Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás,

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Antonio Machado, Proverbios y Cantares, 1912.

Todavía perdura en la retira del aficionado celeste la acción que marcó el principio del fin de su equipo en el Bernabéu. Una simulación, un engaño, una mentira, que se tradujo en el primer gol del Real Madrid cuando, precisamente, más sufría en el partido. Han pasado apenas tres días. Tres días en los que la jugada ha dado para llenar horas de tertulias, páginas de diarios y photoshops a lo largo y ancho de la geografía española. Lo único cierto es que, hoy martes, esa acción no vale nada.

Para lo bueno o para lo malo, el fútbol no da respiro. El Bernabéu ya es agua pasada y ya se sabe que agua pasada no mueve molino. Tampoco lo movió hace un mes, cuando las tertulias de la semana post Camp Nou se llenaron con la gesta histórica del Celta, una gesta que no impidió que el equipo vigués no haya vuelto a ganar desde entonces.

Caerse está permitido; levantarse es obligatorio

A pesar del espectacular arranque liguero de los celestes, era inviable (desde la sensatez) pensar que este equipo no iba a tener un bache. Caerse está permitido; levantarse es obligatorio. Las sensaciones no han sido tan negativas como los resultados y el Celta tiene calidad, argumentos y jugadores de sobra para salir de este trance.

Atrás quedó la imbatibilidad fuera de casa, las dieciséis jornadas consecutivas marcando, las más de tres sin encajar. Pero también forman parte del pasado los cinco partidos sin ganar, los cuatro de Liga sin marcar y las disminuidas estadísticas de acierto en los disparos. Solo son números. Solo es ayer. En fútbol, lo que importa es el hoy, el ahora. Un ahora que pasa por jugar contra el Málaga el sábado a las 22:00. Un ahora que puede cortar una mala racha o puede servir de aliciente para que se siga hablando de ella. Un ahora que será ayer una vez acabe el partido y lo único importante pase a ser la vuelta de la Copa contra Las Palmas. Porque al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.