Diez años después el Celta de Vigo vuelve a ser equipo europeo. Fue en el año 2007, ante el Werder Bremen en octavos de final de la copa de la UEFA, cuando Balaídos acogió por última vez un partido de competición internacional.  Ese mismo año el Celta descendía a la segunda división. Un descenso fatídico que dejó al club en una situación crítica. Pero un descenso que sirvió para regenerarse y comenzar un nuevo proyecto, uno de cantera, encabezado por el presidente Carlos Mouriño. Él lo tenía claro, el secreto para volver a la máxima categoría estaba en confiar en jugadores de la casa que lo diesen todo por el equipo. Mouriño también tenía clara cuál debía ser la idea de juego, un estilo caracterizado por otorgar gran importancia al dominio del balón. Por eso confió la dirección del equipo a Eusebio Sacristán.

Con Eusebio empezó todo, el equipo no logró los resultados pero se empezaron a ver los primeros indicios del buen juego. Eusebio además fue quien hizo debutar a piezas claves del equipo actual como son Iago Aspas o Hugo Mallo. Al no llegar los resultados, el presidente nombro nuevo entrenador a Paco Herrera. Con él se logró el ansiado ascenso, y la idea de juego se consolidó. Con un equipo plagado de canteranos el ascenso tuvo, si cabe, un mejor sabor de boca. En primera división llegaron las complicaciones, el Celta no perdió su esencia, pero los resultados no llegaban, por lo que Mouriño tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su vida, destituir a Paco Herrera.

Mouriño: "El despido de Paco Herrera todavía me persigue algunas noches"

Tras él vino Abel Resino, que logró una permanencia que se daba por perdida, pero se perdió la esencia del buen fútbol. Por eso que el presidente vigués buscó bien a un técnico defensor de este estilo. Y lo encontró en la figura de Luis Enrique. El técnico asturiano llevó al Celta a dar un salto de calidad increíble. Con él, además, varios jugadores dieron un salto de calidad importante, como Augusto o Krohn Dehli, que se adaptaron a una posición en la que nunca antes habían jugado, fruto de las exigencias de Lucho.

Tras la marcha de Luis Enrique al Barça, llego Eduardo Berizzo, quien puso la guinda a este proyecto. El técnico argentino ha sabido adaptar su peculiar estilo al del Celta en muy poco tiempo, lo que ha llevado al equipo a lograr grandes éxitos. Berizzo ha sabido inculcar en sus jugadores el deseo, casi enfermizo, de sentirse el protagonista del partido, independientemente del escenario, del rival y de las circunstancias en las que se dispute el partido. En estos dos años que lleva en Vigo, el equipo ha sido fiel a una forma de hacer las cosas, sin arrugarse en las grandes citas, demostrando que no hace falta un gran presupuesto para hacer buen fútbol.

Por eso que Europa es un premio más que merecido, un premio a la paciencia, la constancia y a la fe en una idea de juego que nunca se ha traicionado. Y no creamos que esto se quedará aquí, el equipo sigue con la misma idea con la que se esperan lograr grandes cosas.

VAVEL Logo
Sobre el autor