Eduardo Berizzo supo sacar lecturas positivas del empate contra Las Palmas. Nada más terminar el partido prometió que aprendería de sus errores en los cambios, que contribuyeron a la huída de dos puntos y de la primera plaza. Y el técnico solo ha necesitado una semana para cumplir su palabra.

El once tipo

En Nervión no había que hacer ninguna revolución. Berizzo tiene un once definido que el aficionado recita de memoria y, con siete puntos de nueve posibles, lo lógico es pensar en la continuidad como arma. Así que el once inicial fue el mismo que en el anterior choque, incluyendo al cuestionado Tucu Hernández, y con el único cambio de Sergi Gómez por un renqueante Fontàs.

Con siete puntos de nueve posibles, lo lógico es pensar en la continuidad como arma

El resultado fue, sencillamente, espectacular. El Celta desarrolló sin problemas el fútbol que siempre busca pero que no siempre consigue. Contra once jugadores, esta vez sí, rozó la perfección mientras el Sevilla se limitaba a correr detrás de la pelota. El equipo no se siente cómodo defendiendo, no es ningún secreto, pero se encuentra como pez en el área circulando con rapidez, buscando las combinaciones y persiguiendo el gol, su verdadera razón de ser. Y de gol, este año, va sobrado. La sombra de Krohn-Dehli es alargada, pero Daniel Wass ya se ha ganado un lugar en el corazoncito celeste gracias a dos goles en dos fines de semana consecutivos, algo al alcance de pocos mediocentros en los últimos años. De Nolito y su facilidad para hacer su jugada sin que nadie pueda detenerlo no hay que añadir demasiado. Como consecuencia, el Celta ha comenzado los cuatro partidos de Liga adelantándose en el marcador, y es el segundo equipo que más goles ha conseguido, empatado con el Villarreal y solo por detrás del Real Madrid.

Nadar y guardar la ropa

Después de una primera mitad para guardar en las videotecas (o en el disco duro, que los tiempos cambian), al Celta le quedaba superar sus miedos, e intentar no repetir errores pasados. Esta vez Berizzo no tuvo que hacer frente al clamor popular, ya que fueron los problemas físicos los que guiaron sus cambios. El Tucu volvió a ser sacrificado, pero en su lugar entró un Radoja con ganas de recuperar lo que es suyo, la titularidad. Su presencia en el mediocentro fue determinante a la hora de aguantar las acometidas de un rival de Champions, herido y con un campeón mundial como delantero.

El Celta respondió a las críticas con un puñetazo encima de la mesa en la semana más complicada

Otro cambio fue en el centro de la defensa, la posición más castigada por los problemas físicos. Cabral dejó su puesto a Fontàs, que había salido del once por precaución. La última sustitución fue natural, Guidetti por Aspas, delantero por delantero. El moañés sigue algo presionado tras volver a casa y en el Sánchez Pizjuán, donde quería demostrar todo lo que no pudo la temporada pasada, no tuvo su mejor tarde. El sueco sigue dando muestras de su calidad y de su buena lectura del juego. No hay que olvidar que casi todos los minutos en los que ha estado en el campo, su equipo iba ganando, y el papel de un nueve cambia en esa situación. Lo que sí parece probado es que, de momento, no parece muy necesario que los dos delanteros coincidan sobre el césped, sobre todo con ventaja en el marcador.

Los cambios sirvieron a un equipo que respondió a las críticas con un puñetazo encima de la mesa en la semana más complicada. Mantener la ventaja en el campo del ganador de la última Europa League era una prueba de fuego para un equipo que venía de dejar escapar dos puntos contra diez, y el Celta salió reforzado de ella.

El fondo de armario

Y es que, sin solución de continuidad, llega el Barcelona a Balaídos. Mucho se habló durante el verano de fichajes y refuerzos. Algunos acabaron llegando a Vigo. Otros, como ese hombre de banda que pedía Berizzo, el mediocentro defensivo que completase la línea o un cuarto central tras la salida de David Costas, no llegaron. La consecuencia de esto es doble: por una parte, el Celta tiene ese once bien definido, con el mismo bloque que el año pasado, con futbolistas que se asocian de maravilla y que llevan el peligro al área contraria casi sin esfuerzo. Por otra banda, el banquillo es algo escaso. En él hay un par de jugadores, como puede ser el caso de Radoja o Guidetti, que se sienten titulares, e intentan aprovechar las oportunidades cada vez que salen. Otros, como Bongonda, Sergi Gómez o Planas, parecen tener ya la etiqueta de suplentes habituales. Esperarán la oportunidad en caso de ausencia del hombre que tienen por delante en el equipo. Y hay un tercer grupo, en el que estarían Madinda, Drazic o Señé, cuyo papel durante esta temporada no parece que vaya a ser muy relevante.

Si las lesiones no respetan al grupo llegarán los problemas, y más en una semana como esta, con tres jornadas de Liga

Ante este panorama es fundamental que las lesiones respeten al grupo. De lo contrario llegarán los problemas, y más en una semana como esta, con tres jornadas de Liga. Eduardo Berizzo trató de reservar a Fontàs en Sevilla después de que el central tuviera problemas físicos durante toda la semana. Sin embargo, la lesión de Cabral obligó al catalán a disputar algunos minutos. Fontàs cumplió con buena nota. Si se hubiera resentido, y la lesión de Cabral fuese importante, el Celta tendría un problema contra el Barcelona, ya que Jonny fue expulsado y su concurso todavía no está claro.

Berizzo cruza los dedos ante los problemas físicos de Cabral y el Tucu Hernández. Si, como parece, pueden estar disponibles ante el Barcelona, podría utilizar un once parecido al que está rindiendo de maravilla en este inicio liguero. Si no, tendrá que recomponer su equipo con piezas no muy utilizadas por el momento, que tendrán que bailar con la más fea.