Levante UD - Celta de Vigo: que no se detenga el baile

Teniendo en cuenta las temporadas de Celta y Levante, resulta en cierto modo absurdo el hecho de pensar que ambos equipos van a terminar luchando por el mismo objetivo al final de ese camino empedrado que es la Liga BBVA. Sin embargo, todo parece indicar que así será. Actualmente sólo siete puntos separan a gallegos y valencianos, algo absolutamente impensable después de que se disputase el encuentro de la primera vuelta entre ambos, en el cual el Celta se impuso por 3-0 y se ubicaba en puestos europeos mientras los granotas ocupaban el farolillo rojo. Sin embargo, la tendencia de la temporada se ha visto truncada para unos y reconducida para otros.

El Celta de Berizzo se ha encontrado con el mismo muro con el que se topó Luis Enrique el pasado año: la falta de regularidad. Los vigueses se han consolidado como uno de los equipos más vistosos de la liga y, pese a todo, se encuentran deambulando por el undécimo puesto de la tabla debido a errores puntuales, partidos para olvidar y una preocupante falta de carácter ganador en los momentos decisivos. En las diez últimas jornadas de competición, a los de Berizzo les toca sumar para cerrar la salvación e intentar maquillar al máximo el resultado final de una temporada que pudo haber sido pero que todo parece indicar que se quedará en una muy pequeña progresión con respecto a la anterior.

Por su parte, el Levante está haciendo su trabajo. Tras un inicio de año nefasto, la llegada de Lucas Alcaraz a finales de octubre supuso un soplo de aire fresco para un club que busca asegurar su sexta presencia consecutiva en la élite del fútbol español. Caracterizados por su intensidad física y su estilo algo parco pero efectivo, los granotas son innegablemente fieles a su firma. Ya fuera del descenso, el objetivo del equipo valenciano es seguir sumando el mayor número de puntos posible para sufrir lo mínimo y asegurar su permanencia lo antes que pueda.

Historia de lo que pudo ser y no fue

La temporada del Celta de Berizzo ha sido ciertamente frustrante. Tras un inicio demoledor, en el que el equipo volaba sobre el césped y arrasaba a sus rivales con una superioridad táctica impresionante, la irregularidad ha azotado a los hombres de Berizzo con su látigo impasible, convirtiéndolos en presa fácil en encuentros en los que a priori, por su calidad, debían imponerse. El nivel, lleno de altibajos, de las estrellas del equipo, unido a las lesiones, ha tenido como consecuencia una sensación más agria que dulce al respecto de la temporada que se está realizando.

Cabral es esencial en la zaga viguesa (Foto: María José Segovia / VAVEL).

Pese a todo, victorias como las conseguidas ante el Fútbol Club Barcelona en el Camp Nou, ante el Atlético de Madrid en Balaídos o ante el Deportivo en ambos derbis compensan, en cierto modo, los fracasos de la temporada, entre los cuales destacaron la dolorosa eliminación en octavos de Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao o las derrotas ligueras ante Eibar, Rayo Vallecano, Almería y Espanyol, entre otros. La mayoría de ellas se debieron, en esencia, a dos factores fundamentales: los errores constantes en la marca defensiva y la exasperante falta de gol del equipo, que prácticamente resume toda su capacidad anotadora en los nombres de Nolito y Joaquín Larrivey.

El bajón de forma de Gustavo Cabral en las últimas jornadas está siendo preocupante. Y es que el argentino llevaba toda la temporada siendo el líder defensivo del Celta de Vigo. Con él en un mal momento, los celestes pierden muchísima intensidad defensiva, puesto que Fontàs da un perfil de central muy distinto, con menos carácter y menos solvencia en el corte. Recuperar a Cabral en su mejor versión es clave para que el Celta encaje pocos goles, sufra menos a las espaldas de la zaga y no ofrezca una impresión de debilidad continuada.

El éxito de ser uno mismo

A muy poca gente, más allá de la propia afición del equipo, le agrada visualmente ver un partido del Levante. Esto ha sido así desde que llegaron a Primera División hace ya cinco años. Ni con Juan Ignacio Martínez, ni con Caparrós ni ahora con Lucas Alcaraz el equipo ha desarrollado un juego vistoso. Sin embargo, en ese periodo han logrado mantenerse estables sin mayores titubeos, logrando incluso participar con honor en la edición de la UEFA Europa League del curso 2012/13, en la que alcanzaron unos meritorios octavos de final.

David Navarro se ha ganado una plaza fija de nuevo en la zaga levantina (Foto: J.I. Lechuga / VAVEL).

En la portería levantina, el gallego Diego Mariño no está realizando su mejor temporada, aunque sí es cierto que su rendimiento ha ido mejorando a lo largo del año y actualmente es indiscutible. En el centro de la zaga, la llegada de Iván Ramis desde el Wigan ha aportado mucha solidez en su pareja con David Navarro. En los laterales, Toño e Iván López se han asentado, favorecidos en cierta medida por los problemas físicos que arrastran en los últimos meses los veteranos Pedro López y Juanfran.

En el centro del campo granota no hay apenas lugar para la creación, puesto que todos los futbolistas con los que se cuenta para la posición de mediocentro son de claro perfil defensivo. Entre todos ellos destaca Papakouli Diop, el jugador más asentado, mientras que Simao aporta fuerza a su lado y el fichaje de José Mari también proporciona galones a una línea mermada por la lesión de la gran promesa del equipo: Víctor Camarasa. En las bandas, jugadores como Xumetra o Morales aportan una gran inteligencia táctica, mientras otros como Ivanschitz, Rubén García o Nabil El Zhar generan más peligro desde el banquillo. Finalmente, arriba destaca la presencia del goleador del equipo David Barral, habitualmente acompañado por Víctor Casadesús o por el gran fichaje invernal del equipo: el nigeriano Kalu Uche.