Quinta jornada consecutiva sin ganar y sin marcar. Cuarta derrota seguida. Malas sensaciones, dudas, problemas de confianza. El Celta está atravesando un bache, un mal momento tras un inicio fulgurante. Los de Berizzo acumulan un mes y medio de malos resultados y de sequía goleadora.

La derrota ante el Málaga fue el último episodio de esta serie de terror que están protagonizando los celestes, que ya no saben a qué aferrarse para encontrar esperanza. Desde luego, el verde —color que representa este intangible— no está siendo el remedio para ese mal de ojo. Los vigueses estrenan este año una novedosa segunda equipación en la historia de la entidad que, hasta el momento no está trayendo buenas noticias.

Verde en el Bernabéu.

Tres partidos ha jugado el Celta de verde y ha perdido los tres. Todos ellos en este último mes y todos ellos en salidas consecutivas. El estreno oficial de la camiseta hierba se hizo esperar hasta la jornada 12. Vallecas albergó la puesta de largo del verde y también la primera derrota a domicilio de un equipo gallego invicto hasta la fecha lejos de Balaídos.

A partir de Vallecas, el Celta ha jugado de verde en sus siguientes salidas; el Celta ha perdido en sus siguientes salidas. Bernabéu y La Rosaleda canjearon derrotas con el color de la (des)esperanza. Tres de tres.

Verde en La Rosaleda. (Foto: Jaime Zapata | EFE).

Hasta que el verde entró en su vida, el Celta había logrado llegar a ser el único equipo invicto como visitante de la Liga. Los de Berizzo empataron en Córdoba y ganaron en Elche vistiendo el negro de la campaña pasada. También puntuaron en el Calderón y en San Mamés y ganaron en el Camp Nou de celeste.

No habrá más verde en lo que queda de año. Al Celta le restan dos partidos en este 2014, ambos en Balaídos (la vuelta de la Copa contra Las Palmas y la jornada 16 contra el Almería). Pero la camiseta hierba volverá pronto, muy pronto. Tras el parón navideño, el Celta visitará el Pizjuán para disputar su primer encuentro de 2015 y el verde volverá a ser el color que vistan los pupilos de Berizzo.