Sin debate. El galardón al jugador más carismático del Celta durante la temporada 2014 / 2015 ha tenido un claro destinatario: Augusto Fernández. El medio argentino se ha llevado de calle una mención que le viene como anillo al dedo.

La denominación de líder es la más acertada para definir a un jugador que ha sabido tomar el mando en situaciones complejas, un alabardero dentro y fuera del campo que ha empuñado la espada del celtismo en todo momento.

La dirección técnica ha comprobado su valía a lo largo de las tres temporadas que lleva en el equipo y su renovación hasta 2019 permite al Celta cementar sus bases. A sus 29 años ha alcanzado una madurez excelsa que se ha traducido también en mayor versatilidad. El curso que acaba de finalizar le ha permitido desarrollar otras funciones como la de mediocentro, siempre con un rendimiento destacable.

Un Emperador feliz

Augusto es juez y parte del estado de ánimo de la escuadra gallega. Sus ruedas de prensa no dejan indiferente a nadie. No está encerrado en la típica mascarada futbolera que lleva a los jugadores a entonar discursos cerrados, en los que cada respuesta es una machada a la elocuencia. Argentino como ninguno, vive este deporte como una pasión vital.

Su comunión con la afición es total. Él se siente feliz en una ciudad que le ha visto crecer como futbolista. 'El Emperador' sabe que todavía guarda en sus botas buenos años de fútbol de ahí que su ilusión se mantenga intacta para las próximas temporadas, en las que el Celta buscará seguir creciendo para adentrarse en un Olimpo del que fue expulsado.

"Me he sentido muy valorado"

“Me he sentido muy valorado todos estos años y gran parte de la renovación tiene que ver con eso, con el respeto que tienen hacia mi, no solo en el campo sino también en la calle y vuelvo a mencionar a mi familia porque es un factor fundamental para mí y ellos sienten lo mismo”, declaró Augusto tras firmar su renovación. Un contrato con un mensaje entre líneas, el de dejarse la piel en cada embate.

Esta campaña supo encontrar acomodo con la lesión de Nemanja Radoja. Arrancó entre el puesto de enganche y su posición natural, la de extremo. En cualquier posición aplicó la fórmula del esfuerzo. Cuando algunos hablaban de su pérdida de chispa, él escapó del purgatorio de las críticas. Protegió la magia de Krohn Dehli y ayudó al equipo a ocupar el puesto que ocupa una vez finalizada la temporada. Nuevas batallas vendrán el próximo año.

Premios Celta VAVEL 2014/2015

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Sobre el autor
Denís Iglesias
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