Poca idea se podían hacer los habitantes de As Neves de la importancia del 22 de octubre de 1975 en la historia de esta pequeña localidad pontevedresa. Faltaba menos de un mes para el fallecimiento del general Franco y para que España se viese inmersa en una transición que iba a mantener al país en vilo durante varios años. Entonces llegaba al mundo un bebé que iba a ser conocido dos décadas después como Míchel Salgado y que se iba a convertir durante muchos años en dueño y señor de la banda derecha del estadio Santiago Bernabeu.

Prometedores inicios

Míchel, formado en la cantera del Celta, comenzó a apuntar maneras en el filial, allá por la temporada 1993/94. En enero de 1995 Carlos Aimar le hizo debutar con el primer equipo en un estadio que terminaría siendo su casa, en una derrota por 4-0 de los de celeste ante el Real Madrid. Durante el primer semestre de aquel año el -por entonces interior/extremo derecho- de As Neves disfrutó de seis titularidades para totalizar casi 700 minutos sobre el tapete sin haber cumplido todavía los 20 años. Su papel con la selección española sub’20 en el Mundial de Catar no pasó desapercibido para los entendidos, quienes no solo se fijaron en los Raúl, Etxeberría, Morientes o De la Peña. Míchel deslumbró con sus poderosas incursiones por banda derecha, aunque España no pudo pasar de la cuarta plaza en aquella memorable cita.

Míchel se mantuvo en el Real Madrid durante diez temporadas (Foto: corazonblanco.com)
Míchel se mantuvo en el Real Madrid durante diez temporadas (Foto: corazonblanco.com)

En la temporada siguiente también gozó de oportunidades, si bien éstas resultaron más provechosas en la competición copera, en la que al menos pudo disputar cinco encuentros completos. Pero su juventud y la falta de continuidad propiciaron una salida hacia Salamanca de cara a la campaña 1996/97. Probablemente este fue el curso más importante para Míchel en lo que respecta a su formación definitiva como futbolista, ya que lo jugó prácticamente todo -más de 3.200 minutos en liga- y participó de un sensacional ascenso a Primera del equipo charro.

Exceso de intensidad

La llegada de Jabo Irureta a Vigo coincidió con el retorno de Míchel a casa. La campaña 1997/98 pasó a la historia como la del regreso a Europa más de dos décadas después. Un sensacional inicio sirvió para instalar al equipo en la zona noble, de la que no se iba a caer en todo el año. Solo la inexperiencia en el tramo final puso en duda la clasificación para la Copa de la UEFA, que se certificó con una postrera victoria sobre el Mérida. Quizás tuvo algo que ver en el bajón del equipo en el tramo final la lesión que se produjo el lateral de As Neves en el choque correspondiente a la jornada 27, en partido en el que el Celta derrotó por 2-1 al Deportivo. Míchel sufrió una fractura en un metatarsiano que le apartó durante muchas semanas del once tipo de Irureta y los de celeste solo pudieron sumar 13 puntos sobre 30 posibles en su ausencia. Tristemente, la foto más recordada en aquel curso hay que buscarla el 1 de febrero de 1998, cuando una escalofriante entrada del pontevedrés sobre Juninho reventó el peroné del por entonces jugador del Atlético de Madrid. Aquel episodio supuso un punto de inflexión en la carrera del brasileño, quien todavía a día de hoy recrimina al lateral vigués su imprudencia en aquella entrada.

Míchel formó parte de la selección sub'20 que participó en el Mundial de Catar en 1995 (Foto: cihefe.es)
Míchel formó parte de la selección sub'20 que participó en el Mundial de Catar en 1995 (Foto: cihefe.es)

Un punto de apoyo

La marcha de Jabo Irureta con destino al norte de Galicia implicó el desembarco de Víctor Fernández en Vigo. El fenomenal bloque que había configurado el técnico vasco se vio perfeccionado con la llegada de Fernando Cáceres, Claude Makelele y Lubo Penev. Con todo, en los albores de la temporada el equipo no terminaba de arrancar después de conseguir tres empates en las tres primeras jornadas de liga. Tan solo una victoria por la mínima a domicilio sobre el Arges Pitesti rumano apuntaba señales esperanzadoras.

En la cuarta jornada tocaba visitar el Camp Nou donde esperaba el vigente campeón de Liga, el Barcelona de Louis Van Gaal. Una primera parte repleta de intercambios dejó patente que los visitantes no habían ido a la Ciudad Condal a cumplir un mero trámite. En el minuto 38 Patrick Kluivert aprovechó una indecisión de Richard Dutruel para lograr de cabeza el 1-0. Parecía demasiado premio para los de Van Gaal y el lateral derecho rival se iba a encargar de recordárselo a la grada del Camp Nou con un sensacional tanto. Míchel culminó una de tantas galopadas con una diagonal hacia dentro y un disparo con el exterior de su pie derecho que sorprendió a Ruud Hesp. Faltaban tres minutos para el descanso y el coliseo blaugrana enmudeció. Poco antes de la obligada visita al vestuario Claude Makelele tuvo en sus botas una oportunidad inmejorable para adelantar a los de Vigo pero, con Hesp batido, no acertó con los tres palos.

Alineación Barcelona-Celta 26/09/1998
Alineación Barcelona-Celta 26/09/1998

En la segunda mitad los locales recuperaron el mando en el marcador en el minuto 56, con un nuevo tanto de Kluivert. Sin embargo el valiente planteamiento de Víctor Fernández nunca permitió que el Barcelona se sintiese ganador. La recompensa iba a tardar en llegar pero en el minuto 92 Alexander Mostovoi dejaba su sello en Can Barça y colocaba las tablas que resultarían definitivas. El Celta únicamente se llevaba un punto para casa pero su valor anímico se iba a dejar sentir muy pronto. Cinco victorias en los seis siguientes compromisos ligueros -incluido un triunfo en el Santiago Bernabeu- catapultaron al equipo hacia la parte alta de la tabla.

En Europa se vivieron eliminatorias históricas ante Aston Villa y Liverpool, con un Celta que empezaba a darse a conocer a nivel continental. Y en la competición liguera el equipo deslumbraba. Desde la séptima hasta la penúltima jornada el equipo se mantuvo entre los cuatro primeros con actuaciones verdaderamente brillantes. Con Mostovoi, Karpin, Revivo, Sánchez y Penev generando un fútbol de fantasía y el tándem Mazinho-Makelele gobernando en la zona central, se vivió una temporada de un nivel futbolístico que no se ha vuelto a alcanzar en Balaídos. Lamentablemente, la derrota en la última jornada ante el Atlético de Madrid dejó a los de Víctor Fernández sin el merecido premio de la Liga de Campeones.

Despegue

La temporada también resultó brutal para Míchel en el capítulo individual. Solo dos futbolistas de la plantilla -Richard Dutruel y Fernando Cáceres- superaron los 3.877 minutos de que disfrutó el de As Neves en las tres competiciones en que participó. Incluso logró marcar dos goles más, ante Espanyol y Villarreal en Balaídos. Una aportación excepcional en su carrera, ya que a pesar de su carácter de futbolista ofensivo Míchel nunca se caracterizó por ver puerta con facilidad. Sus virtudes futbolísticas se basaban en la garra y el coraje, que le permitían correr la banda todas las veces que fuese necesario. Su enorme capacidad de brega le condujo hasta la selección española, con la que debutó en partido oficial en una infausta derrota por 3-2 en Chipre, en el que supuso el último encuentro de Javier Clemente como seleccionador nacional. Hasta un total de 53 internacionalidades iba a acumular el lateral de As Neves si bien las lesiones le impidieron acudir a las fases finales de Corea y Japón 2002 y Portugal 2004. Sí figuró en las listas definitivas de José Antonio Camacho y Luis Aragonés para las fases finales de la Eurocopa de Bélgica y Holanda y para el Mundial de Alemania respectivamente.

En el Blackburn Rovers se puso punto final a la carrera del lateral de As Neves (Foto: footballzz.com)
En el Blackburn Rovers se puso punto final a la carrera del lateral de As Neves (Foto: footballzz.com)

Triunfando hasta los 37

Tras la grandísima temporada 1998/99 protagonizada por Míchel el Real Madrid desembolsó 2.000 millones de pesetas para hacerse con sus servicios. Lorenzo Sanz acababa de fichar un lateral que iba a permanecer diez temporadas en la Casa Blanca. Sus cifras como jugador merengue no dejan lugar a dudas de la categoría de este futbolista. Durante las siete primeras temporadas no bajó de los 2.000 minutos de juego en la competición liguera y contribuyó a lograr -entre otros títulos- cuatro campeonatos de liga, dos Ligas de Campeones y una Copa Intercontinental.

Míchel y Deco, hace poco más de un año (Foto: Thananuwat Srirasant | Getty Images)
Míchel y Deco, hace poco más de un año (Foto: Thananuwat Srirasant | Getty Images)

Con 34 años decidió todavía echar un pulso a la intensidad de la Premier y fichó por el Blackburn Rovers, equipo en el que rindió a gran nivel durante dos temporadas más. En la campaña 2011/12 —la tercera consecutiva con los Rovers— comenzó bien pero pronto dejó de contar para su técnico, Steve Kean, quien en el mes de diciembre anunció que el club le buscaba una salida. Con 37 años Míchel Salgado finalizaba así su época vestido de corto, tras rellenar una hoja de servicios envidiable.

Su enorme capacidad de brega le condujo hasta la selección española

Y es que la tradición de laterales derechos criados en A Madroa durante los últimos 30 años alcanzó su cima con este vigoroso futbolista. Su potencia, corazón y capacidad de entrega no solo enamoraron al celtismo, sino también al madridismo. Pocas veces un canterano salido de las mismas entrañas del club olívico ha llegado tan lejos. Aunque para la historia del Celta quedará, más que los títulos conquistados en las filas del club blanco, aquella extraordinaria temporada 1998/99 de Miguel Ángel Salgado Fernández Míchel vestido de azul celeste.