La historia del fútbol se construye alrededor de parábolas que se cruzan, entrecruzando sonrisas con malicia, y conforman el devenir de la membresía de cada club. Un apartado icónico en el trazado de dichas parábolas es el referido a aquellos personajes que comparten, a lo largo de su experiencia profesional, su labor con dos equipos considerados, por la esfera futbolística, como rivales antagónicos. Aquellos clubes cuyo enfrentamiento se toma ya como algo intrínseco a ellos. Los que no son entendibles sin el otro, los que no podrían vivir sin la cara oculta de su moneda. Los equipos que conforman los tan afamados derbis.

Celta de Vigo y Deportivo de La Coruña llevan, durante décadas, fomentando una rivalidad que se ha convertido, a estas alturas, en una de las más profundas del fútbol español. Desde su origen territorial, en el cual ambos conjuntos, los dos más fuertes de la comunidad gallega, se veían obligados a enfrentarse, actualmente su continua percepción de una realidad en la que, irremediablemente, ha de existir un héroe y también un tirano, ha pasado a convertirse en un asunto ideológico y de principios. Desde la cuna, si eres celeste debes mirar con recelo al Deportivo. Y viceversa. 

Históricamente, el Celta se ha convertido en un contrastado proveedor de técnicos para su eterno rival. Desde Javier Irureta, quien dirigió al Super Dépor tras abandonar la disciplina celeste, hasta el técnico destituido por el conjunto coruñés este verano, Fernando Vázquez, pasando por Miguel Ángel Lotina. Completando esta lista se halla actualmente ocupando el banquillo blanquiazul el zaragozano Víctor Fernández, quien se hizo cargo del club vigués entre 1998 y 2002, dirigiéndolos en la, sin duda, etapa más pletórica de su historia.

Lo curioso de todo ello, sin embargo, se halla en actual capitán de la nave celeste. Se trata de Eduardo Berizzo, técnico argentino que, al igual que Víctor Fernández, dirige a su equipo desde el pasado periplo veraniego. Con una corta trayectoria como entrenador, es preciso remontarse hasta su etapa como futbolista para encontrar el nexo que une a estos dos hombres. Entre 2001 y 2005, el 'Toto' Berizzo fue un miembro de la plantilla del Real Club Celta de Vigo, coincidiendo, en su primer año en el conjunto vigués, con el que ahora será su rival en los banquillos.

Víctor Fernández sólo dirigió a Berizzo durante una campaña, concretamente la 2001/02, siendo, en la primera mitad de la temporada, un jugador fundamental en el esquema del técnico aragonés. El argentino fue indiscutible en el centro de la zaga durante la primera vuelta, pero una lesión ante el Mallorca en la jornada 23 lo mantendría apartado de los terrenos de juego hasta el final del citado curso futbolístico, fecha en la que Fernández abandonaría la disciplina viguesa, haciendo las maletas hacia Sevilla, donde dirigiría durante dos temporadas al Real Betis Balompié. Durante los 20 encuentros que Berizzo disputó esa temporada, recibió seis cartulinas amarillas, muestra de su agresividad sobre el césped (la cual ahora muestran sus pupilos), y anotó un tanto, curiosamente ante el club que ahora comanda Víctor Fernández. El eterno rival. El Deportivo de La Coruña.

Aquel día, el marcador reflejó un empate al final de los 90 minutos. Cada equipo había anotado dos goles. Para este martes, los dados todavía esperan ser lanzados. La hora y el lugar de la batalla están fijados. Diez de la noche, Balaídos. El templo que vio brillar al Celta de Víctor Fernández y que permitió a Eduardo Berizzo disputar las dos mayores competiciones europeas a nivel de clubes. El lugar que, hace 13 años, sirvió para unir a dos hombres, y que ahora se encargará de separarlos.

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Sobre el autor
Adrián Viéitez
Periodista vigués. Colaboré con la edición española de VAVEL.com entre abril de 2013 y enero de 2016, cubriendo la información del Celta de Vigo. Además, colaboré asiduamente con as secciones de Tenis, Premier League y Cine.