Nacido en septiembre de 1973 en la localidad bosnia de Bijeljina, Milosević militó a partir de 1987 en las categorías inferiores del Partizan de Belgrado. En 1992 dio el salto al primer equipo, con el que se hinchó a marcar goles durante tres temporadas. Pronto surgió el interés del Aston Villa y el serbo-bosnio no se lo pensó dos veces. Con 22 años, aterrizó en la Premier League para convertirse en la referencia ofensiva de uno de los equipos que, por entonces, acostumbraba a pelear por los puestos que daban acceso a Europa. Con el conflicto de los Balcanes como telón de fondo y su escasa complicidad con la mentalidad británica, el paso del nueve por Birmingham durante tres campañas no resultó un camino de rosas. La grada se mostraba dividida y, si bien en muchos momentos reconocía las fabulosas condiciones del tanque bosnio, en otros se desesperaba ante su escasa efectividad goleadora. Y es que los 29 tantos que totalizó durante sus tres campañas en la Premier no cubrieron las expectativas que se habían depositado en su fichaje, que supuso al club un desembolso de 3,5 millones de libras esterlinas. Una diana en la final de la Copa de la Liga disputada ante el Leeds United en 1996 se puede considerar como su momento cumbre con los villanos, completamente insuficiente para evitar su marcha al Real Zaragoza en 1998.

Savo Milosevic llegó al Aston Villa en 1995 (Foto: premierleague.com)
Savo Milosević llegó al Aston Villa en 1995 (Foto: premierleague.com)

Goles maños

Con el club maño vivió dos años memorables. Durante la campaña 1998/99 el equipo no consiguió acceder a puestos europeos pero Milosević alcanzó una regularidad que le llevó a anotar 17 tantos en 35 encuentros. Una cifra que mejoró sustancialmente durante la primera mitad del curso siguiente, cuando el equipo dirigido entonces por Txetxu Rojo mantuvo opciones de pelear por el título de liga hasta el último partido. El ariete bosnio convirtió 18 goles durante una extraordinaria primera vuelta, en la que destacó su hat-trick ante el Racing de Santander y un doblete en el Bernabeu para golear 1-5 al Real Madrid, que pocos meses más tarde se coronaría como campeón de Europa. De manera misteriosa, su clarividencia de cara al gol se apagó y apenas pudo contribuir con tres tantos durante la segunda vuelta. El Real Zaragoza terminó cuarto y, por esas casualidades que de vez en cuando tiene la vida, se debió conformar con una plaza para la Copa de la UEFA. La octava Champions que se llevó el Real Madrid, unida a su quinta plaza liguera, impidió que el cuarto clasificado pudiese acceder a la máxima competición continental.

En Zaragoza completó dos magníficas temporadas antes de su marcha a Italia (Foto: 90min.com)
En Zaragoza completó dos magníficas temporadas antes de su marcha a Italia (Foto: 90min.com)

Las características de Savo Milosević le convertían por entonces en uno de los delanteros más apetecibles del momento para cualquier club. Futbolista dotado de una gran envergadura, poseía además una zurda que conjugaba la precisión con la potencia. Todo ello le capacitaba para jugar de espaldas a la portería rival pero también para actuar como nueve clásico, así como para girarse y encarar en cualquier momento. Era entonces cuando su capacidad para amagar y driblar hacía el resto. Su punto débil se puede focalizar en su pierna derecha ya que todas sus fintas iban dirigidas a procurarse una salida hacia su perfil bueno, el izquierdo.

De cesión en cesión

En el año 2000 el Parma se hizo con sus servicios. El delantero balcánico llegaba dispuesto a triunfar en Italia con 27 años pero la realidad fue bien distinta de la que el bueno de Milosević hubiera imaginado. Sus ocho goles durante la primera temporada supieron a poco pero al año siguiente tan solo pudo convertir un tanto a lo largo de diez encuentros en la primera vuelta. Aquello fue la gota que colmó el vaso del Parma, que no dudó en buscarle una salida. El mercado de invierno posibilitó su retorno a Zaragoza vía cesión pero las cosas en la capital maña habían cambiado desde su marcha. Los seis goles con los que contribuyó a partir de la jornada 22 no sirvieron para evitar el descenso del Real Zaragoza, que terminó aquella temporada como colista. Una nueva cesión al Espanyol en la 2002/03 sirvió de antesala a su llegada a Vigo. El nueve bosnio todavía pertenecía al Parma, que lo cedió por tercera y última vez. El club dirigido por Horacio Gómez, clasificado brillantemente para la Champions, consiguió hacerse con sus servicios tras unas duras negociaciones con el equipo transalpino. Los del norte de Italia finalmente accedieron a asumir el 65% de la ficha del jugador, la cual ascendía a unos 4,75 millones de euros netos. Unos problemas detectados en su rodilla derecha durante el reconocimiento médico hicieron peligrar su incorporación al Celta pero finalmente el club olívico accedió a dar el visto bueno a la operación.

Milosević vivió su mejor momento como internacional en la Eurocopa 2000 (Foto: peru21.pe)
Milosević vivió su mejor momento como internacional en la Eurocopa 2000 (Foto: peru21.pe)

Una vez a las órdenes de Miguel Ángel Lotina, Milosević participó en los dos partidos de la eliminatoria previa de la Champions ante el Slavia de Praga sin anotar gol alguno. Sí lo haría en las dos primeras jornadas de liga aunque el equipo no pasó de lograr sendos empates ante Murcia y Real Sociedad. Y lo cierto es que tras cerca de dos meses de competición el Celta no acababa de arrancar. Una única victoria en siete jornadas de liga situaba a los de celeste en el puesto 16 de la tabla aunque todavía parecía pronto para preocuparse. El exceso de adrenalina generado por la fase de grupos de la Liga de Campeones asomaba como único responsable de lo que se consideraba una situación transitoria. Tocaba entonces visitar Montjuic, donde esperaba el colista. El Espanyol de Javier Clemente tan solo acumulaba dos puntos en siete jornadas, por lo que la ocasión parecía propicia para pescar en río revuelto.

Desastre periquito

El Celta saltó al campo consciente de que su rival no estaba bien. A los nueve minutos una buena pared entre Milosević y José Ignacio no fue bien resuelta por este último. Pero al filo del cuarto de hora una mano de Lopo fue señalada como penalti por Daudén Ibáñez. Peter Luccin transformó la pena máxima y colocaba a los de Vigo por delante. Poco después de la media hora de juego llegó la jugada que terminó de decantar la balanza del lado de los de Lotina. Una provocación de Juanfran resultó excesiva para Pierre Wome, quien soltó un manotazo al lateral levantino. Daudén, a instancias de su juez de línea, no lo dudó y envió al camerunés a la caseta. Con el equipo blanquiazul desquiciado y 0-1 en el electrónico se llegó al intermedio.

Alineación Espanyol-Celta (26/10/2003)
Alineación Espanyol-Celta (26/10/2003)

En el segundo tiempo la desesperación consumió poco a poco a los periquitos tras la oportunidad que malogró Raúl Tamudo en el arranque. Eso y la calidad de un bosnio que, apenas un año antes, había vestido de azul y blanco. Savo Milosević apuntilló a los locales con pausa, recorte y gol. Una muestra de su repertorio que sirvió para poner un 0-2 inalcanzable para el Espanyol. Fue el punto final a un encuentro que todavía se iba a enturbiar más. Una nueva expulsión, esta vez del guardameta Lemmens, dejaba a los blanquiazules con nueve hombres sobre el campo. Mostovoi y Jandro redondearon la goleada en los últimos minutos y dejaron a Javier Clemente a los pies de los caballos. El técnico de Barakaldo sería destituido dos jornadas después y el Espanyol conseguiría reaccionar de la mano de Luis Fernández. Qué diferentes iban a ser las cosas en el encuentro de la segunda vuelta, en el que los periquitos se tomaron cumplida revancha y golearon 1-5 en Balaídos a un Celta que iba derecho hacia la División de Plata. La destitución del técnico de Meñaka y la contratación a bombo y platillo de Radomir Antić hicieron el resto.

Futbolista dotado de una gran envergadura, poseía además una zurda que conjugaba la precisión con la potencia

Como contraste, hay que reconocer que la temporada del ariete balcánico a nivel individual fue muy buena. Un único gol en Champions —frente al Ajax— fue acompañado de 14 dianas en liga durante una campaña en la que Milosević disputó un total de 51 encuentros. No obstante, su sequía durante las últimas nueve jornadas del campeonato liguero pudo resultar clave en que el equipo solo fuese capaz de sumar 11 de los 27 puntos en juego. Una cifra que resultó insuficiente y que envió a los de celeste directos a la División de Plata. Con el Celta en Segunda no existía opción alguna de retener al cotizado punta serbo-bosnio.

Segunda juventud en Pamplona

Una vez superada la treintena, Savo Milosević encontró por fin un sitio en el que asentarse. Y eso que su primera temporada en Pamplona arrojó más sombras que luces. Cinco goles durante las primeras cinco jornadas dejaron paso a una pertinaz sequía goleadora cuyo origen hay que buscar en una lesión que sufrió mediada la primera vuelta. Osasuna se salvó finalmente del descenso y consiguió disputar la final de la Copa del Rey, en la que cayó por 2-1 ante el Betis. Al año siguiente todo iría mejor para el club navarro y también para el corpulento delantero balcánico. Sus 11 goles y su trabajo colectivo se revelaron como aspectos clave para que los rojillos lograsen la clasificación para la fase previa de la Liga de Campeones. En cambio, durante la temporada 2006/07 el aspecto físico comenzó a dejar claro que sus días como jugador tocaban a su fin. Pese a todo, fue capaz de superar los 2.500 minutos entre todas las competiciones oficiales que disputó el club. Tan solo pudo marcar cuatro tantos durante aquella histórica temporada 2006/07, en la que Osasuna alcanzó las semifinales de la Copa de la UEFA para caer ante el Sevilla, futuro campeón en Glasgow. Las últimas tardes del tanque de Bijeljina como futbolista en activo las vivió en el Rubin Kazan ruso, con el que logró el título de liga en 2008.

En Pamplona Milosević disfrutó de su última gran etapa como futbolista (Foto: osasuna1920.com)
En Pamplona Milosević disfrutó de su última gran etapa como futbolista (Foto: osasuna1920.com)

Con las selecciones de Yugoslavia y Serbia-Montenegro acumuló 102 internacionalidades a lo largo de 14 años. Los cinco tantos que convirtió en la Eurocopa del 2000 le permitieron compartir el trofeo de máximo goleador del torneo con el holandés Patrick Kluivert.

Años convulsos

En 2009, ya retirado, optó a la presidencia del Partizán de Belgrado. Apenas logró un apoyo frente a los 43 con los que se hizo su rival, Dragan Djuric. Lamentablemente, desde su retirada tampoco ha tenido suerte en cuanto a su vida familiar. En junio de 2011 su padre fallecía víctima de un disparo de rifle tras una riña familiar. El abuelo de Milosević, responsable del acto, fue encarcelado y vivió sus últimos días en prisión. En diciembre de 2013 Andrija Milosević, hermano de Savo, tampoco sobrevivía a un violento accidente contra un camión. En los últimos años el antiguo delantero céltico se ha dedicado a colaborar en la sombra con los cuerpos técnicos de las selecciones de Montenegro y Serbia. Jamás le interesaron los focos de los banquillos, circunstancia que no parece que vaya a cambiar en el futuro.

Actualmente Savo Milosević trabaja alejado de los grandes focos (Foto: sportklub.rs)
Actualmente Savo Milosević trabaja alejado de los grandes focos (Foto: sportklub.rs)

Y es que aunque pueda resultar contradictorio, la labor de Savo Milosević durante el año que jugó en el Celta fue realmente excelente. De hecho su figura fue de lo poco salvable en aquella temporada 2003/04 plagada de contrastes y que terminó de la peor manera posible. Si no se hubiese consumado aquel grotesco descenso existían motivos para apostar por su continuidad en Vigo. Pero esa habría sido otra historia.

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Sobre el autor
José Luis Rodríguez Sánchez
Soy farmacéutico hospitalario