Si los partidos se miden por sensaciones, el Celta ha marcado ya el primer gol del partido. Mientras que los vigueses llegan invictos y tras cosechar un empate valiosísimo en casa del actual campeón de liga, el Dépor llega tras sufrir una bochornosa goleada a manos del Real Madrid, tras encajar ocho goles en Riazor. Si uno realizase una simple regla de tres, parecería claro que los olívicos parten con una gran ventaja. Sin embargo los derbis son siempre partidos diferentes, donde las sensaciones y las trayectorias muchas veces sirven de bien poco.

La última temporada en la que se disputaron derbis en competición oficial, el Celta partía como claro favorito, sin embargo fue el Deportivo el que se llevó el gato al agua. En Balaídos, Mario Bermejo conseguía adelantar a los entrenados por Paco Herrera, pero Juan Domínguez nivelaba el marcador antes de que Gustavo Cabral resultase expulsado. En Riazor, fue el equipo entrenado por aquel entonces por Fernando Vázquez el que conseguía llevarse el gato al agua con un resultado de 3-1. A ese último encuentro llegaba el Celta preparado para firmar el descenso de su máximo rival, pero sólo sirvió para resucitar a un equipo que parecía prácticamente desahuciado. Por segundo derbi consecutivo un jugador celeste resultó expulsado, en este caso Iago Aspas tras agredir a Carlos Marchena.

La historia viene a demostrar temporada tras temporada que de poco sirven las buenas sensaciones y los favoritismos, y que lo que realmente importa son los pequeños detalles que marcan este tipo de partidos.

Berizzo se llevó el gato al agua en el último derbi

El último enfrentamiento, esta misma temporada, ocurrió durante la pasada pretemporada en el estadio de Pasarón. El equipo entrenado por Eduardo Berizzo se presentó en dicho encuentro con el equipo perfectamente ensamblado, donde sólo Radoja estaba pendiente de acoplarse al grupo. El Deportivo por su parte se encontraba en plena fase de acoplamiento, fase en la que parece que aún se encuentran los de Víctor Fernández, cuyo bagaje de resultados en muy superior al de juego.

En Pasarón los celestes dieron un auténtico baño a los coruñeses, que si bien presentaban un equipo en construcción, dispusieron sobre el césped de la mayor parte de sus fichajes. Por eso, de tener alguno de los equipos el cartel de favorito, ese sería el olívico. Falta ahora demostrar que en esta ocasión, el favoritismo sirve de algo.

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