La mayor psicosis de un escritor es enfrentarse a la hoja en blanco. Comenzar. Superar con éxito el primer escollo es el primer paso para que todo vaya rodado. Los inicios siempre son difíciles y así ha sido para el Celta, que tuvo que sudar tinta para escribir la primera victoria en el folio inmaculado de la Liga 2015/16. Una victoria que le coloca como líder provisional del campeonato.

Cuesta abajo y con freno

Los aficionados apenas se habían acomodado en sus asientos cuando sucedió la primera jugada clave del choque: Iago Aspas estaba tendido en el suelo y Simão Mate le pisó. El árbitro lo vio y le mostró la roja. El Levante se quedaba con diez y el camino para superar la hoja en blanco se allanaba. Sin embargo, la superioridad numérica no benefició al Celta. No al menos de inmediato. La expulsión reforzó la idea de los locales, que se pertrecharon atrás y dejaron sus ataques para su pareja de ataque, con un Ghilas punzante y peligroso y un Deyverson muy insistente.

El Celta jugó una o dos marchas por debajo de lo habitual

Los celestes no eran capaces de hilvanar. “Ya llegará”, parecían pensar los futbolistas de Berizzo, que jugaron una o dos marchas por debajo de lo que es habitual en ellos. Un disparo desde su casa de Aspas a las nubes fue el escaso bagaje ofensivo de los primeros minutos. El Levante, sólido y con las líneas juntas, estaba esperando una contra o una pelota parada para marcar. Y así fue. A la salida de un córner, Deyverson remató a la red aprovechando un error de Rubén Blanco. Los levantinistas celebraban, los celestes se resignaban, pero el árbitro lo paró todo anulando el gol por supuesta falta del ariete brasileño, una falta que no existió.

Deyverson se peleó con todos. (Foto: Miguel Bruque | EFE).

El gol anulado pareció espabilar a los celestes, que empezaron a circular la pelota con mayor velocidad. Orellana y Nolito fueron apareciendo más, siempre protegidos por un Augusto impecable y un Tucu Hernández que dejó buenas sensaciones. Al filo del descanso, el chileno inauguró el marcador con un preciso remate con la zurda a pase de Jonny.

La rana salta de la charca

Después de abrir la muralla local, todo parecía hecho para el Celta. Más aún cuando al poco de empezar el segundo tiempo dispuso de una doble ocasión de Nolito y Orellana a la que respondió Rubén. Craso error. La pelota parada que estaba buscando el equipo granota (por cierto, “granota” significa "rana" en valenciano y no “granate”) llegó en el minuto 54. Una falta en la frontal que Verza ejecutó magistralmente para igualar el partido.

El árbitro anuló un gol legal al Levante

El tanto noqueó al Celta, que atravesó unos minutos de confusión que le pudieron salir caros. El Levante, espoleado por el tanto y por su afición, apretó con empuje y garra. Pero ocasiones, lo que se dice ocasiones, pocas o ninguna. El partido fue avanzando con un desenlace incierto en el horizonte. Berizzo movió el banquillo y metió Guidetti por Hugo Mallo, colocando a Wass en el lateral derecho. La entrada de Thor sirvió para fijar a los centrales rivales y abrir espacios para las combinaciones de Nolito y Orellana, a las que este año se une Aspas.

Orellana hizo un gol y dio el otro. El mejor. (Foto: LOF).

Aspas llevó regalo a la fiesta de cumpleaños

Con el paso de los minutos, la inferioridad numérica empezó a pesar en las piernas de los jugadores del Levante. Nolito dispuso de una gran ocasión tras un pase largo de Pablo Hernández, pero su disparo no fue certero y Rubén pudo repelerlo. El partido había cambiado. Un Orellana hiperactivo tomó el mando y empezó a aparecer por todas partes. Omnipresente. El jugador chileno se asoció con todos y en una de sus punzantes acciones llegó el tanto de la victoria celeste: Wass filtró para el Ninja, que ganó la línea de fondo y puso un centro raso y tenso para que Iago Aspas empujase a la red.

Rubén Blanco se lesionó y propició el debut de Néstor Díaz

El día del 92 cumpleaños del Celta, tenía que ser un celtista de corazón como el delantero de Moaña el que sellase la victoria. Pero todavía tenían que pasar más cosas. Un choque salvaje de Deyverson con Rubén Blanco, al filo del final del partido, dejó fuera de combate al mosense, que tuvo que abandonar el campo con un intenso dolor en su hombro izquierdo. Su lugar lo ocupó Néstor Díaz, que debutó en Primera División debido a la lesión del propio Rubén y a la sanción de Sergio.

El árbitro prolongó seis minutos. El Levante empujó pero fue el Celta el que pudo hacer el tercero. Nolito con una falta directa desviada y sobre todo Aspas con un latigazo desde la frontal que se estrelló contra el palo, pudieron poner el tanto de la tranquilidad. Con todo, los de Berizzo no sufrieron en exceso, aunque Jonny tuvo que abandonar el campo tocado —entró Planas en su lugar—. El pitido final dio la primera victoria y los primeros tres puntos a un Celta que se queda líder de Primera División gracias al paupérrimo bagaje ofensivo de esta jornada inaugural —nadie ganó por más de 1-0—. Las primeras líneas están escritas, ahora hay que rellenar todo el folio.