Derrota y fin del sueño. Poco más se puede añadir. De la ilusión a la más absoluta de las tristezas en poco más de dos horas. La a priori semifinal más igualada de la presente edición de la Copa comenzó en tablas. Con mucho respeto entre ambos equipos, el miedo a cometer un error que pudiese desnivelar la balanza era palpable. Cosas del destino, los errores lastraron al Celta, que salvo milagro se despide del sueño copero.

Los diez primeros minutos mostraron la igualdad entre ambos equipos. El respeto era la nota dominante, sin correr ningún tipo de riesgo atrás, los primeros minutos se jugaron en el centro del campo, sin apenas aproximaciones al área, a excepción de un remate de cabeza de Kolo que lamió el poste derecho de Rubén, que sorprendido hizo la estatua. No obstante, poco a poco el Sevilla cogió la manija del encuentro. La altísima presión local ahogaba un Celta que no podía salir con la pelota jugada, como habitualmente acostumbra. La profundidad de Coke y Trèmoulinas hacía bajar mucho tanto a Orellana como a Aspas, por lo que Guidetti se encontraba tremendamente solo arriba, tanto a la hora de recibir como de iniciar la presión. El Pizjuán le daba al equipo hispalense ese punto de agresividad que marcaba la diferencia entre ambos equipos. Aún sin generar ocasiones, el Sevilla comenzaba a embotellar al Celta. La tuvo Kolo, a la salida de un córner, aunque Rubén rechazó su disparo sobre la misma línea de gol. Apenas un minuto después, la ocasión fue de N'Zonzi, nuevamente a través de un balón al área. El remate del francés, aunque superó a Rubén, se marchó fuera cuando el Sánchez Pizjuán ya cantaba el gol. Corrían los mejores minutos del Sevilla, que encerraba al Celta en su área, y la ocasión más clara del partido llegó de penalti. Agarrón de Sergi Gómez a Gameiro y Clos Gómez señala el punto fatídico. Su disparo, sin embargo, lo rechazó Rubén, con una visual parada. Con dificultades, el Celta resistía el asedio local gracias a un inspirado Rubén.

Aún sin llegar a jugar bien en ningún momento, el Celta la tuvo. Tras más de un cuarto de hora sin asomar la cabeza, Sergi Gómez remató un balón desde el punto de penalti que se estrelló violentamente en la cruceta, silenciando al Pizjuán. Desconcierto y el Celta que se venía arriba. Apenas unos minutos después, los olívicos volvieron a avisar, tras una buena combinación, la pelota le cayó a Orellana en el segundo palo, y cuando se disponía a chutar apareció Pablo Hernández, que disparó por el Poeta. Su disparo, se marchó fuera, pese a rozar  el poste de Rico, provocando el enfado del '14'. Pese a los avisos celestes, el Sevilla volvió a apretar. Resistían los del Toto, que mostraban el mismo oficio que el día del Calderón, aunque la fortuna no estaba hoy de su lado. Córner en el minuto 45. Centro de Banega y gol de Rami, que la ponía en la base del poste, imposible para Rubén. Gol del Sevilla y al descanso. Golpe moral, aunque el uno a cero dejaba muy vivas las opciones celestes.

Gameiro, azote celeste

Con la reanudación, el Celta adelantó líneas. La tuvo Cabral, rematando solo al segundo palo tras un centro de espaldas de Aspas, aunque su flojo remate se lo encontró Sergio Rico. Los minutos pasaban y el partido seguía sin dominador claro. La tuvo Banega, a través de un libre directo, pero Rubén rechazó el balón; y la tuvo el Celta. Salida rápida de los celestes, pelota para Orellana, que con todo de cara para batir a Rico desde la frontal se la cede a Aspas, que no la esperaba y a la desesperada intenta cruzar un disparo que rebota en un defensa, la pelota le cae a Pablo Hernández y el Tucu al suelo. Los celestes reclaman penalti, pero Clos señala córner. Y contragolpe. Novatada. Error fatal. Balón largo hacia Gameiro, que le gana el 'cuerpeo' y la carrera a Jonny y bate a Rubén por alto en el mano a mano. El Celta se fue a por el empate y se encontró el segundo. Un solo jugador defendiendo una posible contra. Falta de experiencia. Corría el minuto 59, y la eliminatoria se ponía muy de cara para los sevillistas.

Sin apenas tiempo para tomarse un respiro, pam. Situación idéntica. Nueva contra, Gameiro protagonista, y bate a Rubén por abajo. 3-0 y caos. Jolgorio en la afición local, caras largas en la afición celeste. Los minutos pasaban sin reacción visitante. Emery se blindaba, Carriço por Cristóforo y Konoplyanka por Banega, para asestar un golpe mortal al Celta a través de alguna posible nueva contra. Un Celta que pese a todo no se rendía, y buscaba un gol que le diese opciones en la eliminatoria, las tuvo, pero la diosa fortuna hoy no estaba del lado gallego. Si en el Calderón al Celta le salió todo bien, en el Pizjuán todo salió al revés.

A cuatro del final, la puntilla. Nueva contra y el Celta volcado. Balón con destino Krohn-Dehli y Jonny no es capaz de despejarla. Con todo el tiempo del mundo, el danés batió por bajo a Rubén. 4-0. Dolorosísimo castigo para el Celta. El danés, por respeto a su antigua afición, no lo celebró, aunque sí lo hizo el Pizjuán, que verá —salvo milagro en Balaídos— a su equipo en una nueva final de Copa.