Una vez más, el Celta tuvo que remontar un resultado adverso. Los clarets salieron con mordiente. Con tan solo dos minutos transcurridos, Lucas Jutkiewicz sorprendió a la adormilada zaga celtiña. El atacante del Burnley culminó una buena jugada encabezada por Dean Marney y conducida por Wallace, quien asistió certeramente al goleador.

La sacudida inicial trastocó los planes del equipo visitante. El equipo británico no aceptó demasiadas contemplaciones en el primer tiempo. Para ellos no era un simple partido de pretemporada, era el partido de presentación ante su afición.

El próximo año será especial para la parroquia burdeos. Después de varias temporadas de ausencia, el Burnley volverá a la máxima categoría del fútbol inglés. Por lo que a juicio de su entrenador, Sean Dyche, la preparación previa al campeonato que empieza el 18 de agosto está siendo concebida como una declaración de intenciones.

Larrivey no amplió su registro goleador

A pesar del mal arranque, el Celta cogió aire con el paso de los minutos. Poco a poco, comenzó a darle la vuelta al dominio posicional. Santi Mina sacó lustre a su bota con un disparo que sirvió de respuesta al tanto inicial. Después de cumplir con su primer deber, el Burnley decidió replegarse. Para los locales, una simple contra podría ser suficiente para satisfacer sus nuevos deseos de gol.

Jutkiewicz puso una marcha más durante todo el partido

Heaton, guardián de la portería claret en esta cita, estuvo atento a los movimientos célticos. Paró el ímpetu juvenil de Samu y Jordan cuando estos intentaron hacerle un siete en una jugada que empezó con centro del primero y acabó con remate del segundo. Después del primer cuarto de hora, los jugadores en liza consiguieron activarse. Pero por encima de todos ellos estaba Jutkiewicz. En el minuto 16, el avanzado vio como el poste impedía la materialización de su segundo gol.

El aroma del partido acabó por enrarecerse. La tensión subió y hasta llegó a producirse una pequeña tangana. Ninguno de los dos conjuntos estuvo dispuesto en ningún momento a tomar conciencia de que era solo un partido preparatorio. El partido caminaba inexorablemente hacia el descanso y una luz seguía sin brillar. Larrivey, a diferencia de partidos anteriores, estuvo más apagado. Solo al final del primer tiempo fue capaz de encenderse para buscar el gol con un cabezazo que acabó yéndose alto.

Cambio de once, cambio de personalidad

La segunda mitad trajo el consabido baile de cambios. Estos insuflaron de dopamina al Celta, que mudó totalmente su registro. El renovado once de Berrizo, quien solo conservó a Rubén Blanco, se quitó el maquillaje mortecino de la primera mitad para untarse con pinturas de guerra. Orellana fue el comandante que lideró esta rebelión. El chileno, que definitivamente no regresará a su país, se mostró muy activo en los primeros compases de la segunda parte. En el 50’, el larguero escupió con fiereza un gran chut suyo.

El 2 - 2 calmó las ansias de gol de los dos equipos

Lo único que le faltaba al partido era polémica. Esta llegó en el minuto 56, cuando el juez de la contienda obvió decretar penalti tras una mano cometida por un jugador del Burnley en su área. El equipo de la segunda parte, más parecido al titular de la venidera temporada, acabó saliéndose con la suya en el 69’. Ese minuto fue el elegido por Álex López para poner el 1-1 tras aprovechar un gran pase de Orellana.

La alegría del Celta duró lo que tardó Jutkiewicz en sacarse la espinita que tenía clavada desde la primera parte. Un minuto después del empate, el ariete consiguió al fin su ansiado doblete. El 2-1 llegó tras una buena jugada Barnes, la mejor pareja de baile del atacante burdeos durante este partido. El partido enloqueció, y en el 72’, Nolito volvió a reestablecer las tablas con un nuevo gol, nacido, como no podía ser de otra manera, en las botas de Orellana.

El 2-2 redujo el voltaje del partido. La retirada de Jutkiewicz redujo las ansias de victoria del Burnley y el Celta acabó dejándose llevar. Este miércoles, el equipo de Eduardo Berizzo cerrará su gira británica por todo lo alto midiéndose al Everton (20:45 hora española).