Incluso los entrenadores más laureados del planeta tienen sus estadios malditos particulares. En el caso de Carlo Ancelotti hay que irse hasta el sur de Galicia para encontrarlo. Es en Balaídos, el campo del Celta, dónde el italiano guarda sus peores recuerdos.

Todo empezó un 9 de marzo del 2000. El Celta recibía a la Juventus. Era la vuelta de los octavos de final de la UEFA. En la ida, 1-0 para los italianos. Por aquella época los de Víctor Fernández maravillaron al mundo con su fútbol, y aquella la noche fue la confirmación de una realidad: el Celta era uno de los equipos que mejor jugaba al fútbol de Europa.

El inolvidable 4-0 a la Juve fue el comienzo de la historia

Y eso que la Vecchia Signora contaba con jugadores como Van der Sar, Davids, Del Piero o Zidane, pero en el primer minuto los celestes ya iban ganando. Mostovoi, Makelele, Karpin, Gustavo y McCarthy destaparon el tarro de las esencias, y la Juve de Carletto se fue de Vigo con un 4-0 a la espalda. Habían pasado 19 años desde la última vez que le marcaron cuatro goles a los de Turín en competición europea.

El segundo capítulo de la negra historia de Ancelotti en Balaídos tuvo lugar tres años después, en Champions League. El Milan, vigente campeón, aterrizaba en Vigo con la intención de aprovecharse del Celta, que vivía su primera experiencia en la máxima competición europea.

Enfrentamiento "Champions", resultado gafas

Sin embargo, fueron los de Lotina los que controlaron el partido, pero nunca pudieron traspasar la férrea defensa roja y negra. Una zaga que cualquier futbolero podía recitar de memoria: Dida en la portería, Cafu, Nesta, Maldini y Costacurta. 0-0 fue el resultado. Finalmente ambos equipos se clasificaron para octavos, después de que el Celta tomara San Siro en la vuelta.

El doblete de Charles

A partir de ahí, el Celta empezó una caída que le llevó a las catacumbas de la Segunda División, mientras Ancelotti siguió cosechando títulos aquí y allá. La temporada pasada, el Real Madrid se hizo con los servicios del entrenador italiano, y Ancelotti tuvo que volver a acercarse por las orillas del Lagares.

Fue a mediados de mayo, con el Madrid inmerso en la conquista de la Décima, fatiga que le llevó a despreocuparse de una Liga que acabaría ganando el Atlético. Los blancos se presentaron en Balaídos sin hombres como Cristiano, Modric, Di María, Benzema o Pepe, y el Celta castigó la osadía. Sin jugarse nada en Liga, Luis Enrique hizo su primer servicio como entrenador al Barça. Charles sacó la caña y anotó un doblete para delirio de la afición celeste.

Este domingo Carletto volverá a Balaídos por cuarta vez. Si las meigas de Ancelotti persisten, la Liga estará muy cerca de Barcelona.