Cuando no puedes maximizar tus virtudes, conviene minimizar tus defectos. Esta es la máxima que el Celta ha aplicado en el Martínez Valero para conseguir su primera victoria lejos de Balaídos. Hasta el momento, los de Berizzo se habían consolidado como un equipo de alta velocidad, dominador, con problemas para aguantar el ritmo durante noventa minutos. El choque contra el Elche ha mostrado una cara distinta. Oficio. No siempre se puede jugar bien y, en partido más gris hasta la fecha, los celestes supieron aguantar y esperar su momento para llevarse los tres puntos del Martínez Valero, con un chispazo individual.

Augusto se lesionó a los 20 minutos

Probablemente, jugar tres partidos en seis días guarde relación con la poca brillantez en el juego celeste. El caso es que Berizzo cumplió lo anunciado en sala de prensa y movió la plantilla. Las famosas rotaciones. El técnico argentino apostó por Charles arriba en lugar de Larrivey, por Pablo Hernández y Augusto en los interiores, para dar descanso a Álex López y Krohn-Dehli, y por una extraña defensa. El Toto hizo debutar como titular en Primera a Sergi Gómez como lateral derecho. Jonny jugó en el izquierdo junto a la habitual pareja de centrales Cabral-Fontàs. Un experimento curioso que no terminó de cuajar. El ex del Barça B no aportó profundidad y le faltó cintura en los balones a la espalda. Sufrió.

Primera parte, encefalograma plano

El partido arrancó y los clásicos minutos de tanteo fueron más de lo habitual. 45 concretamente. Durante el primer acto, la continuidad brilló por su ausencia. Ningún equipo terminó de dominar. El Celta sin balón y el Elche sin espacios. Anulados. El juego empezó a reducirse a pelotazos y a búsqueda de errores del rival. La falta de ideas era patente y los minutos transcurrían sin nada que destacar.

La lucha aérea, una constante en la primera mitad. (Foto: Pascu Méndez).

A falta de juego y ocasiones, la batalla se llevó a las alturas. En los saltos de cabeza que propiciaban los numerosos pelotazos de ambas defensas hubo pelea. Particularmente activos estuvieron Jonathas y Pablo Hernández. El delantero del Elche vio la tarjeta amarilla por abrirle la ceja a Fontàs de un codazo y pocos minutos después, el árbitro le perdonó la expulsión por una acción idéntica. Por parte celeste, el Tucu también sacó el brazo a pasear en varios saltos. Fue lo más destacado del futbolista chileno, que continua sin mostrar un ritmo adecuado para la Liga BBVA. Lento y perdido.

Hubo fiesta del codillo, a cargo de Jonathas y Hernández

La única ocasión destacada del primer acto la tuvo Orellana en el último minuto. Arrancando desde la izquierda, el Ninja tiró la diagonal y se metió en el área aprovechando varios rebotes. Su disparo fue rechazado por Manu Herrera a córner. A falta de un mayor bagaje de cara a portería, la primera parte dejó la nota negativa de la lesión de Augusto Fernández. El argentino, que ya venía de una lesión muscular, se rompió a los 20 minutos. Krohn-Dehli ocupó su puesto.

El cansancio abre las líneas

La segunda parte trajo un color distinto a la primera. El paso de los minutos animó el partido y, poco a poco, se empezaron a abrir huecos. El Elche, que hasta el momento había basado su propuesta en el juego de espaldas de Jonathas y los chispazos de Fernandes y Víctor, se fue al ataque con mayor determinación. Albacar y Damián Suárez empezaron a tener mayor presencia en campo rival y los ilicitanos arrinconaron a los vigueses.

De la tremenda batalla entre Jonathas y Fontàs saltaron chispas. Un gran reverso del delantero brasileño, que inutilizó al catalán, derivó en un centro que Fernandes remató fuera. Minutos después, un saque de falta lateral acabó estrellándose en el larguero de Sergio en un mal despeje del central celeste. El Elche estaba en su mejor momento.

El Vikingo y el Afilador: peligrosos antisistema

Tener individuales diferenciales permite ganar partidos que el colectivo no puede

El partido se rompió definitivamente. Coro entró al campo para dar más dinamismo al ataque franjiverde. Por su parte, el Celta ofreció su cara contragolpeadora. Un tímido disparo de Pablo Hernández a las manos de Herrera y un par de ocasiones de Orellana. Ambas rompiendo a la profundidad y en ambas chutando desviado. Un centro de Nolito y un pase de Krohn-Dehli, que no fueron definidos por un Ninja algo gris en el día de hoy. El Elche dispuso de otra ocasión clarísima, en una jugada embarullada dentro del área tras un centro desde la derecha, que acabó en un taconazo de Jonathas ante el que Sergio respondió con seguridad. El de Catoira volvió a intervenir para detener en dos tiempos un disparo lejano de Garry.

Foto: Morell | EFE.

Pero después de la tormenta, siempre llega la calma. Aparentemente, al menos. Los achuchones del Elche y las respuestas del Celta, derivaron en unos minutos finales con pacto de no agresión. El punto parecía contentar a todos. ¿A todos? Nolito y Krohn-Dehli tenían otros planes. Especiales, diferentes, dispuestos a rebelarse contra lo establecido. El Afilador, tan incisivo como siempre, no dejó de intentarlo en todo el partido. Con confianza. Trajo por la calle de la amargura a Damián Suárez y siempre buscó desequilibrar. Por su parte, el Vikingo fue nuevamente el motor celeste. Con el paso de los minutos, su presencia se fue agrandando y en el tramo final todo el juego giraba en torno a él.

Pero fue en el minuto 89 cuando ambos se aliaron para hacer saltar por los aires el guion de un cero a cero cantado. Krohn recibió en tres cuartos y, tal vez poseído por el espíritu de su compatriota y tocayo Laudrup, se sacó de la chistera un pase magistral por encima de la defensa ilicitana hacia el desmarque de Nolito que, solo ante Herrera, no falló. Gol partido. Tener individuales diferenciales permite ganar partidos que el colectivo no puede.

Tras el tanto, Berizzo introdujo a Hugo Mallo por el autor del gol. Partido cerrado. El árbitro decretó el final y el Celta cerró su semana fantástica. Seis días, tres partidos, siete puntos. Un empate en casa del campeón de Liga, una victoria en o noso derbi y otra, la primera de la temporada a domicilio, en el Martínez Valero. Tras este atracón intensivo de fútbol, los celestes estarán nueve días sin competir, hasta que el domingo que viene reciban en Balaídos al Villarreal. El Elche se queda con cuatro puntos y con mucho que remar. Los de Berizzo dormirán en puestos Champions, con 12, solo uno por detrás de la terna de líderes, Valencia, Barcelona y Sevilla, y manteniendo la imbatibilidad.

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Sobre el autor
Borja Refojos
Estuve en VAVEL desde octubre de 2012 a enero de 2016. En ese período coordiné la sección del Celta desde julio de 2013 hasta diciembre de 2015, así como la cobertura del Mundial 2014, además de escribir crónicas, reportajes y todo tipo de artículos informativos. Actualmente trabajo como redactor en la Axencia Deportiva Galega (ADG Media) y colaboro en tuRadio 88.4 Vigo. Email de contacto: [email protected]