La obsesión de Torrecilla

"Llevo años hablando de polivalencia. De hecho es lo que más se valora de mi trabajo. Eso y Tordesillas”. Con este jocoso chascarrillo aludiendo al error de un socio en una junta de accionistas, que confundió su apellido con esta histórica localidad vallisoletana, concluía Miguel Torrecilla una animada rueda de prensa que sirvió para confirmar un secreto a voces: el fichaje del danés Daniel Wass por el Real Club Celta, futbolista que ha jugado como volante y lateral en ambas bandas y al que el salmantino ve capacidad para sustituir a Krohn-Dehli en el centro del campo. En la misma rueda de prensa, el mandamás de la parcela deportiva anunció que la plantilla quedaría cerrada con la llegada de un defensa… polivalente, cómo no.

Actitud relajada, sonrisa constante, discurso sereno. Le van bien las cosas a Miguel Torrecilla. La buena evolución que está llevando el Celta en Primera, así como el acierto con varios fichajes, están permitiendo al director deportivo de la entidad viguesa vivir su mejor momento desde que llegó al club en 2009.

Torrecilla cerrará la plantilla con un defensa...polivalente

Y es que su secretaría técnica no siempre ha sido una balsa de aceite. El salmantino vivió un buen número de temporadas rodeado de críticas y polémicas, así como de incorporaciones de escaso rédito deportivo. Ya en Segunda, con perlas como Cellerino o Papadopoulos y también en Primera, con experimentos fallidos como el de Park, futbolistas con más pena que gloria como Pranjic, Demidov o Aurtenetxe y fiascos totales como el de Welliton. Incluso en la actualidad, las incorporaciones de Pablo Hernández y Planas han dejado algunas dudas en el celtismo.

Pero su bagaje puede y debe catalogarse como positivo. Fichajes como Cabral, Orellana o Augusto Fernández, que suscitaron críticas por su rendimiento inicial, terminaron dándole la razón con el tiempo. Incluso a todo un internacional como Nolito le costó al principio, igual que a Fontàs y hasta a Rafinha. Pero con un poco de rodaje quedó demostrado que fueron aciertos plenos. Incorporaciones como las de Krohn-Dehli, Javi Varas, Charles, Radoja, Larrivey y ahora Aspas y Wass también llevan su firma.

Pero si por algo ha destacado Miguel Torrecilla, como él mismo bromeaba, es de fichar futbolistas que puedan desempeñarse en varias posiciones. Polivalentes. Esta obsesión se ha intensificado en los años de Primera, en los que el salmantino ha convertido esta cualidad en casi un requisito imprescindible para vestir de celeste, por supuesto con excepciones como Nolito, Cabral, Charles o Larrivey, cuya especialización hace difícil cualquier cambio posicional. Ya fuera porque lo traían de serie (Radoja y ahora Wass), o porque el devenir de los tiempos y las necesidades del equipo así lo quisieron (Augusto, Krohn-Dehli), la polivalencia se ha convertido en la obsesión de Torrecilla.

Augusto Fernández

El argentino es el claro ejemplo de una polivalencia sorpresa. Llegó al Celta recién ascendido de la 12/13 y llegó como volante derecho con recorrido y buenos centros. Ese rol lo desempeñó en su primera campaña con Paco Herrera y después con Abel, yendo de menos a más —fue criticado al principio— para acabar como uno de los futbolistas más destacados de la agónica permanencia del 4%.

Su capacidad para el juego de pasillos y para aparecer en los espacios llegando desde atrás fue detectada por Luis Enrique que, en la pretemporada de la 13/14 ya colocó a Augusto como interior en su 1-4-3-3. Un cambio de sistema que propició un cambio de posición. El argentino fue el ocho del equipo, aunque alternó la banda con Rafinha a principios de curso. La irrupción de Orellana propició que el Emperador se asentase en el centro del campo, donde dio empaque y llegada de segunda línea al área.

La llegada de Berizzo significó un paso más en la polivalencia del de Pergamino. Interior, volante y hasta lateral. El Toto probó en varios lugares con él, hasta que en un Celta-Córdoba de importancia capital para el entrenador de Cruz Alta, Augusto se salió como mediocentro defensivo. Otra exhibición semanas más tarde en Riazor sirvió para que se asentase definitivamente como el cinco del equipo y uno de sus principales puntales.

Krohn-Dehli

Muchas veces se ha dicho que la carrera del danés y la de Augusto han ido de la mano en el Celta. Así ha sido hasta este verano, en el que el Vikingo ha emprendido camino al sur para jugar en el Sevilla. Krohn-Dehli llegó hace tres años como un extremo izquierdo discontinuo y se ha marchado como el centrocampista total.

Augusto y Krohn-Dehli viajaron juntos al medio de la mano de Luis Enrique

Un primer año desde la izquierda, en el que dejó gotas de calidad, pero en el que nunca encontró regularidad, dio paso al mismo viaje que Augusto de la mano de Luis Enrique. De hecho, ambos eran los interiores del equipo en el arranque liguero, con Oubiña por detrás y Nolito y Rafinha en los extremos. Pero las temporadas son largas y las situaciones cambiantes. Borja no fue capaz de ofrecer un nivel acorde al del resto del equipo y el técnico asturiano le convirtió en suplente definitivamente —Fontàs ya le había relevado en partidos puntuales— para apostar por el Vikingo como cinco del equipo en el tramo final de la temporada.

Berizzo volvió a la idea inicial del técnico asturiano y Krohn-Dehli firmó su mejor temporada como futbolista profesional. Imprescindible. Manejo de balón, circulación, creatividad, recorrido. Todo. El danés recogió la responsabilidad que le dio el Toto y se transformó en el centrocampista total que maravilló a toda la parroquia celeste y que ahora le tocará hacerlo con la sevillista.

Orellana

El chileno ha demostrado que su adaptabilidad es enorme. Dentro y fuera del campo. En su primera etapa en Vigo, en Segunda, terminó como uno de los mejores futbolistas de la categoría arrancando desde la izquierda. Su cesión expiró y el Granada lo reclamó. Medio año después, sobre la bocina del mercado de fichajes, Torrecilla lo recuperó para el Celta, esta vez en propiedad. Aquella segunda vuelta tumultuosa no permitió ver la mejor versión del Ninja, que apareció por ambas bandas intermitentemente.

Orellana ha demostrado una adaptabilidad enorme dentro y fuera del campo

La llegada de Luis Enrique no mejoró las cosas. De hecho las empeoró. El asturiano le comunicó que no contaba con él y le abrió la puerta de salida. Sin embargo, el club no encontró un club al que venderlo y Orellana se quedó a pelear por un puesto. Y vaya si lo hizo. Tras un par de apariciones fugaces, el chileno salió como titular en la octava jornada, en Balaídos contra el Almería. Partiendo desde la izquierda hizo el primer tanto celeste y abrió el camino hacia la primera victoria de la temporada en casa. A partir de ahí, el chileno se volvió un fijo en el once en el costado derecho —el izquierdo se lo quedó Nolito—.

Berizzo le dio continuidad en el extremo diestro, pero la mala racha de diez partidos sin ganar propicio un cambio de dibujo. En el 1-4-2-3-1 que dispuso el Toto, Orellana pasó a la mediapunta y cumplió con la papeleta rindiendo a gran nivel en el tramo final de la campaña. Incluso en alguna situación puntual ha llegado a jugar de nueve.

Rafinha

La cesión del hijo de Mazinho despertó una ilusión desorbitada en el celtismo. Ilusión justificada ya que, aunque le costó arrancar, el menor de los Alcántara terminó siendo uno de los puntales del equipo de Luis Enrique, lo que le valió el premio de la LFP como jugador revelación de la temporada.

Rafinha llegó para ser uno de los dos interiores en el 1-4-3-3 de Luis Enrique. Terminaría consiguiéndolo, aunque al principio le costase adaptarse al ritmo de la categoría. El asturiano detectó estas dificultades y lo situó como extremo derecho, a pierna cambiada, más liberado de trabajo defensivo y de la responsabilidad de generar el juego del equipo. Desde la banda, el hispanobrasileño creció y adquirió una confianza que le permitió volver al centro y brillar con luz propia en la segunda vuelta.

Radoja

El fichaje del serbio aunó dos dogmas de Torrecilla: la venerada polivalencia y el factor sorpresa que últimamente le viene dando a sus incorporaciones. El joven mediocentro llegó el pasado verano de la Vojvodina con la misión de suplir a Borja Oubiña en el eje del equipo. Rado cumplió a la perfección con su cometido, convirtiéndose en una de las revelaciones del Celta y completando una excelsa primera vuelta.

Además de sus prestaciones como cinco, Radoja traía en su currículum capacidad para jugar como central. En varios partidos, Berizzo se aprovechó de esta cualidad para incrustarlo como tercer central en fase defensiva contra rivales que jugaban con doble nueve. El serbio ha llegado a jugar como lateral derecho un par de veces, como siempre cumpliendo con su misión.

El último en llegar

La adorada polivalencia también tiene su sitio en el mercado en curso. No tanto en el primer fichaje —parece claro que Iago Aspas viene para jugar de nueve, aunque podría hacerlo también por detrás del punta o incluso cayendo a un costado— como en el segundo. Daniel Wass ha sido lateral y volante en ambos lados con cierta asiduidad en su carrera. Incluso ha jugado como mediapunta. Pero Torrecilla va más allá. El salmantino ve al danés como el sustituto de su compatriota Krohn-Dehli en el centro del campo. Un desafío que Berizzo, el propio jugador y el devenir de los acontecimientos tendrán que refrendar.

Y más

Nolito no cumplió con la venerada polivalencia; sin embargo, fue el mejor fichaje de Torrecilla

De los 24 futbolistas que Torrecilla ha firmado desde que el Celta volvió a Primera División hace tres años, una parte importante ha demostrado capacidad para jugar en al menos dos posiciones, salvo los que han cubierto puestos muy especializados, como el de portero, central o delantero centro: Javi Varas, Cabral, Demidov, Samuel, Iñigo López, Park, Charles, Larrivey y supuestamente Welliton (nunca se supo si podía jugar en varias demarcaciones o más bien era que no podía jugar en ninguna). Además, resulta curioso un jugador sin polivalencia como Nolito —ha jugado de extremo izquierdo el 95% de las veces— haya sido, probablemente, el mejor fichaje del director deportivo salmantino.

Otro ejemplo de polivalencia en las adquisiciones de Torrecilla ha sido Pranjic. El croata llegó en el mercado invernal de la 12/13. Su hoja de servicios demostraba capacitación para jugar como volante y lateral zurdo, así como de interior. Resultó que a la versatilidad no acompañó profesionalidad y su cesión terminó con mucha más pena que gloria, incluida una negativa a jugar como lateral en los últimos minutos de un vital Betis-Celta.

Andreu Fontàs también llegó como jugador versátil. Luis Enrique alternó sus actuaciones entre el mediocentro defensivo y el centro de la zaga, en donde se asentó definitivamente con Berizzo. Aurtenetxe, cedido por el Athletic la temporada anterior, jugó como lateral y central izquierdo, dejando dudas por igual en ambas posiciones.

Esta misma temporada, Sergi Gómez fue lateral derecho cuando la necesidad lo requirió así, además de un tercer central de garantías. Planas arrancó como titular en el lateral zurdo y en varios partidos jugó más avanzado, aunque las lesiones y el gran momento de forma de Hugo Mallo y Jonny le cerraron el paso. Tucu Hernández vino como mediapunta y jugó como interior muchos encuentros, aunque las sensaciones han demostrado que quizá no esté preparado para jugar ahí. Incluso Bongonda, que llegó como extremo izquierdo puro, ha jugado por la derecha y se ha ofrecido para ser lateral en caso de necesidad.