Uno de los más importantes hitos del Real Club Celta fue, sin duda alguna, su clasificación para la Copa de la UEFA en 1971, la primera competición europea oficial que disputaría el conjunto vigués y segundo hito tras la disputa de la final de la Copa del Generalísimo en 1948.

La hoy conocida como UEFA Europa League, tuvo como precursora la conocida como Copa de Ferias y el Celta tuvo el honor de ser uno de los equipos que inauguraría la nueva competición futbolística continental, que comenzó su marcha precisamente esa temporada. Además de este honor, también le corresponde en su historia el hecho de haber sido el primer conjunto gallego que disputó una competición europea.

Esto se explica por la excepcional campaña que el cuadro vigués realizó en la temporada 1970/71, la segunda consecutiva en Primera División, tras vagar durante diez campañas en la categoría de plata del fútbol español, la década comprendida entre 1959 y 1969.

El Celta fue unánimemente calificado como equipo revelación

En esa temporada, el Celta terminó en sexta posición, con 35 puntos, en un campeonato que ganaría el Valencia aquél año y en la que acompañaron a los gallegos a la Copa de la UEFA Barcelona, Atlético de Madrid, Real Madrid y Athletic. Quince victorias, cinco empates y diez derrotas, con 37 goles a favor y 32 en contra, fueron los números absolutos de los vigueses en la temporada en la que la prensa española fue unánime en calificar al Celta como "equipo revelación".

Determinante fue, sin embargo, que el equipo que entrenaba Juan Arza hiciera del Estadio de Balaídos un auténtico fortín, pues de los quince partidos disputados en el coliseo de Val Miñor, dos fueron los empates, contándose el resto por victorias.

La alineación tipo del Celta que obró el milagro era la formada por Gost en la portería; Hidalgo, Isabelo y Manolo (el Gran Capitán) en la línea defensiva; Quique Costas, Almagro, Juan Fernández y Lezcano en la línea de medios; y Jiménez, Rivera y Rodilla en el ataque. De éstos, Gost, Manolo, Costas y Jiménez llegaron a jugar los 30 partidos de liga.

Sin embargo, Costas no llegaría a debutar con el Celta en la Copa de la UEFA: un rumor que vino circulando insistentemente esa temporada se hizo realidad, y fue traspasado al Fútbol Club Barcelona por la friolera de once millones de pesetas (unos 66.111 euros al cambio o 1,2 millones de euros ajustados al precio actual).

Desafortunado debut en Balaídos

El 15 de septiembre de 1971, el Celta disputaría el partido de ida de los treintaidosavos de final de la Copa de la UEFA en casa y el equipo que le tocó en liza fue el Aberdeen, conjunto escocés que entrenaba Jimmy Bonthrone, un clásico de la liga escocesa, pero sin ningún título continental hasta entonces.

El partido fue, en líneas generales, muy flojo, mostrándose ambos conjuntos muy respetuosos con el contrario. A señalar la picardía que mostró el Aberdeen a la hora de dejar a los vigueses en fuera de juego: en una ocasión hasta seis fueron los jugadores del Celta los que quedaron en posición antirreglamentaria.

Lezcano y Rodilla fueron especialmente activos en el ataque céltico, pero el portero Clark desbarataba cada ocasión de la delantera del Celta, acreditando su condición de internacional. Sin embago, Gost se mostró muy inseguro en sus intervenciones. De un error suyo, llegó el primer gol de los escoceses. En el minuto 51, un centro desde la izquierda del ataque del Aberdeen fue rematado por Forrest. El portero del Celta no logró blocar y su rechace fue recogido por Harper, cuyo balón se alojó en las mallas del cancerbero celeste.

El Celta lo siguió intentando, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Ni siquiera Rodilla, de tacón, a saque de esquina de Lezcano, todos los intentos se encontraron con el acierto de Clark o el desacierto de los delanteros. El golpe de gracia llegaría en el minuto 72. Rivera, al querer sacar de cabeza un balón que el Aberdeen lanzó desde la esquina, lo hizo con tan mala fortuna, que se fue dentro de la portería viguesa. De aquí hasta el final, el Celta lo intentó más con el corazón que con la cabeza y los ataques celestes fueron bien neutralizados por la defensa escocesa.

El Celta presentó la siguiente alineación: Gost, Pedrito, Hidalgo, Domínguez, Manolo, Lezcano, Almagro (Rivas, 46’), Juan, Jiménez, Rodilla y Rivera. Por su parte, el Aberdeen alineó a Clark, Boel, Hermiston (George Murray, 58’), Young, Steve Murray, Buchan, Robb, Willoughby, Forrest (Buchan, 88’), Harper y Graham.

Balaídos no presentó el aspecto esperado ante el estreno del Celta en Europa y sólo asistieron unos 17.000 espectadores al encuentro.

Partido de vuelta en Pittodrie (Foto: Aberdeen FC)

Trámite en Pittodrie

El partido de vuelta, dos semanas después, se presentaba como un mero trámite para los escoceses tras la victoria en Vigo. Ese era el sentimiento de los aficionados en Aberdeen y no pocos vigueses, pues al mal resultado cosechado en la ida en Balaídos, había que sumar la derrota por la mínima en casa ante el Sabadell.

Sin embargo, el Celta plantó cara al Aberdeen en Pittodrie. Tras el acoso inicial de los escoceses, incluyendo un penalti injusto pitado por el árbitro y que paró Alarcia, acción que sirvió para lanzar a los vigueses que buscaban resarcirse del mal resultado quince días atrás.

Tras un primer tiempo de dominio vigués, siguió una reanudación de dominio alterno y oportunidades para ambos conjuntos, en la que destacó, por parte viguesa, Rivera, quien se echó a sus espaldas el ataque del Celta.

Harper, bestia negra del Celta

Y cuando parecía que el resultado inicial sería el definitivo, llegó el postrero gol de los escoceses. Pasaban unos segundos de los 90 reglamentarios, cuando Harper recogió un balón en el centro del campo y, al ver adelantado a Alarcia, no se lo pensó dos veces y lanzó un zapatazo que llegó a tocar el portero celeste, aunque no de forma suficiente para que cuero se introdujese en las mallas del Celta. Triste epílogo para el estreno del equipo olívico en competiciones continentales.

El partido disputado en la noche del 29 de septiembre de 1971 en el Estadio Pittodrie ante 30.000 espectadores, lleno absoluto, tuvo las siguientes alineaciones: Aberdeen: Geoghegan, Boel, George Murray, Steve Murray, Young, Martin Buchan, Forrest, Robb, Harper, Willoughby y George Buchan; por el Celta salieron: Alarcia, Pedrito, Domínguez, Manolo, Navarro, Rivas, Almagro (Rivera, 46’), Juan, Lezcano, Suco II (Jiménez, 46’) y Rodilla.

Sin embargo, Europa esperaba al Celta. Habrían de pasar hasta entonces, 26 años para que los celestes volviesen a clasificarse para la Copa de la UEFA. Pero esa ya es otra historia, pues sería el inicio de una de las más hermosas etapas en la historia del Real Club Celta.