El estado del césped de Balaídos ha estado en boca de los entrenadores celestes a lo largo de las dos últimas temporadas. Resultaba curioso como el que fuera uno de los céspedes más laureados del fútbol español pasaba por momentos a ser un auténtico barrizal en algunas ocasiones, o un auténtico desierto en otras. Pasaba de estar embarrado y encharcado, a presentar un aspecto amarillo propio de la falta de riego.

Desde fuera del club, se han buscado distinto tipo de explicaciones: la cubierta del foso, el mal drenaje,..... Sin embargo sólo una persona tenía la respuesta correcta: José Manuel Calderón. Esta persona es la encargada de supervisar el mantenimiento de todas las instalaciones deportivas del Celta: Barreiro y Ciudad Deportiva Municipal de A Madroa. Directamente, controla el mantenimiento de los verdes con la ayuda del personal designado por el Celta. Sin embargo, en Balaídos, es una empresa contratada por el Concello la que se encarga del mantenimiento del mismo, con una hoja de ruta que marca el propio Calderón.

Céspedes diferenciados

La primera gran diferencia que existe entre las instalaciones controladas por el ingeniero y las controladas por parte del Concello es el tipo de hierba. En el caso de los campos de entrenamiento y de Barreiro, se trata de césped de siembra que tiene una mayor durabilidad por el arraigo que tienen sus raíces. En el caso de Balaídos, el césped es de tipo “tepe”, que requiere un mayor mimo en su mantenimiento.

La empresa gestionada por Calderón, como asesora del Concello, marcó unas pautas a seguir de cara a su cuidado, a la vez que proveía de los productos apropiados de cara a conseguir tal fin. Sin embargo, ha denunciado en varias ocasiones que dichos productos no han sido utilizados de la manera adecuada o incluso, en algunas ocasiones, no han sido utilizados en absoluto.

Al tratarse de una concesión municipal, poco puede hacerse más allá de denunciar la precaria situación en la que se encuentra. Entrenadores como Paco Herrera, Abel Resino y Luis Enrique ya lo hicieron, e incluso tuvieron que modificar los planes de entrenamiento con el objetivo de salvaguardar el maltrecho estado del verde de Balaídos.