La factoría de A Madroa carbura en los primeros compases del campeonato. El filial ha sabido sacar lo mejor de sí mismo en un inicio prometedor en el que los reproches son pocos. Tras el funesto final de la pasada temporada, Fredi ha conseguido resucitar el viejo espíritu de la cantera celeste para convertirla en una de las favoritas a entrar en la promoción de ascenso.

A pesar de la euforia, la prudencia no quiere pasar desapercibida.  En la pasada campaña, a estas alturas el Celta B ocupaba una meritoria sexta plaza. Tres victorias, un empate y tres derrotas se acumulaban en su casillero. La suma total de puntos era de 10, lo que separaba a los de David de Dios cinco puntos de la cabeza de la tabla, detentada en aquel momento por el Zamora.

Dos manchas como local

Las circunstancias del curso 2014 / 2015 son ciertamente diferentes. El equipo de Fredi es cuarto, ocupa puestos de playoffs de ascenso. Suma 15 puntos, que se reparten en cinco victorias y dos derrotas. Tan solo superan al filial celeste el triunvirato de cabeza formado por Coruxo, UD Logroñés y Real Oviedo; todos ellos con 16 puntos.

Astorga y Tropezón han asaltado el fortín de Barreiro esta temporada

El verdadero factor diferencial entre esta posición y la del año pasado viene dada por la capacidad del equipo celeste para sacar puntos fuera. Los dos únicos tropiezos del equipo celtiña han sido en casa, en Barreiro. Atlético Astorga primero, y Tropezón después, han sabido sacar los tres puntos del feudo vigués. Dos rivales frente a los que el equipo gallego debería haber puntuado pero que supieron aprovecharse de la falta de acierto local.

Estas dos manchas se difuminan en el expediente que la escuadra de Fredi presenta a domicilio. El Celta es junto con el Real Murcia, compañero de grupo y actual quinto clasificado, el único equipo de las tres primeras categorías del fútbol estatal que todavía no ha perdido puntos más allá de sus fronteras. Cuatro victorias en cuatro partidos es el impoluto expediente de un conjunto que no teme a ningún rival.

Fortaleza en todas las líneas

Compostela, Zamora, Murcia y Lealtad han sucumbido al talento celeste. La clave de este magnífico bagaje ha sido un excelente trabajo a nivel defensivo de todo el equipo. El cuarteto de gala formado por Kevin, David Goldar, Jonathan de Amo y Samu Araújo está funcionando a la perfección. A estos hay que unirles la encomiable labor de Óscar Santiago. El meta es el portero de la categoría que menos goles ha encajado. Tan solo Miguel, meta del UD Logroñés, iguala sus registros.

En estas primeras siete jornadas, el Celta B presenta una diferencia positiva de ocho goles. El único equipo que mejora esta marca es el Real Oviedo. El buen hacer de hombres como Linares, pichichi de la categoría con siete goles, le permite a los ovetenses detentar el primer puesto gracias al golaveraje particular. La cifra anotadora de los celestes es también óptima. Acumulan trece goles a favor, y el aspecto más positivo es que están bien repartidos.

Absoluto reparto en el apartado goleador

El máximo goleador del equipo a estas alturas es Luis Rioja. El ex canterano del Real Madrid ha sabido adaptarse de manera sin igual a la filosofía marcada por Fredi. Los tres goles del avanzado evidencian su predisposición para el gol. Jordan, Julio Delgado, Borja Iglesias y Thaylor le siguen con dos goles, lo que demuestra las buenas maneras de la vanguardia viguesa. Pape Diop y David Goldar completan el apartado de anotadores con un tanto cada uno.

La dura tarea de ascender al primer equipo

Mientras los nuevos talentos florecen, los canteranos que figuraban como candidatos a contar en el primer equipo han visto su progresión cortada.  Santi Mina y David Costas todavía no han debutado. Levy Madinda y Borja Fernández sí han tenido su oportunidad,  pero su papel parece más bien subsidiario en el esquema de Eduardo Berizzo. El segundo también ha disputado minutos con el filial, por lo que la alternancia parece un arma en la recámara para el crecimiento de estos jugadores.

Innegable es que el Celta vive dos realidades dulces. Dos trayectorias idóneas en dos categorías muy diferentes. A pesar de la primera derrota del equipo senior frente al Villarreal, los designios parecen favorables. Como añadido esencial, el equipo de Balaídos parece contar este año cuna base de jóvenes consolidada. Los canteranos, a diferencia de campañas anteriores, están sabiendo dar el do de pecho. Ahora, solo falta esperar que el cuadro técnico de arriba sepa reconocer la clarividencia de un grupo que parece no renunciar a nada en Segunda B.