La gira del Celta por Alemania y Austria ha llegado a su fin. Una victoria, un empate y dos derrotas en una trayectoria que ha ido claramente de más a menos, como es normal con la intensa carga de trabajo físico. No obstante, las sensaciones globales han sido positivas a pesar del último partido, el más flojo de los cuatro, contra el Ingolstadt. Más allá del resultado, del acierto o del desacierto, del buen o el mal juego, la reflexión a la que induce ese encuentro es de un calado mayor: ¿cómo jugará Berizzo en la competición oficial?, o mejor dicho, ¿con quién?

Ante el Ingolstadt, el Celta fue como una rosquilla: vacío por el medio

De los tres fichajes que ha hecho hasta el momento el Celta, dos de ellos —Iago Aspas y John Guidetti— son nueves. De distintas carecterísticas, pero nueves. Dos futbolistas de gran dimensión que a buen seguro supondrán un salto de calidad en la parcela ofensiva celeste. Unas incorporaciones que han generado gran ilusión en la afición, que ya sueña con verles juntos sobre el césped. En ese sentido, las elucubraciones sobre la alineación tipo han sido variadas y en prácticamente todas ellas se incluye el cuartero Orellana-Nolito-Aspas-Guidetti

La gira centroeuropea no ha podido desvelar esta incógnita, ya que ni el andaluz ni el sueco han tenido la ocasión de jugar. No obstante, en el mencionado partido contra el Ingolstadt, Berizzo dejó entrever esa propuesta ultraofensiva de la que tanto se ha hablado. Orellana en la derecha, Bongonda (en lugar de Nolito) en la izquierda, Aspas enganchando y Borja Iglesias (en lugar de Guidetti) arriba. El doble pivote Radoja-Augusto, por detrás. Más allá del cansancio y los desajustes propios de las fechas, el experimento no resultó satisfactorio.

Los centrocampistas no dieron abasto ante el Ingolstadt.

Se suele decir que los sistemas en fútbol son como una manta corta. Si te tapas la cabeza, los pies quedan al aire. Y viceversa. Pero si hay algo peor que la fábula de la manta corta, es la de la rosquilla. Ante el Ingolstadt se vio un Celta largo, partido por la mitad, con jugadores arriba y jugadores abajo, pero con enorme espacio vacío en el medio. Eso impidió la continuidad en el juego ofensivo y favoreció la endeblez defensiva una vez los alemanes superaban la primera línea de presión y se encontraban con treinta metros para montar la jugada de ataque.

No es el cómo, es el con quién

Tener más delanteros no implica atacar mejor

Siempre se dice que los dibujos los marcan los jugadores. Así es. Aunque Orellana, Aspas y Nolito jueguen en la línea de mediapuntas por detrás de Guidetti, siguen siendo delanteros. Su marcado carácter ofensivo siempre va a imperar sobre cualquier táctica o instrucción. De los cuatro, el chileno es el más preparado para trabajar hacia atrás. Es cierto que el moañés tiene capacidad técnica para retrasar su posición, pero después de seis años jugando de nueve, parece difícil que pueda amoldarse a hacerlo de diez. Por no hablar de las prestaciones que el equipo perdería alejándole del área. Con Nolito y Guidetti poca discusión existe: ambos son especialistas inamovibles de sus posiciones.

Iago Aspas es delantero y la cabra tira al monte. (Foto: Celta).

Los que más sufrirían con este sistema serían los encargados de ocupar el doble pivote, sobre el papel Augusto Fernández y Daniel Wass. La enorme franja de campo desocupada les obligaría a un esfuerzo muy grande en la recuperación y a una precisión milimétrica en la construcción. Eso sí, cuando el Celta robe en campo rival, las contras serían mortales con tanta gente cerca del área.

En este escenario, el equipo se queda descompensado. Sin equilibrio. Y es que esa es la palabra mágica. La mezcla exacta entre ataque y defensa, entre construcción y destrucción, entre el ying y el yang. Tener más delanteros no implica atacar mejor y además, salir con todo desde el principio implica anular la capacidad de reacción desde el banquillo.

Prescindir de uno de los cuatro de arriba de inicio y equilibrar el equipo con un centrocampista más con un 1-4-3-3 es una opción. Con Radoja barriendo por detrás de Augusto y Wass, se vería un Celta más compacto y con tres delanteros más frescos, sin tanta exigencia defensiva. El problema es el de siempre: ¿a quién quitas? Bendito problema como se suele decir, pero a Berizzo con ese bendito problema.

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Sobre el autor
Borja Refojos
Estuve en VAVEL desde octubre de 2012 a enero de 2016. En ese período coordiné la sección del Celta desde julio de 2013 hasta diciembre de 2015, así como la cobertura del Mundial 2014, además de escribir crónicas, reportajes y todo tipo de artículos informativos. Actualmente trabajo como redactor en la Axencia Deportiva Galega (ADG Media) y colaboro en tuRadio 88.4 Vigo. Email de contacto: [email protected]