Una de las primeras cosas que Eduardo Berizzo pidió cuando firmó como nuevo entrenador celeste fue el fichaje de Pablo Hernández. El Toto lo tenía claro. Lo tuvo en O’Higgins y quería tenerlo en el Celta. Dicho y hecho. El club se movió y cerró la contratación del mediapunta en algo más de un millón y medio de euros.

Un halo de ilusión creció alrededor del futbolista argentino nacionalizado chileno. Una sensación de jugador especial, llamado a ser diferencial, acompañó a Hernández desde que llegó a Vigo. Antes, quizá. Desde que se supo que sería jugador del Celta por petición expresa de Berizzo. Pero todo eso se truncó a los cuatro días de arrancar la pretemporada. Una rotura fibrilar volvía a aparecer. En el recto anterior, de grado II. Una recaída de la lesión que le dejó sin Mundial. Piedras en el camino.

El contratiempo de Hernández dejó frío al celtismo y a Berizzo. Sin embargo, con el paso de las semanas y las buenas sensaciones que iba transmitiendo el equipo, llegó un momento en que los aficionados casi se olvidaron del fichaje estrella del Celta. No se le echaba de menos.

Hernández tiene el alta médica, pero no la competitiva

En ese sentido, su recuperación no ha sido acelerada, no se han corrido riesgos. El chileno ha cumplido los plazos escrupulosamente y un mes y medio después está listo para debutar. Las grandes prestaciones del equipo redundan a su favor. El Tucu no llega para ser solución de ningún problema. Llega para sumar. Para aportar variantes y cualidades que hagan todavía más fuerte al Celta. Llegada de segunda línea, fuerza en el último tramo del campo, juego aéreo y sobre todo gol. Desde que se fue Michu, el Celta no tenía un futbolista de estar características. Una nota de poderío en medio de los registas celestes.

Pero las prisas no son buenas consejeras. Igual que no se apuró ni un ápice la recuperación de su rotura fibrilar, tampoco ahora correrá de más Berizzo con su incursión en el equipo. Sus compañeros le llevan una pretemporada de mes y medio de ventaja. Hernández tiene el alta médica, pero todavía no la competitiva. Debe conseguirla con carga de entrenamientos y ganar minutos progresivamente en los partidos. Con esa mentalidad viaja a Córdoba, incluido en una convocatoria de 19 hombres de la que podría ser el descarte. Se vista o no; juegue o no, el viaje a tierras andaluzas le servirá, como mínimo, para hacer grupo. Además, el parón liguero que traerá las fechas FIFA le vendrá de oro para hacer su pretemporada particular, con un amistoso contra el Braga el próximo viernes incluido, para hacer rodaje. Sin prisas. El cuerpo médico quiere evitar por todos los medios una segunda recaída. El Tucu ya está aquí y el celtismo quiere que sea para quedarse.

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Sobre el autor
Borja Refojos
Estuve en VAVEL desde octubre de 2012 a enero de 2016. En ese período coordiné la sección del Celta desde julio de 2013 hasta diciembre de 2015, así como la cobertura del Mundial 2014, además de escribir crónicas, reportajes y todo tipo de artículos informativos. Actualmente trabajo como redactor en la Axencia Deportiva Galega (ADG Media) y colaboro en tuRadio 88.4 Vigo. Email de contacto: [email protected]