Rubén Blanco tiene delante de sí una, o, mejor dicho, otra, oportunidad inmejorable de demostrar que realmente puede ser el portero titular del Celta de Vigo. Con Sergio Álvarez en su peor momento de forma, es el momento de que el de Mos dé un paso adelante y empiece a dar señales del gran guardameta que aspiraba a ser cuando debutó en Primera con 17 años.

Como es sabido, la Copa del Rey es el torneo en el que los menos habituales de los equipos de La Liga gozan de los minutos necesarios para demostrar a sus entrenadores que pueden ser válidos para el compromiso del siguiente fin de semana. Algo así como una liga de suplentes. Tras haberse lesionado en la primera jornada del presente campeonato, Rubén volverá a ser titular el miércoles en el compromiso copero que enfrentará al Celta con el Almería. Muchos ojos estarán puestos en él, ya que Sergio parece haber entrado en una espiral negativa en la que el rival anota un gol cada vez que se acerca a la portería. La afición pide al entrenador un cambio bajo los palos y ahí entraría en juego el nivel del mosense.

Eduardo Berizzo envió tras el partido ante el Sporting un mensaje dual: “Todo el rato imagino cambios, pero el de portero es un puesto especial, donde los vaivenes no son permitidos como en otro lugar del campo”. Por lo tanto, la incógnita de si una buena actuación de Rubén en los dieciseisavos de la Copa podría acabar con la titularidad de Sergio está ahí, pero el joven canterano no debería desaprovechar la segunda oportunidad de la que goza este año. Ya es hora de que aparezca la que era la gran perla de la cantera y uno de los porteros con más futuro de España. El Almería, el 2 y el 17 de diciembre, será su vara de medir.

VAVEL Logo