La larga espera llegó a su fin. Tres meses después de finalizar la competición doméstica, el celtismo ha vuelto a disfrutar de su equipo en el feudo olívico. Se presentaba en Vigo una noche cálida y festiva. Minutos antes de comenzar el encuentro, sonaba dentro del estadio Miguel Costas, miembro del mítico grupo Siniestro total. En lo referente al propio fútbol, tanto Berizzo como Paco Jémez alineaban sobre el césped a los mejores jugadores de los que disponían, sin novedades. Balaídos se preparaba para presenciar un intenso encuentro entre dos conjuntos con una filosofía similar basada en el juego ofensivo y la máxima posesión de balón.

Nolito abre la lata

El penalti y la expulsión de Toño que condicionaron el partido

Ambos equipos comenzaron el partido con gran intensidad y buscando el área rival. Las posesiones eran muy cortas dado que tanto unos como otros querían dominar. No obstante, un encuentro aparentemente de gran igualdad pronto se puso cuesta arriba para el Rayo Vallecano. Una jugada individual de Daniel Wass dentro del área termina con Toño derribando al danés tras intentar éste regatear al portero rayista. Penalti y expulsión en el minuto nueve. Al igual que en el anterior encuentro, el Celta jugó con superioridad numérica prácticamente desde el inicio. Además, Nolito no erró desde los once metros y adelantó al equipo celtiña en el marcador complicando aún más la tarea del Rayo, que tuvo que hacer un cambio forzoso tras la roja que vio Toño: el guardameta Juan Carlos sustituyó a un delantero, Bebé, formando con un esquema 1-4-4-1.

El aspecto más positivo del Celta fue la parcela ofensiva. El tridente compuesto por Orellana, Aspas y Nolito volvió locos a los defensas rojiblancos. El chileno volvió a ser uno de los más destacados de su equipo. Partiendo de la banda derecha, se movió cómo y cuándo quiso por toda la zona de ataque, llegando en ocasiones a acompañar a Nolito en el carril izquierdo. Por su parte, el gaditano fue un verdadero quebradero de cabeza para la zaga rayista, ya que todas las ocasiones de peligro pasaron por sus botas. Iago Aspas, sin embargo, no tuvo su mejor noche. Peleó como el que más y buscó el gol, pero no estuvo acertado de cara a puerta.

Nolito guió al Celta hacia la victoria (Foto: Xoan Carlos Gil | La Voz de Galicia).

Tras el primer gol, se sucedieron las ocasiones de un Celta venido arriba ante un Rayo debilitado que sufrió para frenar el ataque celeste con un jugador menos. Nolito primero tras una jugada individual y luego Aspas estuvieron muy cerca de ampliar la ventaja. Por si fuera poco, Jémez se veía obligado a realizar una nueva sustitución antes de cumplirse la primera media hora. Unas molestias musculares provocaron que Zé Castro abandonase el terreno de juego dando entrada a Amaya. Aun así el Rayo supo mantener la compostura y salió volcado al ataque y empezando a generar cierto peligro rondando la portería de Sergio, pero sin concretar disparos a puerta.

A pesar de contar con ocasiones para lograrlo, los de Berizzo se irían al descanso sin haber ampliado su ventaja en el marcador. Pudo haberlo conseguido Iago Aspas, pero no aprovechó un mano a mano con el portero rayista.

Buen fútbol y buenas sensaciones

Finalizó la primera mitad cuando el Rayo empezaba a mejorar su juego y el Celta seguía una progresión descendente. El paso por el vestuario favoreció a los celestes, que saltaron de nuevo al terreno de juego con la misma intensidad con que comenzaron el partido. De hecho, el marcador no tardaría en volver a moverse. Cumplido el minuto 50, Tucu Hernández recuperó en el centro del campo y asistió a Nolito quien, arrancando desde la banda, se internó en el área para disparar y anotar el segundo gol de la noche con la ayuda de Diego Llorente, que desvió la trayectoria del balón provocando que terminase en el fondo de las redes. Un nuevo revés que prácticamente firmaría la sentencia del partido dado que el Rayo Vallecano se alejaba del triunfo, contaba con un jugador menos y, además, disponía de un único cambio tras utilizar dos en el primer tiempo.

Una vez aumentada la ventaja en el marcador, prosiguió y mejoró el recital celeste. Los de Berizzo continuaron buscando la portería de Juan Carlos una y otra vez. Junto al tridente ofensivo actuó Pablo Tucu Hernández. El chileno cuajó un buen encuentro y fue generoso en defensa, pero no logró destacar. Quienes sí lo consiguieron fueron Augusto y Wass, que se han erigido como la mejor pareja en el centro del campo. El capitán estuvo inconmensurable ejerciendo de mariscal en la medular junto con Daniel Wass, más liberado de tareas defensivas gracias al argentino. La actuación del centrocampista danés fue brillante. Distribuyó el juego, se entendió con Augusto y el Tucu y conectó a la perfección con el tridente ofensivo.

Alegría celeste y liderato (Foto: Xoan Carlos Gil | La Voz de Galicia).

La entrada al campo de Planas y Guidetti —ovacionado por la afición celtiña— y posteriormente de Radoja dio aire fresco a un Celta que siguió volcado al ataque buscando el tercer gol, que llegaría de la forma menos esperada: a balón parado. Una falta cometida por Trashorras al borde del área la aprovecharía Nolito para ejecutar una jugada ensayada. En lugar de centrar al interior del área pequeña, el gaditano hizo un pase raso a Fontàs, quien remató a placer con un disparo potente para sentenciar el encuentro. Nolito terminó el encuentro siendo el hombre más destacado y principal artífice del triunfo, ya que fue el encargado de anotar dos goles y regalar el tercero al central catalán.

Esta nueva victoria sirve al Celta para situarse en lo más alto de la tabla junto al Barcelona, aunque manteniendo el liderato por tener mejor diferencia de goles que los culés y a falta de que jueguen Atlético y Eibar. Por su parte, el Rayo se coloca en la mitad baja de la tabla con un punto sobre seis posibles.

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