El celtismo rezuma ilusión, esperanza, la satisfacción del trabajo bien hecho. Eduardo Berizzo, que ya vivió la clasificación a Europa con el Celta como jugador, sabe de ese sentir y lo comparte como uno más. Tras la trabajada y sufrida victoria ante el Málaga, el preparador argentino del Celta accedió a sala de prensa del estadio vigués con una sonrisa imborrable. La tarde en Vigo había dado para mucho, y aún quedaba la tradicional celebración en Plaza América.

Plena satisfacción

Lo primero que quiso destacar el Toto fue la satisfacción absoluta por la consecución de un reto al que han contribuído todos: "Quisiera dedicarle esto a todos los trabajadores del club. A todos los que hicieron posible esta culminación de Liga. Se lo dedico a todos los que te devuelven una sonrisa en el club, a todos los enamorados del club, que lo pasaron tan mal". Quiso, a su vez, volver a incidir en que ver a la gente, al celtismo, feliz es lo que más le satisface: "Me preguntaron cuando llegué cuál era mi objetivo. Hacer sentir a tu gente orgullosa es un gran capital. Creo que misión cumplida". 

En palabras de Berizzo, el ambiente festivo hizo "imposible" que el equipo se abstrajese y jugase sin ataduras: "Ganamos un partido que debíamos ganar", añadió. A pesar de todo, volvió a alabar la propuesta futbolística desplegada por sus hombres en el verde: "Nos importa no sólo ganar, también el cómo. Y eso es fundamental. El fútbol no es todo lo justo con el que lo interpreta cuidando las formas. Ir quintos después de esta temporada…", prosiguió. Preguntado sobre el próximo rival, un Atlético de Madrid que ha dicho adiós a la Liga tras caer contra el Levante, Berizzo quiso destacar que siempre es un conjunto temible y que deberán pelear el triunfo: "Vamos a enfrentar a un equipo difícil, que se prepara para una gran final (Liga de Campeones), pero no creo que se diferencie del equipo que es siempre". 

Los jugadores, pieza clave en su crecimiento

Berizzo llegó al Celta siendo un técnico "joven" y poco experimentado en los banquillos. Con el paso de las temporadas, hemos asistido a un crecimiento también del propio entrenador que ha sabido ir corrigiendo errores para moldear a un equipo ganador. A su vez, el de Cruz Alta quiso ser agradecido con sus pupilos, a los cuales cree "claves" en su crecimiento como preparador: "No me cansaré de dar las gracias a los futbolistas por hacerme mejor cada día. Les agradezco la forma en la que se entrenan. Creo que uno es mejor entrenador cuando los jugadores creen en tu idea. Cuando te devuelven la mirada ante una crítica", afirmó. A su vez, añadió que quiso tener "un gesto" con Dejan Drazič tras todo "el esfuerzo" mostrado por el joven serbio en los entrenos.

Las últimas palabras de orgullo de Berizzo se las dirigió a la afición en la Plaza de América a donde se trasladaron los festejos: "Lo que conseguimos hoy tiene que ser el punto de partida para conseguir cada vez más cosas. Muchas gracias por creer en nosotros y ¡Hala Celta".