Larrivey ya no es jugador del Celta. Finalmente su salida del club se ha confirmado, no sin dificultades. El Baniyas de los Emiratos Árabes será el destino del delantero, que hace una semana vio cómo se frustraba su pase al Norwich City, cuando el club cannarie se echó atrás incomprensiblemente con todo cerrado.

Cuando Larrivey llegó libre al Celta, hace un año, procedente del Rayo Vallecano, pocos aficionados presagiaban el buen rendimiento que daría. Más aun teniendo en cuenta que Charles venía de firmar doce dianas con un doblete ante el Madrid en la penúltima jornada liguera como broche de oro.

El argentino, ariete clásico, se presentaba como recurso para partidos atascados o para buscar remontadas a través del juego directo. Sin embargo, su buen hacer en la pretemporada le hizo arrancar como nueve titular del Celta. Su portentoso arranque liguero y su fortuna ante el eterno rival hicieron el resto.

Dueño de Balaídos

Superó el récord de jornadas consecutivas marcando en Balaídos de Gudelj

Como Larri por su casa. El brillante inicio de Liga de Larrivey se fraguó con una infalibilidad como local que le llevó a anotar en el Muncipal vigués en cinco partidos consecutivos (Getafe, Real Sociedad, Deportivo, Villarreal y Levante por partida doble). Estos partidos, unidos a la visita con el Rayo Vallecano a Balaídos la temporada anterior, en la que también mojó, hicieron que superase el récord de Gudelj de jornadas consecutivas marcando en el coliseo celeste.

Garra, entrega y una especial intuición para el remate. El de Gualeguay había enseñado su tarjeta de visita en un espectacular comienzo que, por poner un pero, tenía el lunar de la sequía lejos de Balaídos. Larrivey no pudo encontrar un escenario mejor para poner fin a esa mala racha como visitante: el ariete materializó el tanto de la victoria celeste en el Camp Nou, un hito que jamás se había producido en el actual campo culé. Histórico.

Injusticia y bajón

Pero, igual que para el equipo en general, la victoria ante el Barcelona significó un frenazo para Larri. El siguiente choque en casa, contra el Granada, fue el primero en el que no vio puerta como local. A partir de ahí, tanto el equipo vigués como su delantero centro entraron en barrena. Diez jornadas sin ganar y doce horas sin marcar. Berizzo buscó una reacción sentando a su compatriota y dándole la oportunidad a Charles en Málaga y en Balaídos contra el Almería.

Precisamente en ese encuentro se gestó el momento más llamativo de Larrivey fuera del campo. Al término del mismo, ya en el túnel, Gil Manzano escuchó como alguien le llamaba “ladrón” con acento argentino. El trencilla, sin haber visto la persona que pronunció dicha palabra, señaló al delantero celeste en el acta. Poco después, Augusto salió para dar la cara y confesar la autoría de los hechos. Tanto el árbitro como el Comité de Competición hicieron oídos sordos y el de Gualeguay pagó con cuatro partidos de sanción una infracción que no había cometido.

Infalible en los derbis

El ex del Rayo cumplió su castigo: dos partidos de Liga (Espanyol y Getafe) y dos de Copa (la eliminatoria de octavos íntegra contra el Athletic) ausente, en los que vio como el Celta tocaba fondo. Contra el Córdoba, con Berizzo en el alambre, reapareció desde el inicio. Trabajó como siempre, pero la pólvora parecía mojada. Era el primer partido de la segunda vuelta, en la que Larrivey solo sumó tres goles más para finalizar con una más que digna marca de once tantos en el torneo de la regularidad (hizo uno más en el del KO).

Con los derbis en el recuerdo

Probablemente, lo más destacado del ariete argentino para la afición celeste haya sido su rendimiento en los derbis contra el Deportivo. Larri ha jugado tres, ha ganado los tres y ha marcado en todos ellos. Infalible.

La racha comenzó en plena pretemporada, en el I Trofeo Diputación en Pasarón. Un Celta muy superior pasó por encima del equipo de Víctor Fernández, todavía en construcción según el técnico maño. Nolito abrió el marcador que cerró Larri cuando el partido tocaba a su fin.

Pero los amistosos de poco sirven. El primer derbi oficial tuvo lugar en Balaídos, en la jornada 5, y los mismos protagonistas ajusticiaron al Dépor, aunque esta vez con mayor dosis de sufrimiento para los locales. Mucho más. Nolito encarriló el partido al poco de empezar, pero un exceso de relajación impidió a los celestes matar el partido en la primera parte. El conjunto blanquiazul se rehizo y empató en el segundo tiempo por medio de Cuenca. Fue Larrivey, a la salida de un córner, el que remató de cabeza con el alma el 2-1. Sergio, deteniendo un penalti a Medunjanin en el último minuto, hizo el resto.

En la vuelta en Riazor, Larri empezó en el banquillo. Su sustituto en la punta de ataque, Charles, fue el encargado de inaugurar el marcador nada más comenzar el segundo tiempo, tras un primer acto bastante igualado. Ya en el tramo final del partido, el argentino porfió un balón que parecía imposible, provocó el error de Luisinho y batió a Fabricio para poner el 0-2 definitivo y el pleno de victorias ante el eterno rival.