Todavía falta un partido por disputarse para que la noticia deje de ser virtual, pero la afición celeste vive el momento con intensidad pase lo que pase. El Celta es líder. Sólo ha transcurrido una jornada, pero la cabeza se pinta de celeste en estos momentos. Las matemáticas así lo dicen tras dos días de fútbol apático en la Liga.

La sequía de goles fue terrorífica para aquel que buscaba ilusionarse con la vuelta del fútbol. Sólo en el Numancia-Tenerife de Segunda, que acabó con un abultado 6-3, se superaron los registros de todos los equipos de Primera. Sólo una noche demencial en el Granada-Eibar puede cambiar una dinámica mortecina en la que el Celta encontró motivos para la alegría.

El tropiezo del Real Madrid en Gijón (0-0) ante el recién ascendido Sporting y las raquíticas victorias del Atlético y el Barcelona ante la UD Las Palmas (1-0) y el Athletic Club (0-1) abrían el camino a las sorpresas. Sólo un equipo fue capaz de marcar más de un gol y este fue quien se llevó el gato al agua.

El Celta, con los tantos de Orellana y Aspas, derrotó a un Levante peleón que jugó casi 90 minutos con un menos merced a la expulsión de Simao. Verza puso un punto de intriga con una sensacional ejecución de falta, pero el de Moaña acabó por imponer la lógica.

Tres jornadas al frente con Fernando Vázquez

Desde la temporada 2005/2006 el Celta no se veía en semejante tesitura. La última vez que había coronado la cima fue en quinta jornada del citado curso, en el que era un recién llegado. La nave celeste, comandada por Fernando Vázquez, artífice del ascenso, había firmado un inicio espléndido con cuatro victorias y una derrota.

Ese año el Celta se clasificó para la UEFA

Comenzó derrotando en Balaídos al Málaga (2-0) y siguió asaltando el Santiago Bernabéu (2-3). Pecó sin embargo ante el Racing de Santander (0-1), derrota de la que se repuso en la cuarta jornada tras batir al Villarreal a domicilio (1-2). Siguió la racha en casa ante el Sevilla (2-1) y se cortó ante el Cádiz (1-1). El Celta consiguió mantenerse al frente en las jornadas 2, 4 y 5.

Ese año el Celta se clasificó para la UEFA. Acabó en una notable sexta plaza con 64 puntos, a tan sólo cuatro de Osasuna, que ese curso obtuvo plaza Champions. Otros tiempos. Otra realidad que el equipo vigués quiere volver a vivir esta temporada, en la volver a una competición continental se ha mostrado como una meta posible. Sería la confirmación de la continua progresión de un equipo que ha dejado atrás las sombras de Segunda y las prisas de última hora.