Rayo Vallecano - Celta: batalla fría en tierra maldita

Duodécima jornada de la Liga BBVA. Celta y Rayo Vallecano vuelven a la actividad tras un parón de selecciones marcado por el debut de numerosos jugadores con el combinado español. Entre ellos destacó la presencia de Nolito, futbolista del cuadro vigués que se convirtió en el primer jugador celeste en vestir La Roja desde que lo hiciese en 2006 Borja Oubiña. Además, el primer encuentro del gaditano como internacional estuvo marcado por ubicarse en el estadio de su club, Balaídos, donde la lluvia acogió su irrupción en el fútbol de selecciones.

El Celta de Vigo llega a Vallecas, uno de sus estadios más infranqueables, como el séptimo clasificado en la tabla y con grandes sensaciones. El equipo dirigido por Berizzo cumple con creces las expectativas generadas y se aleja, cada vez con más garantías, del pozo del que pretende huir. El descenso se vislumbra desde la distancia y las posiciones europeas se acarician, con los pies en el suelo, cada jornada. Sin embargo, el equipo se mantiene realista y no piensa en jugar competiciones continentales. El único objetivo sigue siendo salir a ganar cada partido.

Por su parte, el Rayo vuelve a su estadio tres semanas después con el rabo entre las piernas tras la goleada recibida en el Bernabéu, la cual supuso la tercera derrota consecutiva encadenada por el equipo de Paco Jémez. Situados en la zona media de la tabla aunque con el descenso asomando en el horizonte, el Rayo necesita una victoria urgente ante su afición para reivindicar su trayectoria como un rival a tener en cuenta para los grandes conjuntos. En juego, la dignidad y el honor de un club con unos valores grabados con fuerza en el corazón de Vallecas.

Seguir volando

El Celta de Berizzo está de dulce. Con una única derrota en su haber en once jornadas, los vigueses se mantienen en una meritoria séptima posición que les permite soñar. Sin embargo, los resultados no son la mejor noticia en el seno de la entidad celtista. Las enormes sensaciones que, sobre el césped, los hombres vestidos de azul celeste dejan cada fin de semana son, sin duda, el símbolo de una nueva transición ascendente.

La defensa del equipo dirigido por el entrenador cordobés ha sido la línea que una mayor explosión ha experimentado este otoño. Con la consagración de Cabral como capitán y líder de la zaga y la evolución de Andreu Fontàs y Sergi Gómez, el puesto de defensa central parece cubierto con garantías. En los laterales, Hugo Mallo ha logrado finalmente dejar atrás la gravísima lesión sufrida en 2013 y Jonny continúa demostrando una excelente polivalencia ante la lesión del exbarcelonista Carles Planas.

Si existe una posición en el esquema vigués que se encuentra todavía en el aire es la del compañero como interior para Michael Krohn-Dehli. El danés, que se han consagrado como líder en la creación de su equipo en este arranque de liga, ha visto como tres futbolistas como Álex López, Augusto Fernández y Pablo Hernández han ido alternándose a su vera, sin que ninguno de los tres lograse obtener continuidad. Con el regreso de la lesión del argentino, la competencia se incrementa y las oportunidades escasearán, con lo que cada minuto valdrá su peso en oro.

Retomar el vuelo

El Rayo Vallecano de Paco Jémez tiene una identidad sumamente hendida en el seno del club. Su fútbol es fácilmente distinguible. Toque, valentía y descaro. Desde atrás y hacia adelante, sin arrepentirse de ningún paso tomado. En la portería, Toño y Cristian Álvarez se alternan. Con el primero ausente ante el Celta, el argentino será probablemente titular, con David Cobeño en la recámara. Por delante, la pareja formada por Abdoulaye y Antonio Amaya ha ganado fuerza, pese a que Zé Castro también ha gozado de numerosos minutos. La baja de Insúa por la izquierda dará entrada a Quini, quien acompañará a Tito en los laterales. Dos jugadores con proyección ofensiva, siguiendo la tónica de todo el equipo, y que aprovechan las diagonales de los extremos para penetrar por la banda.

En el centro del campo, Raúl Baena ejerce de hombre escoba para detener los contraataques. A su lado, Roberto Trashorras es la manija, el creador, el futbolista que marca las diferencias sobre el césped. A su sombra, Jozabed Sánchez ejerce de aprendiz ante un maestro que ya exhala sus últimos gemidos futbolísticos. Abiertos a las bandas, el portugués Licá y el congoleño Gaël Kakuta se han ganado el puesto en base a sus goles y asistencias, con el ex del Villarreal Javier Aquino sirviendo como elemento de rotación y otros jugadores como Lass Bangoura (quien ha perdido proyección) y Álex Moreno a la espera de una oportunidad.

Por último, en la delantera, dos jugadores como Alberto Bueno y Leo Baptistao se han ganado los minutos en base a sus goles (suman cinco y seis respectivamente), mientras Manucho y Jonathan Pereira han perdido el trazo. Por detrás, jugadores jóvenes como Alejandro Pozuelo o Adrián Embarba sirven de revulsivo para un equipo que puede ofrecer un alto número de alternativas ofensivas.