El Celta se encuentra inmerso en una racha negativa que no sólo es de resultados, sino de goles. Desde que el equipo vigués tomara el Camp Nou con gol de Larrivey, el Celta sólo ha conseguido marcar un tanto en cinco partidos, el de Santi Mina de penalti en Copa.

Al principio de temporada, cuándo el Celta parecía casi invencible, con una única derrota en las once primeras jornadas, uno de los defectos que se le achacaban al equipo de Berizzo era el de tener una excesiva dependencia de su tripleta atacante a la hora de hacer gol. La acusación es cierta: de los 17 goles conseguidos, 15 han sido marcados entre Larrivey (7), Nolito (5), y Orellana (3). Y, desde el último gol de estos tres delanteros (Larrivey ante el Barcelona), el Celta no ha vuelto a marcar en Liga, consiguiendo tan sólo un punto de los últimos doce.

Sin duda, la bajada de forma del tridente ofensivo celeste ha hecho estragos en los resultados del equipo. Y es que, aunque el Celta sigue generando ocasiones, no está consiguiendo hacer gol, por lo que es más un problema de acierto que de juego.

Quizás si hubiera que señalar a uno de los tres atacantes por la influencia de su baja forma en el equipo, el caso a analizar sería el de Nolito. Sin duda el hombre más destacado del Celta, su papel es imprescindible para explicar el espectacular inicio de temporada vigués.

Esta temporada suma cinco goles y otras tantas asistencias, que le llevaron a debutar con la selección española. Sin embargo, ya lleva seis partidos sin marcar, y desde que su taconazo a Larrivey silenciara el Camp Nou, su fútbol parece haberse apagado. Sin esa facilidad para superar regatear defensas y batir porteros, sin la frescura y la frialdad en los últimos metros, sin la magia…; el gaditano está recordando a ese jugador que hace un año desesperaba a Balaídos y que fue relegado al banquillo por Luis Enrique.

Además, Larrivey ha perdido ese don de meter en la portería cada balón que tenía cerca del área; y a Orellana se le vuelve a notar ese viejo vicio de querer hacerlo todo demasiado difícil, de no elegir la mejor opción.

Sin embargo, los jugadores no se declaran excesivamente preocupados por la mala racha. Confían en el estilo de Berizzo, y saben que si siguen jugando así los goles volverán a llegar. Ahora, el futuro más inmediato está en La Rosaleda, ante un Málaga muy fuerte, pero sabiendo que los tres puntos se antojan imprescindibles para paliar los nervios de la afición de cara a las vacaciones navideñas.