Tras diez jornadas de Liga disputadas, el Celta de Eduardo Berizzo se encuentra en la tercera posición, con un registro de seis victorias, tres empates y tan solo una derrota que le sitúa en la tercera posición del campeonato liguero, con 21 puntos a solo tres de Madrid y Barcelona. Con las mismas jornadas disputadas en la 14/15, los celestes ocupaban la 6º posición, con 19 puntos y a cinco del liderato, por aquel entonces en manos del Real Madrid. Sin embargo, pese a llegar a la jornada 10 con un número de puntos envidiable, los de Berizzo iniciaron una nefasta racha en la que tan solo sumaron dos puntos de treinta posibles. Sea lo que fuere, los celestes finalizaron la primera vuelta con 21 puntos, los mismos con los que cuenta en la presente campaña con nuevejornadas menos disputadas. 

Con la mitad del camino hacia la permanencia recorrido —los celestes están a 21 puntos de los 42 que teóricamente garantizan la salvación—, los hombres del Toto mantienen los pies en el suelo, aunque el nivel de optimismo e ilusión en Vigo es grande. ¿Motivos? De sobra. La plantilla, aunque algo corta en la parcela defensiva, es la mejor de los olívicos en la última década. Los fichajes se han adaptado a la perfección, Iago Aspas suma seis goles en Liga —uno cada 133 minutos— y Daniel Wass ha hecho olvidar la sensible baja de Krohn-Dehli. 

Más con menos

El Celta solo se quedó a cero una vez (0-0 contra el Getafe)

A menudo, cuando los equipos grandes ganan un partido sin demasiada brillantez, se alude a la gran pegada de sus delanteros. Resultadismo, que al final las victorias valen lo mismo. Partidos igualados en los que un detalle de calidad marca la diferencia y da la victoria. Y es, precisamente este, es el cambio que ha dado el Celta de Berizzo. El ejemplo perfecto, el partido de Anoeta: un Celta que en ningún momento se acercó a su mejor nivel, pero que sin embargo supo sobrevivir y fue capaz de golpear a su rival en los momentos importantes. Sin brillantez, los celestes consiguieron empatar el encuentro hasta en dos ocasiones, para acabar rematando a su rival en el 88 con un golazo del Tucu. Ya lo dijo Berizzo en verano, lo que más le gusta de su plantilla es la sensación de peligro que generan sus delanteros. Diez jornadas después, el paso adelante del equipo es evidente. Al margen del choque ante la Real, los hombres del Toto han exhibido su enorme capacidad resolutiva quedándose a cero en una única ocasión, en Balaídos ante el Getafe (0-0). Al margen del partido ante los madrileños, los celestes han visto puerta en el resto de sus encuentros, consiguiendo un total de 21 goles que sirven para ser el tercer equipo más goleador del campeonato, con una media de 2,1 goles por encuentro. 

Aceptando como regla general que el Celta es un equipo al que le gusta ser protagonista y que suele crear más ocasiones que el rival, ha habido encuentros en los que los celestes no han pisado área tanto como les gustaría y en los que su gran pegada se ha hecho evidente. Dejando de lado el partido de Anoeta —en el que el Celta anotó tres goles en ocho disparos a puerta—, destacan otros encuentros en los que la efectividad del Celta ha marcado la diferencia en el marcador final. Un buen ejemplo se encuentra en el inolvidable partido contra el Barcelona en Balaídos, en el que los del Toto consiguieron cuatro goles en cinco disparos a puerta. Otro caso es el partido del Madrigal (1-2), en el que los gallegos se llevaron los tres puntos con tan solo cuatro disparos a puerta. Idéntico caso el del partido ante el Sevilla en el Pizjuán, con dos goles en cuatro remates a puerta. Más significativo todavía es el partido ante el Eibar en Ipurua (1-1), en el que los pupilos de Berizzo lograron empatar gracias al gol de Aspas en uno de los dos disparos a portería que intentaron.

Contra el Barça, el Celta anotó cuatro goles con cinco disparos a puerta

Como en todo, obviamente hay excepciones: el Celta fue incapaz de derrotar en Balaídos a un Real Madrid (1-3) en el que el meta Keylor Navas se erigió como principal figura, al detener siete de los ocho disparos a puerta que el Celta realizó durante el encuentro. Casi tan doloroso fue el partido ante la Unión Deportiva Las Palmas, también en el coliseo celeste, en el que el Celta no fue capaz de pasar del empate a tres goles en un encuentro en el que llegó a ir ganando por dos goles de diferencia en dos ocasiones y en el que ejecutó hasta una docena de remates a puerta.

No obstante, lo que parece evidente es el paso de gigante que el Celta 2015/16 —o al menos el Celta 2015/16 de agosto a noviembre— ha dado respecto a campañas pasadas. El celeste no es el mejor equipo de la Liga, pero sí es un equipo que compite hasta el final contra cualquier rival, sin importar su entidad. Este afán por competir, sumado a la enorme pegada del equipo son elementos imprescindibles para entender la situación clasificatoria del Celta. Queda un mundo por delante, lo advierte Iago Aspas y los jugadores son muy conscientes "vendrán días difíciles", pero la dinámica y la sensación de solvencia celeste da para soñar.