Nemanja Radoja (Novi Sad, Serbia, 6/2/93) ha puesto fin al culebrón, no del verano, sino de los últimos tres años. En cada mercado de fichajes había carta blanca para la rumorología. Desde Sebastián Prediger, hasta Cañas y N’Diaye, los últimos candidatos. Un buen puñado de nombres ha sonado para ser el mediocentro celeste pero, finalmente, la realidad ha traído un jugador que no ha estado en ninguna quiniela y un gran desconocido para el gran público. Cinco años ha firmado el jugador, procedente de la Vojvodina.

Costurero natural con margen de mejora

Radoja es un mediocentro puro, de corte clásico. Posicional, sin tomar riesgos y con pausa. Con la pelota no es ningún portento. Tampoco un desastre. Pases de seguridad, cortos, sin complicaciones. Sin embargo, sus 21 años le dan muchas posibilidades para mejorar esta faceta, probablemente su mayor debilidad. El salto a una Liga de más nivel como la española, así como a un equipo que apuesta por el juego de toque como el Celta, pueden redundar en un crecimiento en el juego con balón. La escuela balcánica siempre ha destacado por generar jugadores de muy buena técnica y gusto por la pelota. El reto del nuevo jugador celeste es estar a la altura de esa fama.

Internacional sub 21 con Serbia. (Foto: UEFA).

Pero si el aspecto a mejorar por Radoja es el del manejo de balón, en el que se muestra realmente avanzado el joven fichaje celeste es en el táctico. Una colocación y una inteligencia impropias de un jugador de su edad. Su madurez le ha llevado a ser ese tipo de jugador. Llega al cruce, corta, se adelanta. Intuitivo. Con 21 años ya era el capitán de la Vojvodina, un equipo muy importante en Serbia, además de ser uno de los de la selección sub 21, con la que se desempeña habitualmente. A esas virtudes, fundamentales para un mediocentro, hay que añadir un buen físico, con buena zancada y contundencia en los choques. Con su 1’86 de altura, Radoja va muy bien en el juego aéreo y a buen seguro ayudará al equipo vigués mucho en una parcela que ha flaqueado en los últimos años.

Su rol será el de coser al equipo por el medio

En un equipo con el caudal ofensivo que tienen los celestes, un jugador de las características de Radoja le viene como anillo al dedo a Berizzo. En los partidos de pretemporada se pudo ver un Celta que tiraba la línea de presión muy arriba. Agresivo. Contra el Everton, Krohn-Dehli y Álex López, los interiores del equipo, presionaban la salida de balón rival casi en su frontal. Para llevar a cabo este plan, es necesario tener por detrás un jugador que cosa al equipo. Un costurero. Borja Fernández cumplió bien su papel en el eje, y el fichaje de Radoja responde seguro a esa necesidad. Un futbolista que sea capaz de cortar el avance del rival cuando supere la línea de presión. Un futbolista que sea capaz de llevar la línea defensiva hacia adelante, compactando al equipo. Un futbolista que sea capaz de imponerse por arriba si el contrario sale con un pelotazo. Ese será el rol del serbio.

“Quiero demostrar que soy un jugador válido”, decía Radoja en su presentación. El reto es mayúsculo para el versátil jugador, que también puede actuar como central. La posición de cinco es muy complicada en un equipo tan ofensivo y la baja de Oubiña le dará, con toda probabilidad, la titularidad en los primeros partidos de Liga. Habrá que ver cómo responde el equipo y el propio futbolista. Pero con paciencia, y tras superar el lógico período de adaptación, Nemanja Radoja lo tiene todo para que por fin deje de hablarse de posibles mediocentros en todos los mercados de fichajes. Lo tiene todo para ser el cosedor del Celta. El Costurero balcánico.