Tras disfrutar del lunes como día de descanso, la plantilla del Real Club Celta ha regresado a los entrenamientos este martes en A Madroa. Una sesión suave y distendida, abierta al público, en la que la tranquilidad y el buen ambiente fueron los protagonistas. Una balsa de aceite. La victoria ante el Getafe ha acentuado esta atmófera positiva.
Los de Berizzo ya se preparan para afrontar la segunda jornada del campeonato, el próximo sábado a partir de las 19:00, contra el Córdoba en el Arcángel, en el que será el estreno del equipo cordobesista como local en Primera División 41 años después. Pero antes de volver a vestirse de corto en Liga, los célticos participarán en el centenario del Gondomar, el martes a las 20:00, en un encuentro amistoso.
Los jugadores celestes completarán la semana en A Madroa con entrenamientos matinales, a partir de las diez de la mañana. Los del miércoles y jueves serán a puerta cerrada y el del viernes volverá a abrirse al público.
En el capítulo de la enfermería, Borja Oubiña continúa con la rehabilitación de su rodilla. Pero la novedad podría ser el alta de Pablo Hernández. El chileno puede hacer partes del entrenamiento grupal y se espera que a lo largo de la semana pueda ir subiendo la intensidad en cada entrenamiento. Sin embargo, los servicios médicos son cautos y, salvo milagro, parece improbable que pueda entrar en la convocatoria para viajar a tierras andaluzas.