigue contando para el míster, pero que sin embargo sigue disputando encuentros con el filial. Para calmar los ánimos en Vigo, Luis Enrique también quiso hablar de esta peculiar situación: “Nos propuso la posibilidad de ayudar al filial cuando no fuera convocado con el primer equipo, ahora está atravesando un momento en el que no está entrando tanto, y para mí es la situación ideal.”

También peculiar es el caso de Toni, según el técnico: “Su caso es extraño porque es un jugador al que sólo lo veo en una demarcación con lo cual o juega de titular o no entra en la convocatoria. Sólo lo veo como lateral y por eso pasa de ser titular a quedarse fuera».

Rafinha, jugador del mes de febrero según la LFP, es el mejor regalo que ha tenido esta temporada 2014/15 para los aficionados celestes. El brasileño es ese as que el Celta se ha sacado de la manga. Gracias a su magia, que cada vez sorprende más, ha vuelto a recordar a Balaídos los tiempos de ese Celta de las grandes citas; donde Mazinho, Mostovoi o Karpin se codeaban con los grandes magos europeos. Sin embargo, su calidad de cedido no deja de recordar al aficionado celtiña que puede tratarse sólo de un oasis en el desierto, por eso está bien mantener los pies en el suelo. Con todo y, aunque a Luis Enrique no le guste deshacerse en elogios individuales, se mojó con Rafinha: “Pienso que debe ser jugador del año, eso sería bueno para el Celta y bueno para Rafa”.